redondas de montura de concha. Vestia un traje informal y ligero. Tenia un aspecto mas saludable del que le habia visto en mucho tiempo.

– He decidido pasar un poco mas inadvertido, aunque se que no tardaran en olvidarme.

– Estas muy cambiado, la verdad -dije, impresionado por su aspecto serio-. Tienes muy buena pinta. ?Es para un nuevo personaje?

– No, es para mi -repuso entre risas-. ?Como si fueran a darme otro papel! ?Te imaginas lo que tendrian que pagar a la compania de seguros por mi?

– Pues ahora que lo dices… -Le indique que tomara asiento frente a mi-. Pero entiendo a que te refieres. Sientate. ?Te apetece un cafe?

– Prefiero un te.

Pedi las infusiones por el interfono.

– Caramba -prosiguio, mirando alrededor con aire despreocupado-, no tienes un despacho muy alegre que digamos, ?Quien se supone que eres, el avaro Mister Scrooge de Dickens?

– No; soy el Fantasma de las navidades Pasadas, pero no he tenido tiempo de poner las decoraciones navidenas. No vale la pena. Los anos pasan tan deprisa que antes de que te des cuenta ya vuelves a estar en Navidad.

– Y has vivido tantos anos, ?no? -Me guino un ojo con expresion risuena.

Aunque no se me escapaba su escepticismo, tambien advertia que en el fondo me creia, pues me trataba con un respeto y un nerviosismo nada habituales en el.

– Unos cuantos, si -admiti-. Por cierto, ?como esta Andrea? -pregunte para cambiar de tema. No tenia ganas de volver sobre lo mismo. Era la unica persona a quien le habia confiado mi historia de doscientos cincuenta y seis anos, y era probable que pasara mucho tiempo antes de que volviera a contarla. Si la creia o no era su problema.

– Esta inmensa -respondio, y solto una carcajada-. No le queda nada; tiene miedo de parir manana.

– Si, eso me dijo. Bueno, ya se vera.

– Estamos pensando en casarnos -anuncio.

– ?De verdad? -dije, sorprendido.

– Por el momento solo es una idea. Se ha portado muy bien conmigo estos ultimos dos meses. Si al final decidimos contraer matrimonio, esperaremos un ano por si cambiamos de idea. No queremos casarnos solo por el nino.

– Me parece razonable -dije. Cogi un pisapapeles de encima del escritorio. Lo habia robado en Dover en 1759 y era una de las pocas posesiones que me habian acompanado en mis viajes por el mundo. Lo examine con detenimiento mientras elucubraba el modo de abordar la propuesta que queria plantear a mi sobrino-. Tommy, me gustaria hablar contigo.

– Me lo imaginaba. Cuando me llamaste parecia algo muy urgente.

– Bueno, en realidad no lo es tanto, pero me gustaria encontrar una solucion. En primer lugar, ?que planes tienes para el futuro? ?O todavia no has decidido nada?

Suspiro y alzo la mirada al techo como si le hubiera preguntado sobre el sentido de la vida.

– No lo se -respondio tras una larga pausa-. Para serte sincero, no tengo ni idea.

– No te contrataran otra vez en la serie, ?verdad? Mucho menos ahora que estas cambiando de vida.

– No. -Sacudio la cabeza energicamente-. A la gente le importo un pimiento, de modo que ya no soy noticia. Tengo un contrato para un par de semanas mas en los proximos dos meses, y despues me enfermaran de cancer de testiculos. Sera rapido y doloroso.

– Vaya, lo siento. -Estuve a punto de consolarlo y preguntarle si podia hacer algo por el.

– Bueno, siempre quedo abierta la posibilidad de que volviese a enfermar -continuo con tristeza-. Estabamos preparados para esa eventualidad. ?Que le vamos a hacer! De manera que cuando vuelva de mis vacaciones de tres meses en Estados Unidos, me ingresaran directamente en el hospital, donde me mantendran vivo el tiempo suficiente para que me entere de que l'ina espera un hijo mio y para liarme con una enfermera a la que despediran un par de semanas mas tarde, por lo que se convertira en camarera del pub del barrio. O sea, lo tipico. Esperan convertirla en la proxima Sandy Bradshaw.

– No me digas -murmure distraido-. Entonces ya esta, fin del capitulo.

– Han sido nueve largos anos.

– En ese caso fin del novelon. No importa. Todas las buenas novelas tienen un epilogo, y tu no constituiras una excepcion. ?Que dice tu agente? ?Algun trabajo en perspectiva? ?Vas a sorprendernos a todos renaciendo de las cenizas como el ave fenix?

Se echo a reir y nego con la cabeza.

– ?Pues no falta tiempo para que vuelvan a darme un papel! Tio Matt, nadie confia en mi. Este ano tendre suerte si consigo un trabajo en un teatro de marionetas. No sabes lo que me jode, pues se que soy un buen actor.

– Estoy convencido de que lo eres.

– Y conozco el negocio como pocas personas. No puedes pasarte media vida en algo y no aprender de todo un poco. -Se encogio de hombros y anadio-: No tengo ni idea de lo que voy a hacer.

– Bien. -Deje la taza sobre la mesa y me incline hacia Tommy-. De eso precisamente queria hablar contigo. Se trata de un empleo. Creo que tengo una oferta que hacerte.

– No quiero caridad, tio Matt.

Me causo gracia el comentario, sobre todo al pensar en los miles de libras que como un idiota le habia ido dando durante los ultimos anos para pagar su drogadiccion. Entonces no habia mostrado esa dignidad.

– No tiene nada que ver con la caridad. Necesito a alguien y creo que tu eres ideal para el trabajo. Se que corro algun riesgo, pero ?acaso no dices siempre que conoces el mundo de la television de cabo a rabo? Dime una cosa, Tommy, ?realmente quieres ser una estrella, o te basta con trabajar en serio?

– Ya te lo dije, he sido una estrella, se lo que es, y no me interesa en absoluto.

– Bien. -Me retrepe en mi asiento-. Entonces es hora de trabajar. ?Que te pareceria dirigir este lugar?

Parpadeo y miro alrededor, como si no hubiera oido bien mis palabras.

– ?Que lugar? ?Te refieres a la emisora?

– Si.

– ?Quieres que trabaje para ti?

– En cierto modo -respondi-. Seguire siendo accionista; de hecho, sere el accionista mayoritario. Me gustaria que tu fueras el director, que te ocuparas del dia a dia. Toda la gestion de la emisora caera en tus manos. Es decir, ocuparas el puesto que tenia James Hocknell, y que ahora tengo yo. ?Que me respondes?

Me miro perplejo, como era de esperar, pues estaba haciendole una oferta excepcional.

– ?Hablas en serio?

Asenti con la cabeza y estallo en carcajadas.

– ?De verdad me crees capaz? -anadio bajando la voz.

Lo cierto era que no las tenia todas conmigo, pero no estaba dispuesto a admitirlo. En el fondo, confiaba en el y sabia que no mentia cuando afirmaba conocer el medio televisivo.

– Si, lo creo. Solo me queda una cosa por comentarte.

– ?Cual?

– Lee Hocknell.

– ?Ah! -Parecio avergonzarse un poco. La mencion de Lee lo retrotrajo a la noche de la sobredosis, mientras que a mi me hizo pensar en algo mas serio.

– Hace poco mantuve una conversacion con el. Piensa olvidarse de ese feo asunto, ?gracias a Dios! El que estuvieses a punto de morir lo afecto bastante, y le he ofrecido un trabajo de guionista en la emisora. ?Como lo ves?

– ?Y eso por que? -pregunto extranado-. ?No querias quitartelo de encima?

– No lo se -admiti-. Quiza porque su padre era buen amigo mio y de algun modo se lo debo. Le deje bien claro que si volvia a mencionar las circunstancias de la muerte de su padre, yo… bueno, lo amenace de muerte.

– ?De verdad?

Rei.

Вы читаете El ladron de tiempo
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×