– ?Iros a la mierda! -exclamo el muchacho-. ?Pareceis crios de…!

No termino la frase. Giro sobre sus talones y los dejo alli, quietos, inmoviles, tan perdidos como lo estaban ya antes de su llegada, pero ahora mucho mas vulnerables por la condicion de culpables ante sus ojos.

11

(Negras: h6)

Se tropezo con Norma inesperadamente, mientras se sentia como un leon enjaulado en mitad del laberinto de pasillos y salas, sin saber que mas hacer para conseguir abrir una brecha en el sistema. Los dos se reconocieron en mitad de la nada, envueltos en su soledad.

– ?Eloy!

La hermana de Luciana se le echo a los brazos. Por primera vez desde que la conocia, y pronto haria dos anos, el no la rehuyo, al contrario: la abrazo y le dio un beso en la cabeza, por entre la espesa mata de su pelo. Norma temblaba.

Y el espero, cauteloso, aunque en aquel momento sabia que se necesitaban.

Ya no tenia nada que ver el hecho de que ella, como muchas hermanas menores, estuviera enamorada de el.

– Me han dicho que esta… en coma -murmuro casi un minuto despues.

Norma no se separo de su abrazo.

– Tengo miedo -reconocio.

– No me han dejado verla -dijo Eloy-. Llevo la tira pidiendo…

Esta vez si. La chica se aparto de el para mirarle a los ojos. Luego lo cogio de la mano.

– Ven -se limito a decir.

La siguio. Era un contacto dulce y, en el fondo, una mano amiga. La primera en aquel mundo inhospito. ?Norma y Luciana se parecian tanto! De hecho, viendo a Norma, recordaba como y cuando se habia enamorado de Luciana. En aquel tiempo, sin embargo, Luciana se acababa de convertir en una mujer.

El trayecto apenas duro veinte segundos. Norma se detuvo en una puerta. Sin soltarle a el de la mano la traspuso, empleando la otra para abrirla. Los dos se encontraron dentro con los padres de las dos hermanas.

Pero Eloy apenas si reparo en ellos.

La imagen de Luciana, inmovil, con los ojos cerrados, la boca abierta y las agujas, y los tubos entrando y saliendo de ella, le atraveso la mente.

– Hijo… -suspiro con emocion la mujer levantandose.

– Me quede a estudiar… Lo siento, ?lo siento! -apenas si logro articular palabra aunque sin poder dejar de mirar a la persona que mas amaba en el mundo.

12

(Blancas: Caballo f3 – Negras: Caballo d7)

?Eloy?

?Oh!, Dios… ?Eres tu, Eloy?

?Estoy sonando? No, no es un sueno. Eres tu.

Reconozco tu voz, y huelo tu perfume y… si, tambien puedo verte, al lado de Norma. Y ahora mama que te da un beso mientras papa sigue abatido ahi, junto a la ventana.

Has llegado. Sabia que lo harias, pero como aqui el tiempo no existe, no sabia cuando seria posible verte. ?Ahora, sin embargo, me alegra tanto tenerte a mi lado!

Aunque lamento mi aspecto.

Estoy horrible, ?verdad?

Y pensar que lo ultimo que te dije fue…

Te quiero. No hablaba en serio, ?sabes? ?Que estupida fui! En realidad… no se, estaba jugando, ya sabes tu. Creo que me asustaba atarme. Se dicen tantas tonterias acerca del primer amor: que si se empieza pronto luego se estropea enseguida, que es mejor vivir primero y despues…

No quiero perderte, Eloy.

Ni quiero perderme yo.

?Por que no me coges de la mano?

Por favor…

?Has estudiado mucho? Supongo que si, toda la noche. Menudo eres. Y terco. Y ahora esto, ?menudo palo! Si el lunes suspendes el examen, encima sera culpa mia. Me sabe mal, carino, pero te juro que yo no queria acabar asi. Lo unico que deseaba era pasar una noche loca, emborracharme de musica, olvidar, volar. Lo deseaba mas que nunca.

Aunque te echaba de menos.

Me crees, ?verdad?

Claro. Estas aqui. De lo contrario no habrias venido.

Cogeme de la mano.

Vamos, cogeme de la mano.

Asi…

Gracias.

Ahora ya no me importan el silencio ni la oscuridad.

Ahora…

13

(Blancas: h5)

– ?Sois los que estabais con Luciana Salas?

Lo miraron los tres, sorprendidos. Era como si hubiera aparecido alli de improviso, materializandose en su presencia.

– Si -reconocio Maximo.

– Inspector Espinos -se presento el hombre-. Vicente Espinos.

– ?Policia? -se extrano Santi.

– ?Que creeis? -hizo un gesto explicito-. Se trata de un delito, ?no os parece?

Cinta estaba palida.

– Nosotros no hemos hecho nada -se defendio. El hombre no respondio a su aseveracion.

– ?Quien os dio esa pastilla? -pregunto sin ambages.

Los tres se miraron, inseguros, acobardados, indecisos. El policia no les dejo reaccionar. Su voz se hizo un poco mas ruda. Solo un poco. Nada mas. Suficiente.

– Oidme: cuanto antes me lo conteis, antes podre hacer algo. Puede que os vendieran cualquier cosa adulterada, ?entendeis? Para que esta noche no acabe nadie mas como vuestra amiga, depende de lo que ahora hagamos. Es mas: si conseguimos una pastilla igual a la que se tomo ella, es probable que la ayudemos a recuperarse.

– No lo conociamos -dijo Cinta.

– ?Que aspecto tenia?

Вы читаете Campos de fresas
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату