hablo, por que Juanito se conformo tan pronto con no verla mas. Sin embargo, eso era simple curiosidad que no anadia nada al caso. Lo estaba haciendo muy bien y habia que dejarla seguir.

– Naturalmente la bomba llego cuando el padre Cristobal empezo a hablar de recomponer la momia, de inyectarle sustancias y de practicarle un analisis de ADN. Ahi el peligro se hizo tan evidente que la hermana Domitila se vio obligada a idear otro plan. Era mas que probable que si se manipulaba el cuerpo del beato los jovenes tejidos del feto salieran a relucir.

– Entonces planeo matar al hermano Cristobal.

Dudo un instante, apreto los punos y respondio un categorico:

– ?Exacto! Y para eso si conto con el pobre Juanito. Le hablo un dia que estaba en el pasillo esperando para cobrar. Le dijo que yo habia cometido pecados que saldrian a la luz si se tocaba al beato. Juanito no hizo ni caso, porque me queria aun. De modo que tuvo que contarle lo del aborto. El se hundio, pero se dio cuenta de que hacia tanto tiempo que todo habia sucedido que no tenia mas remedio que colaborar, oponerse no servia de nada, y podia perjudicarme. La hermana le hablo de las cosas espantosas que me pasarian si el se inhibia del problema.

– ?Decidio matar al hermano Cristobal o solo robar la momia?

No respondio directamente, se limito a decir:

– Debia llevarse la momia y mantenerla sin tocar.

– ?Por que, por que no decidio destruirla y tirarla a un contenedor, o quemarla en un descampado?

– No lo se. Dijo que a lo mejor la necesitariamos mas adelante como coartada, que podia venderse a un museo del exterior si habia que pagarle dinero a Juanito. No se, yo creo que lo unico que le ocurria era que le daba impresion hacerla desaparecer despues de haberle rezado tantos anos, como historiadora tampoco debia aprobarlo.

La interrumpi intentando mostrarme calmada.

– Pilar, esto no es todavia una declaracion formal frente al juez; de modo que debo avisarte de algun error que puedes cometer facilmente.

– Estoy diciendo la verdad -contesto con vehemencia.

– ?Quieres escucharme, por favor? Se que dices la verdad, pero debes darte cuenta de que a lo mejor, intentando proteger a Juanito lo que haces es perjudicarlo. Juanito mato al hermano Cristobal, ?cierto?

Bajo los ojos, se mordio el labio.

– Si -pronuncio de modo casi inaudible.

– En ese caso debes comprender que la acusacion contra el sera mucho mas grave si cometio un asesinato por encargo; lo cual lo convertiria en una especie de sicario, que si, fortuitamente, cuando estaba robando la momia, aparecio el hermano Cristobal y el, de modo reactivo, lo mato.

Se quedo callada, sin mirarnos, con gesto de obstinacion.

– Nos damos cuenta de que acumulas mucho resentimiento contra la hermana Domitila, tienes tus motivos, sin duda. Pero si ese rencor te hace mentir aunque sea una unica vez o en un solo detalle, entonces toda esta declaracion no servira.

Asintio y dijo con entereza:

– Juanito ataco al hermano Cristobal porque este se presento de improviso, es cierto. Se asusto y le dio un golpe que, como el es tan fuerte, lo mato.

– ?Que paso entonces?

– La hermana Domitila, que estaba pendiente del robo, se horrorizo, le llamo subnormal, lo trato como a un perro. Hubo que despertar a las dos monjas que habian ayudado en el proceso del aborto para que lo hicieran de nuevo. Borraron las huellas, y entre la hermana Domitila y Juanito, cargaron el cuerpo en la camioneta.

– Hay algo muy importante que tenemos que preguntarte -intervino Garzon-. Miguel Lledo, el hermano de Juanito, ?intervino en algun momento?

– El conducia la camioneta y la trajo a la puerta del convento. Fue cuando la mendiga los vio.

– ?Era la furgoneta de reparto?

– Si, pero el cartel de la fruteria lo habian tapado con una pieza de chapa que Juanito habia hecho fabricar hace tiempo en un taller. Como no tenia coche se llevaba la furgoneta tapada asi cuando la usaba para sus cosas.

– Entonces, ?como la mendiga hablaba despues de El Paraiso?

– Eso fue despues, cuando fueron a amenazarla el burro de Miguel se olvido de acoplar la pieza.

– ?Quien de los dos mato a Eulalia Hermosilla?

– No lo se -dijo en un suspiro.

– Fue tambien Juanito, ?no es cierto, Pilar?

En ese momento empezo a llorar con desconsuelo. Estabamos dispuestos a esperar lo que fuera necesario hasta que se serenara, pero el llanto degenero en un grito desgarrador:

– ?Si, fue el, el dia que la mato Miguel no estaba presente! ?Y tambien eso se lo ordeno la hermana Domitila, ese monstruo, esa mala mujer!

– Hubiera podido negarse.

– El nunca hubiera hecho o dejado de hacer nada que creyera que estaba perjudicandome, ?no se da cuenta? Aunque yo lo hubiera dejado tirado y no hubiera querido verlo mas, el seguia enamorado de mi.

– De acuerdo, prosigamos.

– Ya no hay nada mas que contar. La hermana Domitila retomo la situacion y preparo el cartel escrito con letra gotica. Queria despistar a la policia y conducirles por caminos de sectas o maniacos. Luego ustedes se lo pusieron en bandeja invitandola a cooperar junto con ese monje. Les ha llevado por donde ha querido. Y cuando ustedes variaban la teoria, ella daba un giro y en paz. Juanito guardo el cuerpo en el almacen donde nos han encontrado. Y Domitila tuvo de nuevo que recurrir a el para que le cortara las extremidades al beato. Asi iba creando pistas falsas segun por donde tiraran ustedes en sus pesquisas. Juanito se las corto con el enorme cuchillo que tiene para cortar racimos de platanos.

– ?De quien es ese almacen?

– Del padre de un amigo de Miguel, le presto la llave y alli se metio Juanito cuando usted lo persiguio.

– ?Fue a buscarla a la universidad?

– Si, no aguantaba mas la presion de estar solo y buscado cuando su hermano decidio entregarse. Vino a pedirme que nos fugaramos, que nos fueramos juntos al extranjero. ?Pobre Juanito! No se daba cuenta de que ya era demasiado tarde para todo.

– ?Cuantas monjas conocian todo este embrollo?

– En teoria, dos; pero no me extranaria que se hubieran enterado muchas mas. Aunque ya ve, del convento no ha salido ni una palabra. Estamos entrenadas para callar.

– ?Cree que la madre superiora sabe algo?

– ?La madre Guillermina? ?No, que va! Nunca se entera de nada. Ella se cree que es una directora severisima, pero no controla lo que ocurre en el convento de verdad. A veces me daba pena.

– ?Nunca penso en confiarse a ella y contarle lo sucedido?

– No, no me hubiera comprendido. Para ella el pecado no existe aqui, es algo que sucede en otra dimension de la que nosotras estamos a salvo.

– Y sin embargo, la hermana Domitila si la comprendio, aunque la obligara a abortar.

Se quedo mirando al infinito, sacudio la cabeza haciendo volar a derecha e izquierda sus ultimas lagrimas.

– Yo tampoco queria tener el nino, inspectora. ?Para que? ?Que hubieramos hecho el simple de Juanito y yo en medio del mundo con un nino? Se nos hubieran comido vivos.

– Usted nunca ha amado a Juanito, ?verdad, Pilar?

Se limpio con fuerza los ojos enrojecidos por el llanto. Me miro de modo desafiante y me espeto una pregunta que no esperaba.

– ?Cuanta gente la ha querido a usted en su vida, inspectora? Y no me refiero a amor de pareja, sino a carino, a preocupacion por lo que pueda sucederte, a… -Tuvo que parar porque estaba emocionandose de nuevo. Intentando retenerse me miro.

– Contesteme, por favor, se lo ruego.

– No lo se, no es una pregunta que me haya planteado jamas -dije seriamente.

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