Cuando volvio a salir, sono el telefono. Jonnsson habia sido increiblemente rapido.

– Venia a bordo del avion procedente de Marruecos, facturo, paso el control de pasaportes y mostro su tarjeta de embarque, asi que podemos estar absolutamente seguros de que iba en ese avion. Debe de haber desaparecido en el aeropuerto de Arlanda entre la terminal de salidas internacionales y la de salidas nacionales. Al parecer no llego a facturar en el vuelo para Visby.

– ?Estas seguro?

– Desde luego, he hablado con el personal del aeropuerto.

– ?Como ha podido desaparecer entre las terminales?

– Cambiaria de planes, son cosas que pueden pasar.

Knutas se retrepo en la silla y empezo a pensar. ?Habria decidido Gunnar Ambjornsson de pronto quedarse en Estocolmo?

Desde luego, podia haberlo hecho. Quiza habia conocido a alguien en el viaje y por eso habia decidido quedarse en la capital. Aunque, teniendo en cuenta todo lo que habia sucedido, era inquietante que aquel hombre hubiese desaparecido.

Knutas marco el numero de telefono de la policia de Estocolmo.

Lunes 2 de Agosto

El fin de semana habia superado todas sus expectativas y hacia mucho tiempo que Johan no se sentia tan bien como el lunes por la manana cuando se dirigia al trabajo. Emma y el no habian hecho nada especial, habian dado largos paseos, preparado comidas ricas y se habian relajado frente al televisor. Como una familia normal. De lo que mas habia disfrutado era de haber podido pasar las veinticuatro horas del dia con Elin. Despertarse con ella por la manana, darle de comer, ponerle y quitarle la ropa, cambiarle el panal. Se dio cuenta de lo mucho que habia echado de menos poder cuidar de su hija y aunque habia disfrutado del fin de semana, este tambien iba a significar nuevas exigencias por su parte. No iba a aceptar por mas tiempo quedar excluido. Si Emma no queria que el se trasladara a vivir con ella tendria que aceptar que se llevara a Elin de vez en cuando.

Una de las razones que contribuyeron a su bienestar despues del fin de semana era lo bien que habia salido todo con Sara la primera noche. Se reavivaron sus esperanzas de llegar a ser un buen padrastro. Ya estaba pensando en volver a ver a Sara y a Filip.

Como de costumbre, comenzo el dia hablando con Grenfors, en Estocolmo, y por una vez el redactor le dijo que si no ocurria nada especial se lo podia tomar con calma.

Johan empezo por limpiar su escritorio, que estaba completamente abarrotado.

Pia aprovecho para irse a lavar el coche y ponerlo en condiciones. El reviso los montones, tiro la mayoria y guardo lo que era importante en una carpeta. Se veia revolotear el polvo, hacia falta una limpieza a fondo.

Atrajo su mirada un recorte del periodico Gotlands Allehanda que trataba del descarado robo en la Sala de Arte Antiguo dos semanas antes. Los dos asesinatos habian hecho que un gran suceso como aquel robo pasara casi desapercibido.

Johan llamo a la policia, pidio hablar con el responsable de la investigacion, le pasaron con un tal Erik Larsson y le planteo el asunto.

– Estamos investigando el robo, pero mentiria si dijera que hemos avanzado en la resolucion del caso -dijo un preocupado policia.

– ?Hay algun sospechoso?

– La verdad es que no.

– ?Alguna pista?

– Nada que nos haya permitido detener al culpable.

– Este tipo de robos, ?se han producido anteriormente?

– No, en la Sala de Arte Antiguo, no.

– ?Que puede hacer el ladron con el brazalete de oro que ha robado? Sera dificil vender ese tipo de cosas.

– O se queda con ello, cosa poco probable, o lo vende a otras personas. Creemos que se trata de un robo por encargo, es decir, que ya tenia un comprador. Puede tratarse de un coleccionista, quiza extranjero. Sabemos que se venden hallazgos arqueologicos de Gotland en el mercado internacional.

– ?Cuanto puede valer un brazalete como ese?

– Imposible de decir. Un coleccionista seguramente pagaria casi cualquier suma. En el caso de las monedas se calcula que una moneda poco comun y bien conservada de la epoca vikinga puede valer unas diez mil coronas. Imaginate lo que se puede sacar por un hallazgo de cientos de monedas. Sabemos que quedan tesoros de plata sin desenterrar. En Gotland aun se sigue encontrando, por termino medio, un tesoro de plata al ano.

– ?Y por que se investigan tan poco estos robos? -pregunto Johan asombrado-. ?Es una locura que desaparezcan de aqui un monton de cosas y que nadie reaccione!

– Claro que perseguimos a quienes roban tesoros arqueologicos, pero es complicado. Y, si te he de ser sincero, creo que hay una cosa que contribuye a la pasividad de la policia, y es que, cuando alguno de estos casos excepcionalmente acaba en los tribunales, los saqueadores son condenados a penas irrisorias. Se les juzga por delitos contra el patrimonio cultural y las penas son tan bajas que a la policia le parece que no vale la pena derrochar un monton de energia para detener a unos delincuentes que, de todos modos, van a volver a estar en la calle al cabo de unos pocos meses.

– ?Tu eres de la misma opinion?

– Yo no he dicho eso, pero es dificil detener a estos ladrones si no los coges in fraganti.

Johan le dio las gracias y termino la conversacion. El policia le prometio concederle una entrevista en los proximos dias. Johan queria informarse mas acerca de los robos antes de hacer la entrevista. Llamo a la centralita de la policia y pidio una copia de todas las denuncias presentadas durante el ultimo ano que estuvieran relacionadas con el robo de tesoros o restos arqueologicos. La encargada del registro prometio enviarle las denuncias por fax lo antes posible. Creia que no se trataba de mas de diez, a lo sumo.

Mientras esperaba puso la cafetera. Penso en la desidia con que se tomaba la policia estos robos. A el le parecia horrible que los tesoros del patrimonio historico y cultural se vendieran en un mercado lucrativo y desaparecieran, no solo fuera de Gotland sino de Suecia.

Cuando el fax empezo a chirriar corrio hasta alli. Solo habia siete denuncias. Incluian el ultimo robo en la sala de Arte Antiguo y el resto eran robos semejantes cometidos en el almacen del museo y en las excavaciones.

Una denuncia atrajo su atencion. Habia desaparecido una torques de las excavaciones de Frojel. La denuncia estaba fechada el jueves veintinueve de junio. Se trataba de un collar de ambar engastado en plata que la denunciante habia encontrado en la tierra el dia anterior. Esta habia metido la joya en una bolsa que se deposito en una caja, en uno de los carros que habia a unos metros de la zona de excavacion propiamente dicha, donde los arqueologos guardaban lo que encontraban, un ordenador y material diverso e instrumentos. Cuando la denunciante, al dia siguiente, quiso volver a mirar su hallazgo, este habia desaparecido. Nadie pudo explicar como era posible. El carro habia estado cerrado por la noche y no se apreciaba desperfectos en la cerradura.

La denunciante se llamaba Katja Ronngren. A Johan parecio que le sonaba el nombre y busco entre sus papeles. Encontro la lista de las personas que habian participado en mismo curso de excavacion que Martina y, efectivamente, alli estaba su nombre.

Katja Ronngren era una de las alumnas que habia abandonado el curso tras la muerte de Martina.

Vivia en Gotemburgo, y a traves del servicio de informacion telefonica consiguio su numero de telefono; la llamo inmediatamente, se presento y le explico el motivo de su llamada.

– Yo soy la madre de Katja, ella no esta aqui.

– Es bastante urgente, ?donde puedo localizarla?

– Katja esta en Gotland.

– Pero ?no abandono el curso hace varias semanas?

– Solo estuvo en casa un par de dias. Despues volvio para tratar de terminarlo a pesar de todo.

– ?Ha estado en contacto con ella desde entonces?

– Varias veces. Me dijo que ya no podia quedarse en el albergue porque estaba lleno, asi que vive en Visby,

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