noche e invitar a Pia Lilja y a Niklas Appelqvist. Era la primera vez que organizaban juntos una cena, lo interpreto como una indicacion mas de que Emma empezaba a ceder. Quiza al final acabarian convirtiendose en una pareja de verdad. La direccion de la Television Sueca habia decidido mantener el equipo en Gotland durante el otono a modo de prueba y Pia habia conseguido el puesto de fotografa. Que Johan siguiera al frente como reportero estaba fuera de toda duda porque el queria ese trabajo y lo hacia bien. Estaba agradecido por poder quedarse en la isla y al menos no tener que preocuparse por eso. Ademas, tenia derecho a ver a su hija y ese era un derecho al que no pensaba renunciar.

De una cosa estaba seguro. Pasara lo que pasase entre Emma y el, nunca cederia lo mas minimo en lo referente a su derecho a ver a la nina.

Para su satisfaccion habia notado un cambio en la actitud de Emma hacia el desde que nacio Elin. Era mas carinosa, confiaba mas en el, se atrevia a mostrar sus flaquezas. Era como si Johan se hubiera vuelto mas importante para ella ahora que se habia convertido en el padre de su hija. Elin siempre iba a depender de el de una u otra manera. Aquel pensamiento lo agradaba.

Jueves 5 de Agosto

El crucero Nordic Star llego procedente de Riga, en Letonia, y atraco majestuoso en el muelle once del puerto de Visby aquel jueves por la manana. La ciudad no podia mostrar un aspecto mas bello. El sol coloreaba las fachadas con una luz calida y dorada, y la temperatura ya habia subido a veinte grados. Los turistas americanos, que solo disponian de un dia para descubrir Gotland antes de proseguir su viaje rumbo a Estocolmo, estaban admirados antes de dejar la pasarela. Las torres de la catedral, la muralla y las casas antiguas les fascinaron y en el puerto se respiraba un ambiente de expectacion y entusiasmo. Diez relucientes autocares equipados con aire acondicionado estaban aparcados en hilera, preparados para engullir a los cientos de pasajeros que descendian del barco. Los turistas iban ataviados con bermudas, camisetas y gorras, todos con su correspondiente camara colgada del cuello. La edad media rondaba los cincuenta o sesenta anos, pero asomaba alguna que otra pareja joven entre los locuaces turistas. En el muelle los esperaban los guias locales, que se distinguian claramente porque llevaban el chaleco azul de la asociacion de guias turisticos. Llenaron enseguida los autocares y uno tras otro abandonaron el puerto, dispuestos a conquistar la isla.

El autocar de Matilda Drakenberg fue uno de los primeros en salir. Los guias habian repartido la vuelta en pequenos grupos para no chocar unos con otros. El autobus de Matilda iba a empezar por los alrededores de la ciudad para despues irse desplazando hacia el centro. La primera parada era la reserva natural de Hogklint, al sur de Visby, desde donde se contemplaba una vista maravillosa de la ciudad y del mar. Despues los esperaba el Jardin Botanico y un paseo por la zona amurallada que terminaba en la Puerta Este, donde los turistas quedaban libres para almorzar e ir de compras por su cuenta hasta que llegara la hora de volver al barco para seguir viaje rumbo a la capital sueca.

Matilda dio la bienvenida a los turistas y antes de que el autocar hubiera tomado la carretera de la costa en direccion a Hogklint, ya habia empezado a explicarles la historia de Visby. Los grupos de turistas eran tremendamente parecidos, los americanos eran positivos, les gustaba preguntar y quedaban fascinados por todo lo que tuviera mas de cien anos de antiguedad. Cuando les conto que la muralla fue construida en el siglo XIII se les pusieron los ojos como platos.

El autocar se detuvo lo mas cerca posible de Hogklint, los americanos no tenian fama de ser aficionados a caminar y algunas personas del grupo eran realmente obesas. Un senor mayor caminaba con un baston y parecia que le costaba avanzar.

Matilda ya se temia el paseo por las calles empedradas de Visby. Espero a que todos hubieran llegado y los guio por la pequena cuesta que conducia al mirador.

Despues, cuando Matilda tuvo que contar lo que habia visto aquella manana le costaba recordar en que orden habia sucedido todo. Recordaba con claridad la animada charla del grupo y al hombre de Wisconsin que se habia pegado a ella y no paraba de preguntar acerca de todo, desde cual era el sueldo medio en Suecia hasta donde habia vivido Ingmar Bergman en Gotland, pasando por quien creian los suecos que habia matado a Olof Palme. Siempre habia alguien asi en todos los grupos. Una persona que se pegaba a ella y hacia un monton de preguntas y le absorbia la energia. Al cabo recordaria que habia tratado de contestarle con evasivas, explicandole que lo iba a contar luego para todo el grupo para que todos pudieran oirlo. El hombre no cogio la indirecta y continuo preguntando.

El grupo se congrego en lo alto de una roca y disfruto de la magnifica panoramica sobre Visby y sobre el accidentado litoral. La planicie se encontraba a cincuenta metros sobre el nivel del mar y las paredes rocosas se hundian abruptamente en la espuma de las olas. Aqui el viento soplaba de forma casi constante. Matilda les conto a los turistas que al saliente que habia un poco mas abajo del precipicio lo llamaban la tumba de las cabras, porque las cabras que conseguian bajar hasta alli para comer su jugosa hierba luego no eran capaces de subir de nuevo y morian de hambre. Algunos turistas desafiaron la empinada escalera y con resultados variables descendieron hasta el lugar donde las cabras encontraban su cruel destino. Otros eligieron una alternativa mas comoda y caminaron hasta un bosquecillo que habia hacia el interior, desde donde podian contemplar la vista al abrigo del viento.

De repente se oyo un grito aterrador. Matilda temio por unos segundos que alguien se hubiera caido por el precipicio, pero el alarido procedia del bosque. Corrio hacia alli y la escena que vio no se le iba a olvidar jamas.

De un arbol colgaba el cuerpo desnudo de un hombre, balanceandose sin vida de una soga. Alguien le habia cortado en mitad del vientre con un cuchillo y la sangre le habia caido por las piernas y habia llegado al suelo. Cuando Matilda observo su cara y sus ojos abiertos de par en par, fijos en ella, lo reconocio inmediatamente.

Veinte minutos despues de que llegara el aviso a la centralita de policia, Knutas y Karin se bajaban del coche en Hogklint. Sin pronunciar palabra se abrieron paso entre el monton de turistas sobresaltados que habian tenido ocasion de participar en una excursion turistica fuera de lo comun. Los agentes comenzaron a acordonar la zona. Habian llegado varios autocares con turistas, pero se habian encontrado con la policia en el aparcamiento y esta les habia ordenado dar la vuelta y alejarse de alli. No dieron ninguna explicacion y los sorprendidos guias y conductores hicieron lo que les dijeron sin recibir respuesta alguna a sus preguntas. Knutas oyo de pasada que alguien hablaba entre dientes de suicidio y la hipotesis no era tan descabellada. Hogklint era un lugar frecuentado por los aspirantes a suicidarse.

Cuando llegaron a lo alto se les unieron Sohlman, Wittberg y Kihlgard, que venian detras. Vieron el cuerpo alli colgado en el aire con el mar resplandeciente y el cielo azul de fondo. Knutas meneaba despacio la cabeza al ir reconociendo cada una de las senales de las anteriores victimas.

Gunnar Ambjornsson habia vuelto a Gotland.

El asesinato del politico socialdemocrata del ayuntamiento de Visby acaparo el jueves el interes informativo de toda Suecia. A la rueda de prensa que la policia habia ofrecido por la tarde habian asistido incluso representantes de la prensa noruega, finlandesa y danesa. Dada la gran cantidad de testigos que habia esta vez, fue imposible intentar siquiera mantener en secreto las macabras circunstancias que rodeaban el asesinato. Corrian rumores sobre sectas, asesinos en serie y ocultismo, y bombardearon a la policia con preguntas acerca de como se habian ejecutado los asesinatos anteriores. La policia reconocio que habia ciertas semejanzas, pero no dijo cuales.

Knutas estaba agotado despues de la conferencia de prensa, que habia sido la mas prolongada de cuantas el habia dado. Y no acababa ahi la cosa.

A lo largo de la tarde se habia filtrado la noticia de que a Gunnar Ambjornsson le habian puesto una cabeza de caballo empalada en su casa y cuando se supo que Staffan Mellgren habia pasado por la misma experiencia antes de que lo asesinaran, aquello se convirtio en una avalancha en todos los medios de comunicacion del pais. Periodistas de todos los medios de ambito nacional cogieron el primer avion con destino a Gotland.

Tras la rueda de prensa, Knutas y sus colegas de la Brigada de Homicidios se volvieron inaccesibles ante semejante alud, excepto el abrumado Lars Norrby, que en calidad de portavoz tuvo que hacerles frente. La policia temia que la intensa cobertura mediatica pudiera hacer aun mas dificil la detencion del asesino.

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