aquella figura.

El no tenia tiempo. Era de suma importancia que localizara a Aron Bjarke.

Johan salio con tiempo antes de su encuentro con el vendedor. Habia practicado con la camara toda la tarde y la llevaba en la cintura, sujeta al cinturon. El problema era que corria el riesgo de que lo reconociera. Se hacia pasar por un noble de Escania, pero a lo mejor el perista lo habia visto en la television. El rostro de Johan aparecia de vez en cuando en la pantalla cuando hacia reportajes en directo o daba algunas noticias breves.

Decidio disfrazarse con unas grandes gafas de sol y una gorra que ocultaba sus rizos morenos. En el espejo parecia otra persona.

El trafico en direccion a Visby era denso, iba mucha gente a la ciudad para participar o presenciar alguno de los muchos espectaculos que se organizaban durante el primer dia de la Semana Medieval. Habia tomado prestado el coche de Emma y llego a la pista de hockey veinte minutos antes de la hora acordada. Se sentia como un autentico criminal, complice en una transaccion delictiva. Solo de pensarlo se sentia culpable.

Johan se puso nervioso de verdad mientras esperaba y se estremecio cuando poco despues paso a su lado una furgoneta roja. Hizo un movimiento discreto con la mano y puso en marcha la camara. El hombre que conducia la furgoneta tambien llevaba gafas oscuras. Tenia barba gris y era ligeramente obeso. Rondaria los cincuenta.

Sin decir nada, abrio la puerta del asiento del acompanante. Con cierta indecision se sento en el vehiculo.

Se saludaron escuetamente.

– Si lo hacemos con discrecion podemos mirar aqui las piezas, pero tenemos que darnos prisa -dijo el hombre con marcado acento de Gotland mientras miraba de reojo a traves de la ventanilla y del espejo retrovisor. Parecia agobiado. No parecia el tipico delincuente agresivo precisamente. Quiza fuera nuevo en el negocio.

El estafador saco una caja de herramientas metida entre los asientos. Abrio la caja y extrajo un pano de fieltro enrollado del cual saco una serie de objetos: un cincel, algunas hojas de hacha, varias monedas de plata, puntas de lanza y una fibula.

Johan trato de poner cara de entendido y levanto despacio todas y cada una de las piezas.

Niklas le habia dado algunos consejos sobre el tipo de comentarios apropiados. El perista lo observaba atentamente.

– Esto es, como ya le dije por telefono, una muestra. Tengo mucho mas, pero no se lo interesado que estara.

– Ahora que he visto lo que tiene y que se trata de cosas autenticas, puede que le haga un pedido importante -dijo Johan.

– ?De cuanto estamos hablando?

– Eso no quiero concretarlo ahora. Cada cosa a su tiempo. ?Cuanto pide por esto?

– ?Todo?

– Si.

– Cien mil.

– Eso es demasiado. Le doy cincuenta.

Niklas le habia advertido de que el tipo con toda seguridad le pediria un precio exorbitante, aunque solo fuera para ponerlo a prueba.

– Noventa.

– Puedo estirarme como mucho hasta setenta y cinco mil, solo para demostrar mis buenas intenciones esta primera vez. En adelante le agradecere que me ofrezca precios aceptables desde el principio.

– ?Cuando me puede dar el dinero?

– El lunes.

– ?Al contado?

– En eso quedamos, ?no?

Aron Bjarke no contestaba al telefono fijo ni al movil.

Knutas conecto el ordenador y busco sus datos personales. Nacio en el hospital de Visby en 1961, habia hecho el bachillerato en el Instituto Saveskolan de Visby y despues habia estudiado arqueologia en la Universidad de Estocolmo. Vivio durante mucho tiempo en Hagersten, una de las barriadas al sur de Estocolmo. Knutas pudo confirmar que Aron no habia estado nunca casado ni habia vivido con nadie, y que no tenia hijos. Habia vuelto a Gotland hacia algunos anos y residia desde entonces en Skogrand.

Aron Bjarke tenia un hermano, un hermano mayor que el que se llamaba Eskil Rondahl. Sus padres habian fallecido en un incendio hacia solo un ano. Knutas recordaba bien aquel incendio en Hall. Pudieron apagarlo pronto, pero murieron dos personas. Asi pues, se trataba de los padres de Aron. Arrugo la frente sorprendido ante semejante coincidencia. La policia habia realizado una minuciosa inspeccion tecnica, pero la causa del incendio nunca logro esclarecerse.

De la informacion se desprendia que el hermano seguia viviendo en la granja de los padres, en Hall.

Quiza podria encontrar alli a Aron.

La tension que Johan habia experimentado antes de encontrarse con el vendedor desaparecio nada mas sentarse en el coche. Le temblaban las piernas y se sentia mal. No porque el hombre ofreciera un aspecto especialmente intimidatorio, mas bien al contrario.

Por el momento no queria pensar en las posibles consecuencias. Apago la camara con la esperanza de que todo hubiera quedado grabado, y se quito las gafas y la gorra.

Recogio en Grabo a Niklas, que llevaba dos botellas de buen vino y un ramo de flores para Emma. Johan quedo impresionado, eso no se lo esperaba de su amigo.

Cuando llegaron a casa se encontraron la musica bastante alta. Pia y Emma estaban sentadas en el sofa con una copa de vino escuchando a Ebba Gron. Hacia mucho tiempo que no veia a Emma tan animada. Necesitaba distraerse. Quiza su inseguridad con respecto a su relacion tuviera que ver con el cansancio.

Johan decidio en aquel momento invitarla a hacer un viaje, tanto si queria como si no. Iba a ser una sorpresa, con el viaje ya reservado. Elin tenia que ir con ellos, por supuesto, pero el se encargaria de ella la mayor parte del tiempo. Emma solo tendria que darle el pecho.

Cuando vio aparecer a Johan se acerco bailando hasta el con una sonrisa picara y le dio un beso. Johan penso que le habia leido el pensamiento.

Tras la cena se sentaron en el sofa del cuarto de estar para ver lo que Johan habia grabado. La calidad visual dejaba mucho que desear, las imagenes se movian, pero pudieron escuchar con claridad lo que se decia en la cinta.

Johan respiro aliviado cuando constato que el material era lo suficientemente bueno para hacer un reportaje para la television. De pronto aparecio en la pantalla la cara del vendedor, al principio borrosa y luego con nitidez. Niklas lanzo un grito.

– ?Joder! Pero si es el del almacen, Eskil, Eskil algo.

Todos miraron a Niklas sorprendidos.

– Ya me acuerdo, se llama Eskil Rondahl. Trabaja en el almacen de la Sala de Arte Antiguo, lleva alli mucho tiempo. No es tan raro que pueda coger las cosas.

– ?Anda, claro! -exclamo Johan excitado-. Si incluso lo he entrevistado por telefono sobre el tema de los robos. ?Dios mio!, ese viejo tan seco y tan triste. ?Estas seguro de que es el?

– Claro que lo estoy. Todos los estudiantes de arqueologia tienen algunas clases con el. Ensena como se conservan y archivan los hallazgos arqueologicos.

– Asi que se trata de un trabajo realizado desde dentro. Si el esta vendiendo cosas, igual hay alli mas gente que lo hace.

– ?Joder! Esto es totalmente absurdo -exclamo Niklas meneando la cabeza-. Me pregunto cuanto tiempo llevara haciendolo.

– ?Que sabes de el?

– No mucho. Parece una persona anonima, muy reservada. Apenas habla. Un bicho raro, sencillamente.

– ?Sabes si tiene familia o donde vive?

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