– Ni punetera idea, pero me cuesta mucho creer que tenga una familia.
– Tengo que comprobarlo.
Johan se levanto y se conecto al ordenador que Emma tenia en su estudio. Busco Eskil Rondahl en el Registro Civil y consiguio su direccion.
– Vive en Hall, eso esta al norte, ?no?
– ?Cual es la direccion? -pregunto Niklas, que lo habia seguido y estaba detras de el mirando la pantalla.
– Solo pone Sigvards, Hall.
– ?Donde sera? La mayor parte de Hall es una zona protegida junto a «la costa de piedra». Alli no hay apenas nada, es una zona desolada y yerma.
Johan miro el reloj. Eran las nueve y cuarto
– Voy a ir alli.
– ?Ahora?
Johan anoto los datos de Eskil Rondahl.
– Te acompano -dijo Niklas con decision.
– No, es mejor que me acompane Pia, asi podra filmar en caso de que sea necesario -repuso Johan-. Tu mientras tanto puedes hacer compania a Emma.
Pia conducia exaltada y superaba con mucho el limite de velocidad. Habia bebido poco vino en la cena porque tenia que madrugar al dia siguiente y ahora se alegraba de ello. Cruzaron Visby y Lickershamn en direccion norte. Todavia era de dia y cuando pasaron Ireviken el paisaje empezo a cambiar. La naturaleza se volvio mas arida y, la vegetacion, mas baja. Por todas partes se veian arboles secos que extendian sus ramas desnudas hacia el cielo. Buscaron un buen rato y preguntando encontraron por fin la granja al final del camino. Habia empezado a anochecer y no se atrevieron a conducir hasta la casa. Tan pronto como aparecio la granja detras de un recodo, Pia freno y dio marcha atras. Aparco un poco mas arriba, en el bosque.
La granja era inmensa, pero con signos evidentes de que necesitaba una reparacion. Para su sorpresa vieron que habia cinco o seis coches aparcados en el patio. Al parecer Eskil Rondahl tenia visita. Al fondo se veia una furgoneta roja y un viejo remolque oxidado para transportar caballos. Pia llevaba consigo la camara pequena por si tenia ocasion de usarla. En todo caso tendria que ser dentro, fuera estaba ya demasiado oscuro. Se acercaron con cuidado a la casa y la tenian a la vista cuando de repente oyeron el ruido de un motor a sus espaldas. Johan se estremecio, ?seria otra visita?
Se quedo pasmado cuando vio quien se bajaba del coche. Era Anders Knutas. Venia solo en su propio coche. ?Estaria tambien siguiendo la pista de los robos? Johan echo una ojeada rapida al reloj. Eran casi las diez de la noche.
Parecia que Knutas no habia descubierto la presencia de Johan y de Pia, que estaban detras de unos arbustos, y cuando el periodista se acerco a el, se sobresalto.
– ?Que demonios haces aqui?
La pregunta sono como un bufido. Que situacion tan absurda. Alli estaban, en medio de una reserva protegida, junto a una granja solitaria, de noche y mirandose fijamente como dos tontos.
– ?Que haces tu? -le pregunto Johan.
– Eso es cosa mia -corto Knutas-. ?Que es lo que pasa aqui? -pregunto haciendo un gesto con la cabeza en direccion a los coches aparcados.
– Ni idea, acabamos de llegar.
Pia salio tambien y saludo a Knutas.
– Ahora tendreis que explicarme que es lo que haceis aqui.
Johan le conto de manera sucinta como habia encontrado la pagina web americana y su encuentro con el vendedor. Cuando le conto que este era Eskil Rondahl, Knutas puso los ojos en blanco.
– No esta mal.
Por como lo dijo parecia impresionado.
– Pero tu has venido aqui por otra cosa, ?no?
Knutas dudo un momento. Quiza fuera la intimidad de estar ahi en mitad de la oscuridad, quiza fuera porque estaba tan cansado, tan vacio tras los ultimos sucesos…; algo hizo que decidiera desvelar el motivo de su presencia.
– Aron Bjarke, que es profesor de la universidad, se encontraba en Estocolmo cuando esperabamos el regreso de Gunnar Ambjornsson de su viaje al extranjero. No lo habiamos descubierto antes, pero Aron Bjarke y Eskil Rondahl son hermanos. Aron Bjarke se cambio el apellido hace diez anos cuando estaba estudiando en Estocolmo. Antes se llamaba Aron Rondahl.
– ?Sospechais que Aron es el asesino?
– Si, y ahora tu has anadido otro aspecto que no conociamos, lo de los robos. No se puede pedir mas, quiza hayamos resuelto tambien el robo del museo.
Pia le dio un codazo a Johan en el costado.
– Mirad -exclamo-. Parece que van a hacer algo.
En la casa se veia gente dando vueltas. Johan oyo que alguien cerraba la puerta por dentro. «Que raro - penso-. Aqui fuera, en el campo, nadie cierra la puerta con llave.»
Con sigilo se deslizaron hacia delante y miraron a traves de una ventana. Era la de la cocina, que parecia vieja y mal equipada. Una cocina electrica desgastada y un frigorifico pequeno eran los unicos electrodomesticos que habia. Se veia una considerable cantidad de cacharros sin fregar, asi como vasos y botellas. Johan avanzo sigilosamente pegado a la pared y se agacho para no ser visto. Doblo la esquina de la casa, hizo acopio de valor y se levanto de manera que pudiera ver el interior sin obstaculos.
Era una habitacion grande, casi como una sala pero con pocos muebles. Dentro habia una decena de personas, hombres y mujeres de distintas edades. Todos iban vestidos con unos ropajes que parecian mantos largos. Lo primero que penso es que estaban celebrando alguna ceremonia relacionada con la Semana Medieval, pero enseguida comprendio que se trataba de algo distinto. Aparecio un hombre, vestido solo con pantalones cortos. Llevaba un tambor plano revestido de piel, que parecia un pandero, en el cual golpeaba con un palo de madera forrado de cuero en un extremo. Mientras tanto iba cantando una cancion monotona que no tenia melodia, consistia solo en un sonido uniforme. Johan no consiguio entender ninguna palabra, pero tuvo la impresion de que el percusionista estaba pronunciando conjuros o invocando a algun poder superior.
Otro hombre, cuya cara quedaba oculta, se coloco en el centro de la reunion. Los demas formaron un circulo a su alrededor. Este empezo a hablar mientras daba vueltas, y el resto del grupo parecia que respondia. Knutas se situo al lado de Johan.
– ?Quien es el del tambor? -pregunto Johan en voz baja-. Parece un chaman.
– Si, pero no se quien es. Pero fijate en el del centro, parece el lider. Es Aron Bjarke.
En ese momento, Aron Bjarke miro hacia donde estaban ellos, Johan creyo por un instante que los habia descubierto, pero Bjarke siguio, impasible.
Entonces Johan vio a Eskil Rondahl. Estaba en uno de los extremos del grupo, con los ojos cerrados y murmurando igual que los demas. Parecia totalmente cambiado, no se parecia a la persona con la que Johan se habia entrevistado aquel mismo dia. Como si fuera otra persona. Parecia que estaba en trance y Johan tuvo la sensacion de que el percusionista le hacia caer a el y a los demas en una especie de extasis.
De pronto entro bailando en la sala una mujer ligera de ropa. Tenia una melena rizada y pelirroja que le llegaba hasta la cintura y, al igual que el chaman, iba casi desnuda. Llevaba alrededor de las caderas un escueto trozo de tela y en la parte superior un top. Bailo alrededor del hombre del tambor moviendo el cabello. En las manos llevaba algo que parecia un cuerno y que se lo ofrecio a los que estaban en el circulo para que bebieran.
Cuando todos hubieron bebido trajeron un cuenco. La mujer lo llevaba con cuidado en las manos y Johan y Knutas se echaron instintivamente hacia delante para ver mejor. Se movia con el cuenco hacia delante y hacia atras, y los participantes miraban como extasiados. Todos miraban hacia el recipiente. En ese momento ella alzo el cuenco ante si mientras el hombre del tambor lo golpeaba con mayor intensidad y alzaba la voz. El sonido se oia desde fuera, pero seguian sin poder entender lo que decia. Jamas habian visto algo parecido. Entonces la mujer bebio del contenido del cuenco mientras el chaman gritaba. Un liquido de color rojo oscuro se derramo por los lados.