Knutas, en contra de su costumbre, llego a la reunion con unos minutos de retraso. Lo recibio un agradable murmullo cuando entro en la sala con la taza de cafe en una mano y una carpeta con papeles en la otra. Eran las ocho pasadas y todos habian llegado ya. Se quito la chaqueta y la colgo en el respaldo de la silla, se coloco como siempre en uno de los extremos de la mesa y bebio un sorbo del amargo cafe de la maquina. Observo a sus colegas mientras hablaban entre ellos.

A la derecha se sentaba su mas inmediata colaboradora Karin Jacobsson: treinta y siete anos, no muy alta, morena y con los ojos castanos. Profesionalmente era tenaz y atrevida, podia ser tan obstinada como un terrier. Era abierta y comunicativa, pero de su vida privada no sabia gran cosa, pese a que llevaban quince anos trabajando juntos. Vivia sola y no tenia hijos. Knutas no sabia si tenia novio.

Habia estado todo el otono sin ella y la habia echado mucho de menos. Karin Jacobsson habia sido objeto de una investigacion interna por un supuesto de prevaricacion en relacion con el caso de los asesinatos del verano anterior. La investigacion fue sobreseida, pero a ella le afecto mucho todo aquello. Estuvo apartada del servicio durante el tiempo que duraron las indagaciones y despues se tomo vacaciones inmediatamente. No tenia ni la mas remota idea de lo que habia hecho durante el tiempo que estuvo alejada.

Ahora conversaba en voz baja con el inspector Thomas Wittberg, el cual, con su abundante cabellera rubia y su cuerpo bien torneado, parecia mas un surfista que un policia. Un juerguista de veintisiete anos al que no le faltaban los ligues, pero que realizaba su trabajo de forma irreprochable. El talento de Wittberg para relacionarse con la gente le habia sido de gran utilidad; al frente de un interrogatorio era dificil de superar.

Lars Norrby, al otro lado de la mesa, era el polo opuesto de Wittberg. Alto, moreno y meticuloso, casi prolijo. A Knutas podia volverlo loco con su manera de darle vueltas a las cosas. En el trabajo los dos conocian muy bien las manias del otro. Habian empezado al mismo tiempo en la policia y habian patrullado juntos muchas veces. Ahora ambos se acercaban a los cincuenta y estaban tan familiarizados con los delincuentes de la isla como con la manera de ser del otro.

El inspector Norrby era tambien el portavoz de prensa de la policia y el jefe adjunto de la Brigada de Homicidios, un nombramiento con el que Knutas no siempre estaba satisfecho.

El tecnico del grupo, Erik Sohlman, era energico, temperamental e inquieto como un perro sabueso, al tiempo que era increiblemente metodico.

Se sentaba tambien a la mesa el fiscal jefe del juzgado de primera instancia de Gotland, Birger Smittenberg. Era de Estocolmo, pero se habia casado con una mujer de Gotland. Knutas apreciaba sus conocimientos y su gran dedicacion.

Knutas abrio la reunion:

– La victima es Henry Dahlstrom, el Flash, nacido en 1943. Fue hallado en una habitacion del sotano que utilizaba como cuarto oscuro ayer por la tarde, poco despues de la seis. Por si alguno de vosotros aun no lo sabe, se trata de un alcoholico que habia sido fotografo. Solia andar por la zona de Oster y se lo reconocia facilmente porque siempre llevaba la camara colgada.

El silencio era total alrededor de la mesa, todos escuchaban con atencion.

– Dahlstrom presentaba graves contusiones en la parte posterior de la cabeza. Se trata sin duda alguna de un asesinato. El cuerpo sera trasladado hoy a la Unidad de Medicina Forense del Hospital de Solna.

– ?Habeis encontrado el arma? -pregunto Norrby.

– De momento no. Hemos registrado el cuarto oscuro y el piso. Solo hemos precintado esos dos sitios. No tiene sentido acordonar una zona mas amplia puesto que el cuerpo ha permanecido alli una semana y sabe Dios cuantas personas habran pasado por la escalera desde entonces. Dahlstrom vivia en el bajo, en un apartamento que hacia esquina. Justo fuera esta el camino peatonal que va hasta Terra Nova. Hay que reconocer toda esa zona. La oscuridad dificulto ayer los trabajos, pero la busqueda se ha reanudado esta manana en cuanto se ha hecho de dia. Bueno, claro, hace apenas un momento.

Knutas miro el reloj.

– ?Quien lo descubrio? -pregunto el fiscal.

– El cuerpo lo encontro uno de los porteros. Por lo visto hay cuatro. Este vivia en el portal de enfrente. Se llama Ove Andersson. Ha contado que un hombre que se presento como un buen amigo de la victima llamo a su puerta ayer por la tarde, a eso de las seis. El hombre le explico que llevaba varios dias sin ver a Dahlstrom y que estaba preocupado por su paradero. Lo encontraron en el sotano, pero, cuando el portero subio a su casa para llamar a la policia, el amigo aprovecho para largarse de alli.

– Parece algo sospechoso que desapareciera. Puede que sea el asesino -sugirio Wittberg.

– En ese caso, ?para que iba a ponerse en contacto con el portero? -objeto Norrby.

– Tal vez quisiera entrar en el apartamento para buscar algo que se habia dejado olvidado y no se atrevia a entrar por la fuerza -aventuro Karin.

– No, no se puede descartar, claro, aunque parece bastante improbable -contradijo Norrby-. ?Por que iba a esperar una semana entera? Siempre existia el riesgo de que alguien encontrara el cuerpo.

Knutas fruncio el ceno.

– Otra posibilidad es que desapareciera porque tuvo miedo de que lo consideraran sospechoso. Tal vez participo en la fiesta, porque en el apartamento hubo una, eso esta claro. De todos modos, tenemos que localizarlo cuanto antes.

– ?Tenemos su descripcion? -pregunto Wittberg.

Knutas miro sus papeles.

– De mediana edad, alrededor de los cincuenta, segun el portero. Alto y fuerte. Moreno, con bigote y con el pelo largo peinado hacia atras y recogido en una coleta que le cae por la espalda. Jersey oscuro, pantalon oscuro. No se fijo en los zapatos. A mi me parece que se trata de Bengt Johnsson. Es el unico de la cuadrilla de alcoholicos que coincide con esa descripcion.

– Si, tiene que ser Bengan. Ellos dos eran como una y carne -afirmo Wittberg.

Knutas se volvio hacia el tecnico.

– Erik, ?expones tu las cuestiones tecnicas?

Sohlman asintio.

– Hemos registrado el apartamento y el cuarto de revelado, pero aun nos queda mucho por hacer. Si empezamos con la victima y las heridas, deberemos ver las fotos. Estad preparados porque son bastante desagradables.

Sohlman apago la luz y mediante un ordenador proyecto las imagenes digitales en la pantalla grande que habia en la pared de enfrente.

– Henry Dahlstrom yacia boca abajo en el suelo con importantes contusiones en la parte posterior del craneo. El autor del crimen utilizo un objeto romo. Yo diria que un martillo, pero el forense podra aportarnos mas datos dentro de poco. El objeto golpeo la cabeza repetidas veces. Las abundantes salpicaduras de sangre se explican porque el asesino primero le rompio el craneo y luego siguio dando golpes sobre la superficie ensangrentada. Cada vez que levanto el arma para asestar un nuevo golpe, la sangre salpico alrededor.

Sohlman utilizo un puntero para mostrar las salpicaduras que se veian tanto en el suelo como en las paredes y en el techo.

– Probablemente el autor del crimen tiro a Dahlstrom al suelo y luego, inclinado sobre el, siguio golpeandolo. Por lo que se refiere a precisar cuando se produjo el asesinato, yo calculo que fue hace cinco o seis dias.

El rostro de la victima presentaba un aspecto grisaceo tirando a verde con manchas amarillas; los ojos tenian un color marron oscuro rojizo y los labios estaban negros y secos.

– El proceso de descomposicion ya se habia iniciado -continuo Sohlman impasible-. Podeis ver en el cuerpo esas pequenas ampollas de color marron con los liquidos del cadaver que han empezado a salir. Es lo mismo que aflora por los orificios nasales y la boca.

Alrededor de la mesa sus companeros hicieron muecas de asco. Karin se pregunto para sus adentros como era capaz Sohlman de hablar siempre de victimas sanguinolentas, de la rigidez de los cadaveres y de cuerpos putrefactos como si hablara del tiempo o de la declaracion de la renta.

– Todos los muebles estan volcados y han registrado los armarios y cajones que guardaban fotos. Evidentemente, el asesino buscaba algo. La victima presenta tambien marcas en los antebrazos que solo pudo hacerse tratando de defenderse. Aqui podeis ver los cardenales y los aranazos. Por lo tanto, opuso resistencia. El cardenal de la clavicula puede haber sido el resultado de un golpe fallido. Por supuesto, hemos tomado muestras de sangre. Tambien hemos encontrado una colilla en el pasillo del sotano y cabellos que, al parecer, no proceden

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