– Se trata de un sabotaje. La carga explosiva que dano el estadio ha tenido que ser muy potente. La policia esta buscando pistas sobre el autor del delito. Estamos utilizando todos los recursos a nuestro alcance para detenerlo. Es todo lo que podemos decir por el momento. Gracias.

Se dio la vuelta para agacharse y pasar al otro lado de la cinta de acordonamiento. Una ola de voces y gritos hizo que se detuviera.

– ?Algun sospechoso…?

– ?Otros heridos…?

– ?Los medicos que hay…?

– Es todo por ahora -repitio el policia. Se alejo junto a sus colegas con paso rapido y la cabeza hundida entre los omoplatos. La bandada de medios se disperso, el presentador de Rapport se coloco delante de los focos, recito su texto y dio paso al estudio; los demas encendieron sus telefonos moviles e intentaron que sus boligrafos funcionaran.

– Bueno -dijo Henriksson-, no nos hemos enterado de mucho.

– Es hora de irse -anuncio Annika.

Dejaron al freelance de guardia y se encaminaron al coche de Henriksson.

– Podemos ir por la Vintertullstorget y pillar algun testigo -dijo Annika.

Llamaron a los que vivian en los alrededores, familias con hijos y jubilados, alcoholicos y discotequeros. Hablaron de la explosion que les habia despertado, lo asustados que estuvieron y lo desagradable que fue.

– Es suficiente -informo Annika a las siete menos cuarto-. Tenemos que arreglar esto tambien.

Fueron al periodico en silencio. Annika escribia mentalmente titulares y pies de foto; Henriksson repasaba los negativos en su cerebro, escogia y descartaba, aumentaba la sensibilidad de la pelicula y daba mas luz.

Ahora nevaba de verdad. La temperatura habia subido mucho y la carretera estaba muy resbaladiza. En Essingeleden habian chocado cuatro coches en serie. Henriksson detuvo el suyo y tomo una foto.

Entraron en la redaccion justo antes de las siete. El ambiente estaba sereno y cargado. Jansson se encontraba ahi: el jefe de noche tambien se encargaba los fines de semana de la primera edicion. Un sabado normal solo se solia cambiar algun articulo aislado, pero siempre estaban preparados para rehacer el periodico si era necesario. Eso era lo que sucedia ahora.

– ?Tienes algo? -pregunto Jansson y se levanto en el mismo momento en que los vio.

– Creo que si -respondio Annika-. Hay un muerto en la graderia olimpica. Hecho pedazos, me jugaria lo que fuera. Dentro de media hora lo sabre con seguridad.

Jansson se balanceo sobre sus talones, a punto de saltar.

– Media hora. ?Antes no?

Annika le lanzo una mirada por encima del hombro al mismo tiempo que se quitaba el abrigo. Tomo la primera edicion y se fue a su despacho.

– Okey -dijo el y se sento de nuevo.

Ella escribio el primer articulo, que solo era una ampliacion del trabajo del reportero de noche para la primera edicion. Anadio las citas de los vecinos y senalo que el fuego habia sido dominado. Despues comenzo con el articulo Yo estuve alli, que relleno con sonidos y detalles. A las siete y media llamo a su contacto.

– Todavia no puedo decir nada -comenzo el.

– Lo se -dijo Annika-. Yo hablare y tu te puedes quedar callado o decirme si estoy equivocada…

– Esta vez no puedo hacerlo -interrumpio el.

?Ay diablos! Cogio aliento y decidio pasar al ataque.

– Escuchame primero -dijo-. Creo que asi estan las cosas: una persona ha muerto esta noche en el estadio olimpico. Alguien ha volado en pedacitos en el graderio. Ahora estais alli recogiendo los pedazos. Fue alguno de la organizacion, todas las alarmas estaban desconectadas. Debe haber cientos de alarmas en un estadio de ese tipo, alarma contra robos, contra incendios, de movimiento: todas estaban desconectadas. Ninguna puerta ha sido forzada. Alguien entro con la llave y desconecto las alarmas, la victima o el asesino. Estais intentando averiguar quien es.

Se callo y contuvo la respiracion.

– Ahora no puedes publicar eso -dijo el policia desde el otro lado.

Una inspiracion rapida.

– ?Que?

– La teoria de que es alguno de la organizacion. Queremos mantenerlo en secreto. Las alarmas funcionaban, pero estaban apagadas. Alguien ha muerto, es cierto. Todavia no sabemos quien.

Parecia totalmente agotado.

– ?Cuando lo sabreis?

– No lo se. La identidad puede ser dificil de determinar visualmente, por decirlo de alguna manera. Pero tenemos otras pistas. No puedo decir mas.

– ?Hombre o mujer?

Dudo.

– Ahora no -dijo y colgo.

Annika salio corriendo hacia Jansson.

– La muerte esta confirmada, pero todavia no saben quien es.

– ?Carne picada? -pregunto Jansson.

Ella trago y asintio.

Helena Starke se desperto con una resaca que no era de este mundo. Mientras estuvo tumbada en la cama todo fue bien, pero cuando se levanto para coger un vaso de agua vomito en la alfombra del vestibulo. Se quedo a cuatro patas, jadeando, antes de poder llegar tambaleandose hasta el cuarto de bano. En el lleno de agua el vaso del cepillo de dientes y bebio con tragos avidos. Dios mio, nunca volveria a beber. Levanto la vista y encontro sus ojos rojos tras las manchas de pasta de dientes en el espejo. ?Cuando aprenderia? Abrio el armario del cuarto de bano y presiono el envoltorio de papel de aluminio para tomar dos tabletas de Panodil, se las trago con mucha agua y recito una breve oracion para no vomitarlas.

Fue tambaleandose hasta la cocina y se sento a la mesa. El asiento de la silla estaba frio bajo sus nalgas desnudas, le dolia un poco la vagina. ?Cuanto bebio anoche en realidad? La botella de conac estaba en el fregadero, vacia. Apoyo la mejilla contra la mesa y busco recuerdos de la noche anterior. El bar, la musica, las caras, todo se mezclaba. ?Dios, ni siquiera recordaba como habia llegado a casa! Christina estaba con ella, ?no fue asi? Salieron del bar juntas, ?o no?

Gimio, se levanto, lleno una jarra de agua y se la llevo a la cama. De camino hacia el dormitorio cogio la alfombra del recibidor y la arrojo a la cesta de la ropa sucia, en el armario contiguo; estuvo a punto de vomitar de nuevo al sentir el olor.

El radio reloj junto a la cama marcaba las nueve menos cinco. Gimio. Cuanto mayor era, mas temprano se despertaba, especialmente si habia bebido. Tiempo atras podia dormir la mona un dia entero. Ya no. Ahora se despertaba temprano, se sentia como una perra apaleada y luego yacia sudorosa el resto del dia. Se estiro penosamente para coger el agua y bebio directamente de la jarra. Apoyo las almohadas contra la cabecera de la cama y se acomodo. Entonces vio que la ropa de anoche estaba cuidadosamente doblada sobre la comoda, junto a la ventana, y un estremecimiento le recorrio la columna vertebral. ?Quien la habia dejado tan bien doblada? Seguramente ella misma. Lo peor de beber era olvidarse de lo que habia hecho; una iba de un lado a otro como una zombi y hacia gran cantidad de cosas normales sin tener ni idea de ello. Un escalofrio la estremecio y puso la radio local. Daba lo mismo escuchar las noticias que esperar a que el Panodil comenzara a hacer efecto.

La noticia principal de la manana hizo que volviera a vomitar. Entonces supo que no descansaria mas el resto del dia.

Despues de vomitar en el inodoro tiro de la cadena y cogio el telefono para llamar a Christina.

Tidningarnas Telegrambyra, TT, emitio la noticia de Annika a las nueve y treinta y cuatro minutos. El Kvallspressen fue, por lo tanto, el primero en divulgar la noticia de la victima en el estadio olimpico. Los titulares del periodico decian:

UN MUERTO EN LA EXPLOSION DEL ESTADIO OLIMPICO

Вы читаете Dinamita
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×