Annika esbozo una sonrisa.

– Yo me encargo.

Cuando termino la reunion, Annika telefoneo a casa. Kalle, de cinco anos, respondio.

– Hola bonito, ?como estas?

– Bien. Vamos a comer a McDonald's. ?Sabes que Ellen ha tirado zumo de manzana sobre Pongo y los cachorros? Ha sido una tonteria porque ya no podremos verla mas…

El nino callo y emitio un sollozo.

– Si, que mala suerte. ?Pero como pudo caersele el zumo encima? ?Por que estaba la pelicula en la mesa de la cocina?

– No, estaba en el suelo del salon, pero Ellen le dio una patada a mi vaso de zumo cuando se fue a hacer pis.

– ?Y por que habias dejado tu vaso en el suelo del salon? Te he dicho que no puedes desayunar en el salon, ?ya lo sabes!

Annika noto que se enfadaba. ?Que lata irse a trabajar dejando que todo fuera mal y se rompieran las cosas!

– No es culpa mia -grito el nino-. ?Ha sido Ellen! Ha sido Ellen la que estropeo la pelicula.

Ahora lloraba con fuerza; solto el auricular y salio corriendo.

– ?Kalle! ?Kalle!

?Por todos los diablos!, ?por que tiene que ser asi? Ella solo queria llamar a casa para ser encantadora y tranquilizar su mala conciencia. Thomas tomo el auricular.

– ?Que le has dicho al nino? -pregunto.

Ella suspiro y noto que el dolor de cabeza se acercaba solapadamente.

– ?Por que estaban desayunando en el salon?

– No lo estaban -respondio Thomas intentando mantener la calma-. Solo deje que Kalle llevara su vaso de zumo. No lo hice demasiado bien, teniendo en cuenta las consecuencias, pero los voy a sobornar con un almuerzo en McDonald's y una nueva pelicula en Ahlens. No creas que todo depende de ti continuamente. Concentrate en tus articulos. ?Como te va?

Ella trago saliva.

– Una muerte jodidamente repugnante. Asesinato, suicidio o quiza un accidente, todavia no lo sabemos.

– Si, lo he oido. ?Llegaras muy tarde?

– Tarde no, tardisimo.

– Te quiero -dijo el.

Extranamente sintio que los ojos se le llenaban de lagrimas.

– Yo tambien te quiero -susurro.

Su fuente de informacion habia trabajado por la noche y ya se habia ido a casa, asi que debia confiar en los canales policiales normales. No habia ocurrido nada mas durante la manana, la victima aun no habia sido identificada, el trabajo de extincion habia concluido, la investigacion tecnica continuaba. Annika decidio ir de nuevo al estadio con otro fotografo, un suplente llamado Ulf Olsson.

– Me parece que no llevo la ropa adecuada para este trabajo -dijo Ulf en el ascensor camino del coche.

Annika le miro.

– ?Que quieres decir?

El fotografo vestia abrigo de lana gris oscuro, mocasines y traje.

– Me habia vestido para fotografiar a los famosos en el Dramaten. Creo que podias haberme avisado que ibamos a ir al lugar del crimen; seguro que lo sabias desde hace horas.

El suplente la miro con agresividad. Algo se encendio en la cabeza de Annika y el cansancio se apodero de ella.

– ?Oye, no me digas lo que debo hacer! Tu eres fotografo y debes poder fotografiar desde accidentes de trafico a galas de estreno. Si no quieres fotografiar carne picada en traje de Armani, llevate un mono de trabajo en la bolsa de la camara.

Dio una patada a la puerta del ascensor y entro en el garaje. ?Maldito aficionado!

– No me gusta tu forma de hablarme -voceo tras ella el suplente.

Annika exploto y se dio la vuelta.

– No seas tan pretencioso, ?vale? -espeto-. Ademas, nadie te impide que te enteres de lo que pasa en el periodico. ?Crees que soy tu jodida central de guardarropa?

El suplente trago y cerro los punos.

– Me parece que estas siendo injusta -la regano.

– ?Dios mio! -resoplo Annika-. Que pesado estas con tus quejas. Sientate en el coche y conduce, ?o conduzco yo?

Era costumbre que los fotografos condujeran siempre que un equipo de reporteros salia a trabajar, aunque utilizaran el coche del periodico. En muchas companias los coches de la redaccion eran coches de empresa, pero las peleas sobre quien tenia la prerrogativa de usarlos habia hecho que el Kvallspressen los eliminara.

Annika se sento tras el volante y condujo hacia Essingeleden. La atmosfera en el coche de camino a Hammarbyhamnen era tensa. Annika decidio pasar por la zona industrial de Hammarby, pero no sirvio de nada. Toda la villa olimpica estaba acordonada. Se enfado por su fracaso y Ulf Olsson aliviado, penso que ahora no se mancharia los zapatos.

– Tenemos que sacar una foto diurna de la graderia -anuncio Annika y dio la vuelta frente a la cinta de plastico en Lumavagen-. Conozco a una persona de un canal de television que tiene sus locales por aqui cerca. Si tenemos suerte, alguien nos puede dejar subir al tejado.

Cogio el telefono y llamo al movil de su amiga Anne Snapphane, productora de programas de sobremesa para mujeres de uno de los canales por cable.

– Estoy editando -bufo Anne-. ?Quien eres y que quieres?

Cinco minutos despues estaban en el tejado de la vieja fabrica de lamparas de Sodra Hammarbyhamnen. La vista sobre el desgarrado estadio era fantastica. Olsson saco el tripode e hizo un carrete; era suficiente.

No se dijeron nada mientras regresaban al trabajo.

– La rueda de prensa comienza a las dos -grito Patrik cuando entraron en la redaccion-. Ya tenemos la foto.

Annika agito la mano como respuesta y se fue a su despacho. Colgo el abrigo, tiro el bolso sobre la mesa, cambio la bateria del movil y puso la usada a cargar.

Se sentia acabada e incompetente despues del choque con el fotografo suplente. ?Por que se acaloraba tanto? ?Por que se ofendia? Dudo un momento antes de marcar el numero del director.

– Claro que tengo un momento para ti, Annika -respondio.

Atraveso el espacio abierto de la oficina hacia el despacho en esquina de Anders Schyman. La actividad en la redaccion era casi nula. Ingvar Johansson estaba sentado con el telefono pegado a la oreja al mismo tiempo que comia ensalada de atun. El redactor grafico, Pelle Oscarsson, uno de los maquetistas, estaba entretenido con su Photoshop componiendo en el ordenador las hojas del dia siguiente.

En el mismo momento en que Annika cerro la puerta tras de si sonaron los tres tonos del Eko del mediodia en la radio del director. Eko abrio con la teoria del sabotaje y afirmo que la policia perseguia a un loco que odiaba los Juegos. No habian conseguido nada mas.

– La teoria del odio no es correcta -dijo Annika-. La policia cree que se ha hecho desde dentro.

Anders Schyman silbo.

– ?Por que?

– No hay nada forzado y todas las alarmas estaban desconectadas. O la victima quito las alarmas o lo hizo el Dinamitero. Las dos posibilidades significan que el autor es una persona de la organizacion.

– No necesariamente; la alarma podia haberse estropeado -objeto Schyman.

– No estaba estropeada -respondio Annika-. Funcionaba, pero estaba desconectada.

– Alguien podria haber olvidado activarlas -anadio el redactor jefe.

Annika penso un poco y asintio. Era una posibilidad.

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