Ella titubea.

– Es el que ya no puede mas, se entrega y renuncia a seguir por el futuro.

– ?Fue la muchacha finesa tambien una martir?

Matryona asiente.

El se pregunta si Pavel tambien se acostumbro a hablar mediante formulas, aunque solo fuese al final. Por vez primera piensa que tal vez lo mejor es que Pavel haya muerto. Y ahora que esa idea se le ha pasado por la cabeza, la afronta con calma, sin repudiarla.

Una guerra: jovenes contra viejos, los viejos contra los jovenes.

– Ahora tienes que irte -le dice-. Tengo trabajo que hacer.

La siguiente pagina la titula LA nina, y escribe:

Un dia llega una carta para el: su nombre y su direccion estan escritos con letra de molde, clara y espaciosa. La nina la recoge en porteria y la deja apoyada contra el espejo de su habitacion.

Esa carta… ?quieres saber quien la envia? le pregunta el al desgaire la siguiente vez en que estan a solas. Y le relata la historia de Maria Lebyatkin, de como deshonro Maria a su hermano, el capitan Lebyatkin, y de como se convirtio en el hazmerreir de Tver al afirmar que un admirador suyo, cuya identidad se nego a revelar con tozuda coqueteria, habia pedido su mano.

– ?Esa carta es de Maria? -pregunta la nina.

– Espera y lo sabras.

– Pero ?por que se reian de ella? ?Por que no queria nadie casarse con ella?

– Porque Maria era una simple, y es mejor que los simples no se casen, no sea que tengan hijos simples como ellos, y asi sucesivamente, hasta que el mundo entero se llene de gente simple. Como una epidemia.

– ?Una epidemia?

– Si. ?Quieres que siga? Todo ocurrio el verano pasado, mientras estaba en casa de mi tia. Oi contar la historia de Maria y de su admirador fantasma, y decidi hacer algo. En primer lugar, me encargue un buen traje de color blanco, de modo que pareciese un galan, a la altura del papel que iba a desempenar.

– ?Es este traje?

– Si, este traje. Cuando el traje estuvo listo, todo el mundo sabia que se estaba cociendo, porque en Tver la noticias vuelan. Me puse el traje y con un ramo de flores en la mano me fui a visitar a los Lebyatkin. El capitan no entendia nada, pero su hermana se dio cuenta de lo que ocurria. Nunca habia perdido la fe. A partir de aquel dia fui a verlos a diario. Una vez la lleve a dar un paseo por el bosque, solos los dos. Fue el dia antes de que me viniese a Petersburgo.

– Entonces, ?fuiste su admirador en todo momento?

– No, las cosas no fueron asi de sencillas. Su admirador no fue mas que un sueno que ella tuvo. Los simples no saben distinguir entre los suenos y la realidad. Creen en los suenos. Ella creyo que yo era el sueno. Y es que me comporte, ?sabes?, como si fuera un sueno.

– ?Y no vas a volver a ver como esta ella?

– No, no lo creo. La verdad es que no pienso volver. Y si por un casual ella viniese a visitarme, no dejes de ninguna manera que pase. Dile que he cambiado de alojamiento. Di que no sabes donde vivo, o dale una direccion falsa. Inventate una. A ella la reconoceras en el acto. Es alta, huesuda, tiene dientes de conejo y no hace mas que sonreir. La verdad, es una especie de bruja.

– ?Es eso lo que dice en su carta, que piensa venir?

– Si.

– Y ?por que…?

– ?Por que hice lo que hice? Por hacer una gracia. El verano en el campo es tan aburrido… No tienes ni idea de lo aburrido que es.

No le lleva mas de diez minutos escribir esa escena, sin tener que tachar ni una palabra. En una version definitiva tendria que redondearla, pero por el momento le basta. Se levanta, deja las dos paginas sobre la mesa.

Es una violacion de la inocencia de una nina. Es un acto por el cual no puede esperar perdon. Con ese acto ha cruzado el umbral. Ahora es Dios quien ha de hablar, ahora es Dios quien ya no puede permanecer callado. Corromper a una nina es obligar a Dios. El artilugio que ha ideado se abre y se desata como una trampa, una trampa para cazar a Dios.

Sabe bien lo que esta haciendo. Al mismo tiempo, en esta competicion en la que se mide la astucia entre Dios y el mismo, el esta fuera de si, quiza esta fuera de su alma. No sabe bien donde, pero se pone en pie y observa como Dios y el se acechan el uno al otro. El tiempo esta en suspenso, todo esta en suspenso antes de la caida.

He perdido mi sitio en mi alma, piensa.

Recoge su gorro y abandona su alojamiento. No reconoce el gorro, no tiene ni idea de quien es el calzado que lleva puesto. A decir verdad, nada reconoce de si mismo. Si ahora tuviera que mirarse en un espejo, no le sorprenderia que fuese otro rostro el que encontrase, el que lo mirase a ciegas.

Ha traicionado a todos; tampoco entiende que esas traiciones podrian ir aun mas alla. Si alguna vez quiso saber si la traicion sabe mas a vinagre o a hiel, ahora ha llegado el momento.

Pero en su boca no hay sabores que el reconozca, asi como no hay peso en su corazon. Su corazon, de hecho, le parece vacio. De antemano nunca supo que estaria asi. ?Como habria podido saberlo? No hay tormento, sino una mortecina ausencia de tormento. Es como un soldado alcanzado en el campo de batalla, un soldado que sangra, que ve su sangre, que no acusa el dolor, que se pregunta: ?no estare ya muerto?

Le da la impresion de que es un precio enorme el que ha de pagar. Le pagan muchisimo dinero por escribir libros, dijo la nina, repitiendo lo que habia oido al nino muerto. Lo que ninguno de los dos alcanzo a decir fue que a cambio habia de entregar su alma.

Ahora empieza a probar ese sabor, y sabe a hiel.

J. M. Coetzee

J. M. Coetzee nacio en Ciudad del Cabo en 1940 y se crio en Sudafrica y Estados Unidos. Es profesor de literatura en la Universidad de Ciudad del Cabo, traductor, linguista, critico literario y, sin duda, uno de los escritores mas importantes que ha dado estos ultimos anos Sudafrica. En 1974 publico su primera novela, Dusklands. Le siguieron En medio de ninguna parte (1977), con la que gano el CNA, el primer premio literario de las letras sudafricanas; Esperando a los barbaros (1980), tambien premiada con el CNA; Vida y epoca de Michael K. (1983), que le reporto su primer Booker Prize y el Prix Etranger Femina; Foe (1986); La edad de hierro (1990); El maestro de Petersburgo (1994); Desgracia (1999), que le valio un segundo Booker Prize, el premio mas prestigioso de la literatura en ingles, Infancia (Mondadori, 2000) y Juventud (2002). Tambien le han sido concedidos el Jerusalem Prize y The Irish Times International Fiction Prize. En 2003 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura

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