– ?Que tenemos entonces? -pregunto mientras se frotaba los ojos y trataba de mirarme al mismo tiempo.

Tarde unos momentos en responder, me masajee la zona lumbar y cogi mi carpeta de pinza en la que hojee mis notas para escoger los puntos mas destacados.

– Los huesos de Isabelle Gagnon muestran algunos falsos comienzos. Las hendiduras miden poco mas de un milimetro de ancho y presentan fondos que, en la mayoria de los casos, tienen algunos declives. La armonia esta presente asi como islas oseas, ambas mensurables. -Hojee una pagina-. Tambien se advierten algunas mellas de salida.

Aguardo a que prosiguiera. Al ver que no lo hacia, me pregunto:

– ?Que significa todo eso?

– Creo que nos encontramos con una sierra manual de dentado alterno, probablemente de unos cuatro dientes por centimetro, es decir, con una separacion entre los dientes de dos milimetros y medio. El dentado es en bisel y la sierra corta hacia adelante.

– Comprendo.

– La deriva de la hoja es extrema y aparecen muchas mellas de salida, pero la hoja parece cortar de modo eficaz y limpiamente el material. Creo que debe de tratarse de un instrumento disenado como una gran sierra alternativa. Las islas significan que el dentado tiene que ser muy ancho, para evitar ribetes.

– ?A que nos conduce esto?

Estaba casi segura de saber que habia producido los cortes, pero aun no estaba dispuesta a compartir mis pensamientos.

– Deseo consultar con alguien antes de llegar a una conclusion.

– ?Algo mas?

Volvi a la primera pagina de mis notas y resumi las observaciones que habia hecho.

– Los falsos comienzos se encuentran en las superficies anteriores de los huesos largos; las esquirlas aparecen en las caras posteriores. Eso significa que el cuerpo probablemente estaba tendido de espaldas cuando fue mutilado. Los brazos fueron separados en los hombros, las manos cortadas, las piernas amputadas en las caderas y las rodillas cercenadas en las articulaciones. La cabeza la separaron a nivel de la quinta vertebra cervical. En cuanto al torax, se le practico un corte vertical que profundizo hasta la columna vertebral.

– El tipo era un verdadero prodigio con la sierra -comento Ryan.

– Es mas complicado que eso.

– ?Mas complicado?

– Tambien utilizo una navaja.

Ajuste el cubito y volvi a enfocarlo.

– Eche otra mirada.

Se inclino sobre el microscopio y no pude menos que reparar en que tenia un trasero bonito y apretado. «?Por Dios, Brennan!, ?en que estarias pensando?»

– No es necesario apretarse tanto contra el ocular.

Se relajo un poco y cambio de posicion.

– ?Distingue las hendiduras de que hemos hablado?

– Si.

– Bien, ahora fijese en la izquierda y encontrara un tajo estrecho.

Permanecio en silencio unos momentos y ajusto el enfoque.

– Mas bien parece una cuna. No es cuadrado ni tan ancho.

– Cierto: ha sido producido por un cuchillo.

Se levanto, de nuevo con sus gafas submarinas.

– Las marcas del cuchillo siguen una pauta diferente. Muchas de ellas son paralelas a los falsos inicios de la sierra; otras, incluso las cruzan. Asimismo son las unicas que he visto en la articulacion de la cadera y en las vertebras.

– ?Y a que lo atribuye?

– Algunas marcas de cuchillo se encuentran sobre las marcas de la sierra y otras estan debajo, de modo que probablemente el arma intervino antes y despues de la sierra. Creo que el asesino corto la carne con el cuchillo, separo las articulaciones con la sierra y concluyo con el cuchillo, tal vez para cortar los musculos o tendones que aun mantuvieran unidos los huesos. Salvo en el caso de las munecas, ataco directamente a las articulaciones. Por la razon que fuera solo aserro las manos por encima de las munecas y paso seguidamente a los huesos inferiores del brazo.

El hombre asintio.

– Decapito a Isabelle Gagnon y le abrio el pecho valiendose tan solo del cuchillo. No aparecen senales de sierra en ninguna vertebra.

Guardamos silencio unos momentos mientras reflexionabamos en ello. Esperaba que asumiera todo aquello antes de dejar caer la bomba.

– Tambien examine a la Trottier.

Fijo en los mios sus brillantes ojos azules. Su enjuto rostro estaba tenso, estirado, como si se preparara a asimilar lo que me disponia a decirle.

– Es identico.

Trago saliva y aspiro profundamente. Luego me hablo con voz muy queda.

– Ese tipo debe de tener gas freon en las venas.

Ryan se aparto del mostrador al tiempo que el conserje asomaba la cabeza por la puerta. Nos volvimos a mirarlo y, ante nuestras sombrias expresiones, el hombre se marcho rapidamente. Ryan fijo de nuevo sus ojos en los mios y relajo los musculos de las mandibulas.

– Transmitaselo todo a Claudel: ya tiene la comprobacion.

– Antes debo comprobar un par de cosas mas. Luego abordare al capitan Amable.

Se marcho sin despedirse y yo conclui de recoger los huesos. Deje las cajas en la mesa y sali del laboratorio. Cuando pasaba por la zona principal de recepcion repare en el reloj que estaba sobre los ascensores: eran las seis y media. En la calle comenzaban a parpadear las luces ante la llegada del crepusculo. De nuevo estaba yo sola y el equipo de limpieza. Sabia que era demasiado tarde para llevar a cabo ninguna de las dos ultimas cosas que me proponia, pero decidi intentarlo de todos modos.

Pase ante mi propio despacho y por el pasillo hasta la ultima puerta de la derecha. En una plaquita se leia «Informatica» y debajo aparecia claramente impreso el nombre de Lucie Dumont.

Habia tardado mucho en conseguirse pero por fin estaban conectados el LML y el LSJ. En otono del 93 se habia logrado una completa informatizacion y se suministraban continuamente datos al sistema. Podian localizarse los casos corrientes, y los informes de todas las divisiones se hallaban coordinados en archivos originales. Los casos de anos precedentes se incorporaban gradualmente a la base de datos. L'Expertise Judiciaire habia entrado estrepitosamente en la era del ordenador, y Lucie Dumont se encontraba al frente de todo ello.

La puerta estaba cerrada. Llame aun a sabiendas de que no habria respuesta. A las seis y media de la tarde hasta Lucie Dumont se habia marchado.

Regrese cansinamente a mi despacho, y en mi directorio como miembro de la Academia Norteamericana de Ciencias Forenses encontre el nombre que estaba buscando. Consulte el reloj en rapido calculo. Alli serian solo las cinco menos veinte. ?O las seis menos veinte? No estaba segura del meridiano en que se encontraba Oklahoma.

– ?Diablos! -exclame mientras marcaba el prefijo y el numero locales.

Cuando me respondieron pregunte por Aaron Calvert. Con acento nasal y amistoso me informaron que hablaba con el servicio nocturno pero que gustosamente le transmitirian el mensaje. Deje mi nombre y numero telefonico y colgue sin saber todavia a que hora habia efectuado la llamada.

Aquello no marchaba bien. Permaneci unos instantes inmovil lamentando no haber reaccionado antes. Descolgue de nuevo el telefono y marque el numero de Gabby sin obtener respuesta. Al parecer ni siquiera su contestador se hallaba en funcionamiento. Intente localizarla en su despacho de la universidad. El timbre sono varias veces sin que nadie atendiera mi llamada: me disponia a colgar cuando llego una voz a mis oidos. En efecto, eran las oficinas del departamento; no, no la habian visto. Asimismo llevaba varios dias sin recoger su correspondencia. No, no era insolito puesto que estabamos en verano. Les di las gracias y colgue.

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