– De acuerdo.
Se asomo por la cabina y llamo al camarero.
– ?Me preparas una hamburguesa con queso, Banco?
Su voz parecia pertenecer a una nina de seis anos.
– Tienes cuenta pendiente, Julie.
– Pagare yo -dije asomando a mi vez la cabeza por la cabina.
Banco se apoyaba sobre el fregadero de la barra con los brazos cruzados en el pecho, que parecian ramas de baobab.
– ?Una? -insinuo.
Me volvi con aire interrogante hacia Jewel, que nego con la cabeza.
– Si, una.
Regrese con ellas. Julie se habia desplomado en el rincon y sostenia su vaso con ambas manos. Le pendia levemente la mandibula, por lo que tenia la boca entreabierta. Aun seguia pegada a su labio inferior la mota de papel. Senti deseos de retirarsela, pero no parecia ser consciente de ello. Sono el pitido de un microondas y luego su zumbido caracteristico. Jewel seguia fumando.
En breve el microondas profirio cuatro pitidos y Banco aparecio con la hamburguesa humeante en su envoltura de plastico. La coloco delante de Julie y nos miro a Jewel y a mi. Yo le encargue agua de Seltz y Jewel volvio a negar con la cabeza. Julie rompio la envoltura y levanto la parte superior de la hamburguesa para inspeccionar su contenido. Ya satisfecha, le dio un bocado. Cuando Banco sirvio mi bebida eche una mirada furtiva al reloj: eran las tres y veinte. Comenzaba a pensar que Jewel no volveria a pronunciar palabra.
– ?Donde has trabajado, carino?
– En ningun lugar en especial -replico la muchacha con la boca repleta de comida.
– Ultimamente no te he visto.
– He estado enferma.
– ?Te sientes mejor ya?
– Hum.
– ?Has trabajado por el Main?
– Un poco.
– ?Aun te ves con ese cerdo del camison? -inquirio con aparente despreocupacion.
– ?A quien te refieres? -Paso la lengua por el borde de la hamburguesa como un nino con un helado de crema.
– El tipo del cuchillo.
– ?Del cuchillo? -repitio con aire ausente.
– Ya sabes a quien me refiero, querida: a ese fulano que se masturba mientras que tu te exhibes con el camison de su mama.
Julie mastico mas despacio y por fin se interrumpio, pero no dijo palabra. Su rostro era como una mascara, inexpresivo, grisaceo y hieratico.
Jewel repiqueteo las unas sobre la mesa.
– ?Vamos, querida, haz un esfuerzo! ?No sabes de quien te hablo?
La joven trago saliva, alzo la mirada y concentro de nuevo su atencion en la hamburguesa.
– ?Que pasa con el? -dijo al tiempo que daba un bocado.
– Solo te preguntaba si lo sigues viendo.
– ?Quien es ella? -inquirio confusa.
– Tempe Brennan, una amiga de la doctora Macaulay, a quien ya conoces, ?no es asi, carino?
– ?Sucede algo malo con ese tipo, Jewel? ?Tiene gonorrea, sida o algo por el estilo? ?Por que te interesas por el?
Era como interrogar a una bola negra magica. Las respuestas flotaban al azar, sin vincularse a preguntas especificas…
– No, carino. Solo me preguntaba si sigue apareciendo.
Julie me miro a los ojos, imperturbable.
– ?Trabajas con ella? -me pregunto con la barbilla brillante de grasa.
– Algo parecido -respondio Jewel por mi-. Le gustaria hablar con el tipo del camison.
– ?Acerca de que?
– De cosas corrientes -repuso Jewel.
– ?Acaso es sordomuda o algo parecido? ?Por que no responde ella misma?
Me disponia a hacerlo, pero Jewel me hizo senas de que callara. Julie no parecia esperar respuesta. Dio el ultimo bocado y se chupo los dedos uno tras otro.
– ?Que pasa con ese tipo? -dijo por ultimo-. ?Jesus, el tambien hablaba de ella!
El miedo hizo vibrar todos los nervios de mi cuerpo.
– ?Hablar de quien? -replique.
Julie me miro. De nuevo le pendia la mandibula y tenia la boca entreabierta como antes. Cuando no hablaba ni comia parecia incapaz, o no deseosa, de mantenerla cerrada. Observe restos de comida en sus dientes.
– ?Por que quieres ahuyentarme a ese tipo? -pregunto.
– ?Ahuyentarlo?
– Es el unico cliente fijo que tengo.
– No le interesa ahuyentar a nadie; solo quiere hablar con el -afirmo Jewel.
Julie tomo un trago de su vaso. Lo intente de nuevo.
– ?Que quieres decir con eso de que tambien el habla de ella? -inquiri-. ?De quien habla, Julie?
Su rostro expreso desconcierto, como si ya hubiera olvidado sus palabras.
– ?De quien hablaba tu cliente, Julie? -El tono de Jewel reflejaba cansancio.
– Ya sabes, la mujer mayor que merodea por aqui, un poco marimacho, con el anillo en la nariz y los cabellos tan raros.
Se recogio un lacio mechon detras de la oreja.
– Aunque es agradable: a veces me ha comprado donuts. ?No hablabais de ella?
Hice caso omiso del guino de advertencia de Jewel.
– ?Que comentarios hacia sobre ella?
– Estaba enfadado o algo parecido. No lo se. No escucho lo que dice esa gente. Follo con ellos y mantengo la boca y los oidos cerrados: es mas saludable.
– Pero ese individuo es un cliente regular.
– Mas o menos.
– ?En ocasiones especiales? -inquiri sin pensarlo.
Jewel hizo un gesto expresivo como si me dejara actuar por mi cuenta.
– ?Que es esto, Jewel? -se quejo Julie-. ?Por que me pregunta estas cosas? -De nuevo se expresaba como una criatura.
– Tempe quiere hablar con el: eso es todo.
– No puedo seguir adelante si molestais a ese tipo. Es un cerdo, pero me proporciona unos ingresos periodicos que necesito muchisimo.
– Lo se, querida.
Julie agito el resto de su bebida y la apuro de golpe al tiempo que evitaba mi mirada.
– Y no pienso dejar de trabajarlo. No me importa lo que diga nadie. Por raro que sea el tipo, no va a matarme ni nada parecido. ?Diablos, ni siquiera tengo que follar con el! ?Y que otra cosa hare los jueves? ?Tomar clases de algo? ?Ir a la opera? Si no lo hago con el, lo hara cualquier otra.
Era la primera emocion que demostraba: una bravuconeria de adolescente en contraste con su anterior apatia. Lo senti por ella, pero temia por Gabby y no renunciaria.
– ?Has visto a Gabby ultimamente? -inquiri procurando expresarme con suavidad.
– ?A quien?
– A la doctora Macaulay. ?La has visto recientemente?
Las arrugas de su entrecejo se intensificaron, y me recordo a Margot, aunque la perra probablemente disfrutaba de mejor memoria a corto plazo.