podria enviarla lejos.

Sin ella estaba perdido. Ella alejaba la cruda soledad de su existencia y la reemplazaba con calidez y risa, reemplazaba su pesadilla recurrente por ardientes y eroticos pensamientos y la promesa del cielo, un refugio en los placeres de su cuerpo. Su mente le intrigaba… le forma en que pensaba, lo franca que era, sin la mas minima coqueteria sino directa y genuina en sus opiniones. Donde todo el mundo le tenia miedo y le obedecia, ella se le enfrentaba con humor y bravatas.

La necesitaba si iba a continuar con su propia existencia, si iba a continuar protegiendo y guiando a su gente. Querria llorar por ella. Por si mismo. Habia suplicado fuerzas para enviarla lejos, pero esta no estaba alli, y descubrio que odiaba que y quien era.

Parecia hermosa en su desafio, pero bajo eso, veia su miedo al rechazo. Una suplica mezclada con la tormenta de su mirada. Una necesidad de ayudarle. Una necesidad de que el la quisiera. Algo duro y petreo alrededor de su corazon se derritio. Extendio el brazo, alli mismo delante de Sarina, delante de los guardias, y cogio a Isabella por la nuca, transportandola al abrigo de su cuerpo. Tomo su boca, la beso dura y profundamente, con la intensidad de sus volcanicas emociones. Vertio sus sentimientos en el beso, fuego y hielo, amor y arrepentimiento, alegria y amargura. Todo lo que tenia para darle.

Isabella instantanemanete quedo suave y flexible contra el, aceptando completamente su salvaje naturaleza, devolviendo beso por beso, exigencia por exigencia. El fuego salto entre ellos, instantaneao y ardiente, crujiendo en el aire y arqueandose de uno a otro, invisible pero ciertamente sentido por los observadores. Se abrazaron, dos almas que se ahogaban, perdidos uno en los brazos del otro, su propio santuario, su unico refugio seguro.

Un guardia tosio delicadamente, y Sarina hizo un sonido en algun sitio entre el ultraje y la aprobacion.

– Suficiente, joven signorina. Ya habra bastante tiempo despues de su boda. -El ama de llaves fijo su mirada en su don mientras estaba entre los brazos de Isabella. Aunque sonreia, hizo todo lo que pudo por fruncir el ceno a la pareja.

Lentamente, reluctantemente, Nicolai alzo la cabeza.

– Bien puedes entrar, ya que estas aqui -sonrio a Sarina por encima de la coronilla de Isabella-. Tiende un poco a meterse en problemas, ?verdad?

– Yo la tenia encerrada a salvo -le reprendio Sarina.

Nicolai retrocedio para permitirlas entrar.

– Y ya sabemos que una vez la encerramos bajo llaves, ella permanece a salvo dentro siempre -lanzo a Isabella una sombra de su rompedora sonrisa juvenil, pero fue suficiente para ganarle una pequena sonrisa en respuesta.

Pero Sarina se tomaba su roll como protectora de Isabella muy seriamente, y su diversion se desvanecio. Se ceno se profundizo, y cerro la puerta de la habitacion de Nicolai, gritando hacia la expresion interesada del guardia.

– Habria estado perfectamente a salvo si alguien no se hubiera arrastrado al interior de su camara y la hubiera llevado sin acompanante a la noche -dijo ella en reprimenda-. Deben casarse inmediatamente, antes de que los acontecimientos de esta noche salgan a la luz.

Nicolai asintio.

– Pediremos al sacerdote que lleve a cabo la ceremonia tan pronto como pueda arreglarse, tambien yo creo que es lo mejor.

– El mio fratello -le recordo Isabella-. Se molestara si no esta presente para verme casar.

Sarina cloqueo desaprovadoramente.

– Tome la mano del don -indico-. Debo ver sus heridas para saber como tratarlas.

– Tengo noticias de tu hermano -dijo Nicolai, sus dedos se apretaron alrededor de los de Isabella-. Envie a uno de mis pajaros a Don Rivello. El pajaro acaba de volver con un mensaje. El don ha entregado a tu hermano a mi cuidado. Esta enfermo pero en camino. Soy responsable de su comportamiento futuro. -una sonrisa sombria toco su boca, despues decayo, como si la idea de que Don Rivellio le hiciera responsable de alto le hiciera rechinar los dientes y sacara a relucir su instinto depredador.

Hizo una mueca cuando Sarina puso una mezcla de hierbas en una de sus heridas mas profundas. Isabella apreto sus dedos alrededor de los de el.

– Tu hermano entendera que lo mejor es que nos casemos cuanto antes. Su viaje sera lento, ya que su escolta debe viajar a una velocidad segura para el. -Nicolai se llevo la mano de ella al corazon y la presiono sobre su pecho.

– Una vez casados, Nicolai, no intentaras enviarme lejos, ?verdad? -se atrevio a preguntar Isabella, con expresion ensombrecida.

El se arriesgo al desagrado de Sarina abrazando a Isabella cerca de el. Sus labios le rozaron la oreja.

– Deberia. Sabes que deberia. Pero si tu estas dispuesta a arriesgar tu vida, yo lo estoy a arriesgar mi alma. -Eterna condenacion seria lo que mereceria si alguna vez se volvia contra ella.

Sarina fingio no notar que la pareja soltera se arrullaba mientras ella examinaba las laceraciones, extendiendo el balsamo que habia hecho de una mezcla de hierbas.

Mientras el ama de llaves trabajaba, Nicolai sujetaba a Isabella firmemente, descansando la cabeza sobre la de ella. Isabella podia sentir el corazon de el latiendo. Podia sentir cada sobresalto. Se sentia correcto estar entre sus brazos. Se sentia como si ese fuera su sitio. Cerro los ojos, cansada por sus aventuras y calentada por el calor del cuerpo de el.

Desperto sobresaltada cuando Sarina hizo un ruido cloqueante.

– Esta hecho. Diga buenas noches, signorina. Se esta cayendo dormida donde esta.

El don dejo caer un beso en su pelo.

– Duerme bien, Isabella. Pronto arreglaremos todo a nuestra satisfaccion. -Las puntas de sus dedos le rozaron la mejilla antes de dejar caer su mano y retroceder de vuelta a las sombras.

Sarina cogio el brazo de Isabella y la arrastro fuera de la habitacion del don en el momento en que hubo completado su trabajo.

– Podria ser mejor que viera a Isabella solo en mi presencia -recomendo el ama de llaves a su amo con su voz mas severa antes de cerrar firmemente la puerta.

Isabella reia mientras Sarina se apresuraba escaleras abajo y a traves de los salones hacia su propio dormitorio. Deberia haber estado aterrada ante la perspectiva de quedarse en el palazzo, pero se sentia casi mareada de alegria. Sarina le abrio la puerta y ondeo la mano hacia dentro.

– Vaya directa a la cama, senorita, y esta vez, ?quedese ahi! Creo que se esta empezando a aficionar a todas estas intrigas con el don.

– Grazie, Sarina, por ayudar a Nicolai -Isabella se inclino fuera de la habitacion para besar la mejilla del ama de llaves-. Eres una mujer asombrosa.

Sonriendo, Sarina sacudio la cabeza antes de girar la llave en la cerradura.

Isabella palmeo la puerta cuando oyo la llave girar. Nicolai no la habia enviado fuera. Sarina no tenia ni idea de que podia entrar y salir a voluntad.

– ?Donde has estado? -exigio Francesca petulantemente. Reboto sobre la cama, pateo su pie ociosamente, y manoseo la colcha con agitacion nerviosa-. He esperado horas para hablar contigo.

Isabella dio vueltas alrededor.

– Tenia la esperanza de verte. ?Finalmente se donde esta el pasadizo secreto!

Francesca sonrio hacia ella, una sonrisa rapida y misericordiosa que enfatizo la belleza de sus rasgos.

– ?Has estado explorando? Dijeron que no lo harias, pero yo sabia que si. Me encanta tener razon.

– ?Donde estan los interesante gemidos y traqueteos de cadenas esta noche? Todo esta muy tranquilo sin ellos. Ni siquiera estoy segura de que alguien pueda irse a dormir sin su arrullo unico.

Francesca rio alegremente.

– ?Arrullo! Isabella, eso es maravilloso. Les encantara eso. ?Un arrullo! -Batio palmas- ?No te importan

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