decirme algo. ?No parece un arreglo funerario? ?Ves esas hermosas orquideas alli? Las trajo Frost. Demonios, yo deberia mandarle flores por haberme salvado la vida.
Habia sido Frost el que llamo a la policia estatal en busca de ayuda. Cuando Rizzoli no contesto a su llamada al localizador, se contacto con Dean Hobbs en el almacen para rastrear su paradero, y se entero de que habia ido a la granja de los Sturdee para hablar con una mujer de pelo negro.
Rizzoli continuaba con su inventario de arreglos florales.
– Ese jarron enorme con esas cosas tropicales son de la familia de Elena Ortiz. Los claveles son del miserable de Marquette. Y la mujer de Sleeper trajo esta plantita de malvas.
Moore sacudio la cabeza incredulo.
– ?Y recuerdas todo eso?
– Si, bueno, nunca nadie me mando flores. De modo que estoy consignando todo esto en mi memoria.
Una vez mas capto un atisbo de vulnerabilidad brillando tras su mascara de valentia. Y vio algo mas que nunca antes habia notado, una luz en sus ojos oscuros. Estaba lastimada, vendada, y con una horrible superficie calva en la cabeza. Pero una vez que se dejaban de lado los defectos de la cara, la mandibula cuadrada, la frente estrecha, se veia que Jane Rizzoli tenia unos ojos hermosos.
– Acabo de hablar con Frost. Esta en Pilgrim -dijo Moore-. Dice que Warren Hoyt se va a recuperar.
Ella no dijo nada.
– Esta manana le quitaron el respirador. Pero todavia tiene otro tubo en el pecho, a causa de un pulmon defectuoso. Sin embargo, esta respirando sin asistencia.
– ?Esta despierto?
– Si.
– ?Hablo?
– No con nosotros. Con su abogado.
– Dios, si hubiera tenido la oportunidad de liquidar a ese hijo de puta…
– No lo hubieras hecho.
– ?De veras crees eso?
– Creo que eres una muy buena policia como para repetir ese error.
Ella lo miro directo a los ojos.
– Nunca se sabe.
«Y uno nunca sabe. Uno nunca sabe hasta que la bestia de la oportunidad nos mira a la cara».
– Solo pense que querrias saberlo -dijo, y se levanto para irse.
– Moore.
– ?Si?
– No dijiste nada acerca de Cordell.
En realidad, habia evitado a proposito traer a colacion el tema de Catherine. Ella habia sido la principal fuente de conflicto entre el y Rizzoli, la herida viva que arruino el companerismo entre ambos.
– Me han dicho que esta recuperandose -dijo Rizzoli.
– Sobrellevo la cirugia con exito.
– ?Y el… Hoyt…?
– No. No llego a completar la ablacion. Llegaste justo antes de que pudiera hacerlo.
Ella se recosto, con aire de alivio.
– Ahora voy a Pilgrim a verla -dijo.
– ?Y despues?
– Despues nos ocuparemos de que vuelvas al trabajo para que contestes tu maldito telefono.
– No, quiero decir, ?que sucedera entre tu y Cordell?
Hizo una pausa, y su mirada se dirigio a la ventana, donde la luz del sol encendia el jarron de lirios, haciendo resplandecer los petalos.
– No lo se.
– ?Marquette te sigue molestando al respecto?
– Me advirtio que no me involucrara. Y tiene razon. No deberia. Pero no puedo evitarlo. Eso me hace pensar que despues de todo…
– ?Que despues de todo no eres Santo Tomas?
Dejo escapar una risa triste y asintio.
– No hay nada mas aburrido que la perfeccion, Moore.
El suspiro.
– Hay que tomar decisiones. Decisiones dificiles.
– Las decisiones importantes son siempre dificiles.
Reflexiono la frase por un momento.
– Tal vez no es mi decision en absoluto -dijo-, sino la de ella.
Mientras se dirigia a la puerta, Rizzoli lo llamo:
– Cuando veas a Cordell, dile algo de mi parte. ?Lo haras?
– ?Que quieres que le diga?
– Que la proxima apunte mas arriba.
«No se que es lo que sucedera a continuacion», penso.
Manejaba hacia el este de Boston con la ventanilla abierta, y el aire que entraba se sentia mas fresco que las ultimas semanas. Un frente frio del Canada habia soplado durante la noche, y en esta vivificante manana la ciudad olia limpia, casi pura. Penso en Mary, en su querida y dulce Mary, y en todas las ligaduras que lo atarian para siempre a ella. Veinticinco anos de matrimonio, con todos sus innumerables recuerdos. Los susurros en medio de la noche, los chistes privados, la historia. Si, la historia. Un matrimonio esta hecho de miles de cosas pequenas, como asados quemados y una sesion de natacion a medianoche, pero esas cosas pequenas son las que funden a dos personas en una. Ellos habian estado juntos, y juntos habian llegado a la madurez. Ninguna otra mujer mas que Mary tendria su pasado.
Pero era su futuro el que no tenia dueno.
«No se lo que sucedera a continuacion. Pero si se lo que me haria feliz. Y creo que tambien podria hacerla feliz a ella. En esta etapa de nuestras vidas, ?podriamos pedir una bendicion mejor que esta?»
Con cada kilometro que pasaba se quitaba una nueva capa de incertidumbre. Cuando por fin bajo del auto en el Centro Medico Pilgrim, pudo dar los pasos de un hombre seguro que sabe que ha tomado la decision correcta.
Subio con el ascensor hasta el quinto piso, se registro en la estacion de enfermeria, y camino por el pasillo hasta la habitacion 523. Golpeo con suavidad y entro.
Peter Falco estaba sentado al lado de la cama de Catherine.
Este cuarto, como el de Rizzoli, olia a flores. La luz de la manana inundaba la ventana de Catherine, banando la cama y a su ocupante con un resplandor dorado. Ella dormia. Una botella de endovenosa colgaba sobre la cama, y la solucion salina brillaba como diamante liquido a medida que goteaba por la canula.
Moore se paro frente a Falco, y por un largo momento, los dos hombres no se hablaron.
Falco se adelanto para besar la frente de Catherine. Luego se puso de pie, y su mirada se encontro con la de Moore.
– Cuidela.
– Lo hare.
– Yo me ocupare de que mantenga su promesa -dijo Falco saliendo de la habitacion.
Moore tomo su lugar en la silla junto a la cama de Catherine y alcanzo su mano. Con reverencia apreto sus labios contra ella. Y repitio en un susurro:
– Lo hare.
Thomas Moore era un hombre que cumplia con sus promesas; cumpliria con esta tambien.