gustaba de verdad… pero no estaba enamorado de ella. Quiza, con el tiempo… pero no era lo mismo. No era como con Jessica. Cuando vio a Rowan haciendo footing con John, tuvo la sensacion de que entre ellos existia cierta camaraderia, un estilo similar, una manera de ser independiente y algo mas.

Cuando aquel caso se diera finalmente por cerrado, ?podria vivir con el hecho de que John y Rowan tuvieran una relacion? ?Que Rowan se hubiera sentido atraida por John y no por el?

Puede que su ego lo pasara mal, pero el ya era mayorcito. Lo superaria. Lo primero que haria al dia siguiente seria decirle a John… algo. Calmar las cosas. ?Jo!, le era imposible estar enfadado con su hermano mucho tiempo.

Alguien se sento en el taburete junto a el y el barman le sirvio un whisky de excelente marca.

– Parece que hubiera perdido a su mejor amigo -dijo el extrano-. ?Le pago una copa?

Michael se encogio de hombros y miro al tipo. Traje y corbata, zapatos bien lustrados. Unos cuarenta anos.

– Estoy bien, gracias -dijo, volviendo a su cerveza-. Solo he tenido una discusion con mi hermano. Se me pasara.

El ejecutivo le hizo una sena al barman para que sirviera dos whiskys dobles. Michael sacudio la cabeza.

– Yo ya estoy.

– ?Trabaja esta noche?

– No, tengo la noche libre.

– Entonces otra copa no le hara dano, ?no cree?

Michael se lo penso. No habia tenido ni una sola noche de descanso en una semana. Penso que una copa no le sentaria mal.

– Se agradece -dijo.

– Enfadado con el hermano, ?eh? -pregunto el ejecutivo.

– Ya no -dijo Michael, negando con la cabeza.

Cuando el barman dejo las copas frente a ellos, Michael dijo «salute», y se tomo la mitad del whisky. No habia cenado esa noche y penso en lo que tenia en casa para prepararse algo. Nada. Vivia en casa de Rowan.

Acabo la copa y pico de un plato de nueces en la barra. Penso en salir a la calle y comprar algo de comida rapida para llevar. La sola idea le revolvio el estomago. Pero a esa hora de la noche, no tenia demasiadas alternativas.

Michael penso en pagarle una copa al ejecutivo antes de irse, pero cuando levanto la vista, el tipo habia desaparecido. El, desde luego, no necesitaba otra copa. Dos whiskys dobles y una cerveza con el estomago vacio no le sentarian bien.

Se puso de pie, dejo una propina y salio. Algo de comida rapida, y a casa. Su piso quedaba a solo dos manzanas del bar, y por eso habia escogido ese lugar. Luego dormiria las copas y estaria preparado para decirle a John que Rowan era toda suya. Siempre y cuando no le hiciera dano. Michael la apreciaba y John jugaba duro. En el trabajo y con las mujeres.

Michael tenia toda la intencion de estar a la altura de sus responsabilidades como guardaespaldas, y aunque a John le debia una disculpa por algunas de las cosas que habia dicho, su hermano tenia que entender que ese caso seguia siendo suyo, y que esta vez no se dejaria desplazar, por mucho que John pensara otra cosa. Luego echarian un pulso, al mejor de tres intentos, y el perdedor tendria que comprarle al ganador una caja de cervezas.

Rowan subio a su habitacion a cambiarse en cuanto volvieron a la casa de la playa. John aprovecho para comprobar el perimetro de seguridad. Luego se quito el esmoquin y se puso un pantalon vaquero y una camiseta negra.

Se puso a pensar en su encontronazo con Michael.

Habia sido un golpe bajo meter a Peterson en el asunto, tenia que reconocerlo, pero Michael necesitaba una noche libre. Empezaba a perder la objetividad. Sin embargo, cuando John se lo dijo, tuvo la impresion de que Michael estaba a punto de arremeter contra el.

John lamentaba su papel en la discusion. No queria pelearse con su hermano. No queria recordarle una vez mas a Jessica. Simplemente necesitaba estar un rato a solas con Rowan para conseguir que hablara, sabiendo que Rowan no diria ni una palabra sobre su pasado si estaba Michael alli protegiendola.

John tenia que saber la verdad acerca de Lily MacIntosh y su padre. Ignoraba del todo como encajaba aquello con lo de ese loco que andaba por ahi suelto. Pero, de alguna manera, habia una relacion. Era lo unico que tenia sentido.

Esperaba que Michael lo perdonara. Estaba seguro de que lo haria en cuanto se le pasara la rabia. Habian tenido discusiones peores en el pasado, pero cuando se trataba de cerrar filas, estaban siempre el uno junto al otro.

Cuando Rowan no habia bajado despues de transcurridos treinta minutos, John subio a su habitacion y llamo a la puerta.

– Rowan, tenemos que hablar.

– Estoy cansada. Buenas noches.

– No te saldras con la tuya tan facilmente. Abre esta puerta o la echare abajo.

– No te atreverias.

– Ten cuidado conmigo, Lily. -El corazon se le disparo. Era una apuesta arriesgada, pero tenia que conseguir que le abriera. Que confiara en el lo suficiente para contarselo todo.

No dijo mas, y tampoco ella. Varios minutos despues, oyo el clic del cerrojo. Se preparo mientras ella abria la puerta.

Rowan tenia el odio pintado en el rostro, la mandibula tensa y el cuello palpitante. Tenia los punos muy apretados. Sin embargo, en los ojos no habia odio. Solo mostraban una emocion: dolor.

– Rowan -dijo John, y ella se le lanzo encima con los punos cerrados y empezo a golpearlo en el pecho.

– ?Quien te lo ha dicho? ?Quien? ?Cabron! ?Como te atreves a invadir mi intimidad! ?Como te atreves? -Acabo su frase con un sollozo y el la cogio por las munecas y la hizo entrar en la habitacion.

– Cuentamelo todo.

– ?Que? ?No lo sabes? -dijo ella, con un gesto de amargura-. Es evidente que has descubierto que me llamo Lily -dijo, y se aparto de el, dandole con el pelo en el rostro cuando se giro para ir hasta el otro extremo de la habitacion. Se quedo mirando por la ventana. Afuera estaba totalmente oscuro. El vio su reflejo en el vidrio, el dolor de su expresion de derrota, y sintio que el corazon se le aceleraba.

Odiaba hacerle eso, pero era la unica alternativa.

– Si -dijo con voz queda-. Te llamabas Lily Elizabeth MacIntosh y Roger Collins se convirtio en tu apoderado cuando tenias diez anos. Naciste en Boston y tu padre todavia vive alli. -Por su reflejo en el vidrio, vio que abria desmesuradamente los ojos-. Y yo se donde esta.

Ella se giro y lo encaro alzando el menton.

– ?Y no sabes por que?

El hizo un gesto casi imperceptible.

– Quiero que me lo cuentes.

– ?Por que? Si lo sabes todo. ?Cuanto tardaste en encontrar esos expedientes? ?Cuatro, cinco dias? Bonito trabajo -dijo, y la voz se le quebro.

– Me temo que no te queda mas tiempo, Rowan -dijo, subiendo la voz-. Creo que ese tipo viene a por ti y yo no puedo protegerte si no se contra quien estas luchando. Creo que tu lo sabes. Creo que sabes exactamente quien es el asesino de todas esas mujeres.

– Si lo supiera, te lo diria -dijo ella, boquiabierta ante sus palabras-. ?No tengo ni punetera idea de quien esta detras de todo esto! -Cerro los ojos y John observo como se esforzaba por recuperar su compostura. Le dieron ganas de acercarse a ella, de consolarla y mimarla.

Pero sabia que entonces se cerraria en banda. Aquella era la unica manera.

– Convenceme -dijo. Se sento en el borde de la cama y se cruzo de brazos.

Rowan abrio los ojos y se lo quedo mirando. Odiaba a John Flynn. Todos sus temores y todo ese dolor sepultado por tanto tiempo le embargaban el corazon. Estaba a punto de desmoronarse. ?Asi se sentia una

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