– Si, absolutamente cierto.
Pewe se dio unos golpecitos con el dedo en el pecho.
– ?Y yo que? Lo he empezado yo. Tendria que ser uno de los que va, ?no te parece?
– Lo siento… ?Que quiere decir que lo has empezado tu? Creia que lo unico que habias hecho era atender una llamada de la Interpol.
– Roy -dijo con un tono de suplica que sugeria que Grace era su mejor amigo de toda la vida-, ha sido gracias a mi iniciativa por lo que todo ha avanzado tan deprisa.
Grace asintio, irritado por la actitud del hombre y la interrupcion.
– Si, y te lo agradezco. Pero debes entender que aqui en Sussex trabajamos en equipo, Cassian. Tu estas al frente de los casos sin resolver… Yo llevo una investigacion candente. La informacion que me has proporcionado puede sernos de gran ayuda y he tomado nota de tu rapidez.
«Ahora largate de aqui y dejame seguir trabajando», quiso decirle, pero se callo.
– Te lo agradezco. Solo creo que deberia ser uno de los miembros del equipo que va a Australia.
– Eres mas util aqui -dijo Grace-. Es mi decision.
Pewe lo miro y, en un ataque de despecho repentino, espeto:
– Creo que puedes acabar lamentandolo, Roy.
Luego salio furioso del despacho de Grace.
80
Octubre de 2007
El martes por la tarde, a las ocho, Ricky estaba sentado a oscuras en su furgoneta, ocupando de nuevo la misma posicion estrategica en la calle perpendicular al piso de la madre de Abby donde habia esperado anteriormente. Desde aqui podia vigilar tanto la entrada delantera como la calle que tendria que utilizar si intentaba escabullirse por la salida de incendios de detras.
El frio comenzaba a calar con fuerza en sus huesos. Solo queria recuperarlo todo, perder de vista a Abby y largarse de este pais de mala muerte, gelido y humedo e instalarse en un lugar soleado.
Apenas habia visto un alma en las tres ultimas horas. Eastbourne tenia fama de ser una ciudad de jubilados donde la edad media era muerto o casi muerto. Hoy parecia que todo el mundo estaba muerto. La luz de las farolas invadia las aceras vacias. «Que desperdicio, joder -penso-. Alguien deberia hablarle a esta gente de la huella de carbono.»
Abby estaba dentro, calentita junto a su madre. Presentia que esta noche iba a quedarse con ella, pero no se atrevia a dejar su puesto e ir a buscar un pub para tomar una copa, o tres, hasta estar segura.
Un par de horas antes habia captado la senal del movil nuevo de Abby cuando llamo al movil nuevo de su madre para probar el tono y el volumen y para que su telefono quedara grabado. Ahora, gracias a esa llamada, habia podido registrar los numeros de ambas.
Cuando probaron el aparato, Ricky oyo un televisor de fondo. Parecia que ponian un culebron, una escena de un hombre y una mujer discutiendo en un coche. Asi que la zorra y su madre estaban comodamente instaladas delante de la tele, en un piso calentito, cargando dos moviles nuevos que habian comprado con el dinero de el.
El Intercept pito afanosamente. Abby estaba llamando a residencias de ancianos para encontrar algun lugar donde llevar a su madre durante cuatro semanas, hasta que quedara disponible una habitacion en el sitio que habia elegido.
Estaba interrogandoles sobre los cuidados, los medicos, los horarios de las comidas, los ingredientes de los platos, el ejercicio, sobre si habia piscina, sauna, si estaban cerca de una carretera principal o en un lugar tranquilo, con jardines sin barreras arquitectonicas, ?habia banos privados? Su lista era interminable. Minuciosa. Como habia aprendido, muy a su pesar, era una zorra minuciosa.
?Y de quien era el dinero que iba a pagar todo aquello?
Escucho a Abby mientras concertaba citas para ir a ver tres sitios por la manana. Supuso que no se llevaria a su madre. Que no habria olvidado que tenia que pasar el cerrajero.
Cuando acabara con ella, no seria una residencia lo que iba a necesitar. Seria un velatorio.
81
Octubre de 2007
A las 8.20 de la manana siguiente, el inspector Stephen Curry, acompanado por el sargento Ian Brown, entro en la pequena sala de reuniones del bloque de detencion situado detras de Sussex House. En la mano llevaba las notas informativas del dia, que consistian en un resumen completo de todos los delitos prioritarios que habian tenido lugar en el distrito durante las ultimas veinticuatro horas.
A ellos se unio el sargento Morley y el segundo sargento del primer turno, una agente bajita y fornida llamada Mary Gregson que llevaba el pelo muy corto y salvaje y mostraba un entusiasmo aun mas salvaje por su trabajo.
Se pusieron manos a la obra de inmediato. Curry comenzo repasando todos los incidentes mas graves: un episodio racista horrible, en el que un estudiante musulman habia recibido una paliza delante de un local de comida para llevar que abria toda la noche en Park Road, Coidean, mientras regresaba a la universidad; un accidente de trafico mortal entre un motociclista y un peaton en Lewes Road; un atraco con violencia en Broadway en Whitehawk; y un joven que habia recibido una paliza en Preston Park en un incidente homofobo.
Los reviso todos exhaustivamente, analizando las areas que suponian una amenaza, asegurandose, en su jerga, de «no cometer ninguna cagada» que el comisario pudiera echarle en cara en la reunion de las 9.30.
Despues pasaron a las denuncias actuales de personas desaparecidas en el distrito y acordaron las lineas de investigacion. Mary aporto los detalles sobre una fianza que tenian que cargar hoy y recordo a Curry que tenia una reunion a las once con un abogado de la fiscalia para hablar sobre un sospechoso al que habian detenido acusado de realizar una serie de tirones de bolsos ocurridos durante los turnos anteriores.
Entonces, de repente, el inspector recordo algo mas.
– John… Ayer te hable de una mujer en Kemp Town a la que habia que visitar. No lo he visto en la lista… ?Como se llamaba…? Katherine Jennings. ?Algun seguimiento?
De repente, Morley se ruborizo.
– Vaya, Dios mio, lo siento, jefe. No he hecho nada. Entro el incidente de Gemma Buxton y… Lo siento… Le di prioridad maxima. Lo pondre en la planificacion y enviare a alguien esta misma manana.
– Bien -dijo Curry, luego volvio a consultar la hora. Mierda. Eran casi las 9.05. Se levanto de un salto-. Nos vemos luego.
– Pasalo bien con el director -dijo Mary con una sonrisa picara.
– Si, tal vez hoy seas el preferido del profe -dijo Morley.
– ?Con alguien tan desmemoriado como tu en el equipo? -replico-. No lo creo.
82
Octubre de 2007
Ricky durmio de manera irregular, dando cabezadas despues de premiarse con varias pintas de cerveza en un pub abarrotado del paseo maritimo y despertandose sobresaltado cada vez que veia unas luces u oia un vehiculo, o pasos, o una puerta que se cerraba. Se sento en el asiento del copiloto para no parecer un conductor borracho si