estacion estaba equipado con un microfono y un conmutador selector, que permitia el contacto con uno o con los cuatro radios del Kwembly.

Easy se acomodo en una silla y conecto su microfono al equipo en el puente de Dondragmer. En la pantalla correspondiente no se veia mucho, puesto que la lente del transmisor apuntaba hacia las ventanas del puente y el informe de los mesklinitas sobre la existencia de la niebla era perfectamente correcto. En la esquina inferior izquierda de la pantalla podia verse parte del puesto del timonel con su ocupante; el resto era un vacio gris enmarcado en rectangulos por la forma de las ventanas. Las luces del puente estaban bajas, pero a Easy le parecio que la niebla detras de las ventanas estaba iluminada por las luces exteriores del Kwembly.

—?Don! —llamo—. Aqui Easy. ?Estas en el puente?

Pulso un cronometrador y conecto su conmutador de seleccion con el equipo del laboratorio.

—Borndender, o quienquiera que este ahi —llamo, todavia en stenno—. Con la informacion que tenemos no podemos conseguir una prediccion del tiempo segura. Estamos hablando con puente, pero estaremos muy agradecidos si podeis darnos tan exactamente como sea posible vuestra temperatura actual, la velocidad del viento, la presion exterior, todo lo que sepais sobre la niebla y… —vacilo.

—Y la misma informacion durante las ultimas horas, con los tiempos tan exactos como sea posible — intervino Benj en el mismo idioma.

—Estaremos preparados para recibirla en cuanto puente termine de hablar —continuo la mujer.

—Tambien podriamos utilizar cualquier cosa que sepais sobre la composicion del aire, la niebla y la nieve —anadio su hijo.

—Si hay mas material que penseis que pueda servir de algo, tambien sera bienvenido —termino Easy—. Vosotros estais ahi; nosotros no; por ello debe haber alguna idea sobre el clima de Dhrawn que hayais formado por vuestra cuenta. —El cronometrador dejo oir un timbrazo—. Ahora llega puente. Esperaremos vuestras palabras cuando termine el capitan.

Las primeras palabras del microfono se mezclaron con la frase final. El cronometrador habia sido dispuesto para el tiempo de un mensaje en viaje de ida y vuelta a la velocidad de la luz entre Dhrawn y la estacion, y el puente habia contestado rapidamente.

—Aqui Kervenser, senora Hoffman. El capitan esta abajo en la sala de soporte vital. Si quiere, le dire que venga, o puede usted conectar con el equipo de alla abajo, pero si tiene algun consejo para nosotros, nos gustaria recibirlo lo antes posible. Desde el puente no se puede ver ni a un cuerpo de distancia. No nos atrevemos a movernos, excepto en circulos. Los exploradores aereos nos proporcionaron una idea de la region antes de detenernos y parece bastante solida, pero ciertamente no podemos arriesgarnos a continuar. Vamos muy lentamente, formando un circulo de unos veinticinco cables de diametro. Excepto cuando estamos de proa o de popa al viento, la nave parece a punto de volcar a cada segundo. La niebla se ha helado en las ventanas, por lo que no podemos ver. Las ruedas todavia parecen estar libres, quiza porque se estan moviendo, y el hielo se rompe antes de que pueda ser un problema. Espero que los cables de guardin se hielen de un momento a otro. Desprender el hielo de ellos sera un trabajo glorioso. Supongo que sera posible trabajar en el exterior, pero a mi no me gustaria hacerlo hasta que se detenga el viento. Un traje espacial congelado suena muy desagradable. ?Alguna idea?

Easy espero pacientemente a que Kervenser terminase. El retraso de sesenta y cuatro segundos en los mensajes habia tenido un efecto general sobre todos los que hablaban a menudo entre la estacion y el planeta; desarrollaban una fuerte tendencia a decir de una vez tanto como fuese posible, adivinando lo que el otro grupo queria oir. Cuando supo que Kervenser habia terminado y estaba esperando una respuesta, resumio rapidamente el mensaje que habia dado a los cientificos. Igual que a ellos, omitio cualquier mencion del resultado del computador que habia insistido en que el tiempo era despejado. Los mesklinitas sabian que la ciencia humana no era infalible; de hecho, la mayoria de ellos tenia una idea de sus limitaciones mas realista y saludable que muchos seres humanos, pero no tenia sentido aparecer como tontos si podian evitarlo. Por supuesto, ella no era meteorologa, pero era humana, y Kervenser probablemente la hubiese colocado en el mismo monton que a los demas. Cuando termino, el grupo espero casi en silencio la respuesta del primer oficial. La traduccion susurrada por Benj en beneficio de McDevitt duro solo unos pocos segundos mas que el propio mensaje. Cuando llego la respuesta, fue simplemente un acuse de recibo y un cortes deseo de que los seres humanos pudiesen proporcionar pronto informacion de utilidad; los cientificos del Kwembly enviaban ya el material solicitado.

Easy y su hijo se prepararon para tomar los datos. Ella puso en marcha un magnetofono para comprobar cualquier termino tecnico antes de intentar una traduccion, pero el mensaje llego en el lenguaje de los humanos. Evidentemente, era Borndender quien lo enviaba. McDevitt se recobro rapidamente de su sorpresa y comenzo a tomar nota, mientras el muchacho tenia sus ojos puestos en la punta del lapiz y sus oidos en el microfono.

Era casi mejor que no necesitasen a Easy para la traduccion. Aunque conocia bien el stenno, habia muchas palabras en los dos lenguajes extranas para ella; no las podria haber interpretado de ninguna forma. Sabia que no debia sentirse molesta por esto, pero no podia evitarlo. No podia dejar de pensar en los mesklinitas como representantes de una cultura como la de Robin Hood o Harun-Al-Raschid, aunque sabia perfectamente que varios cientos de ellos habian recibido educacion cientifica y tecnica muy comprensible durante los ultimos cincuenta anos. El hecho no habia sido muy publicado, puesto que existia la idea, muy extendida, de que proporcionar conocimientos muy avanzados a pueblos «atrasados» era erroneo. Verosimilmente, podria producirles un complejo de inferioridad que impediria mayores progresos.

Los meteorologos no se preocuparon. Cuando llego el «enterado» final, McDevitt y su ayudante susurraron un apresurado «Gracias» por el microfono mas cercano y salieron corriendo hacia el laboratorio. Easy, observando que el conmutador de seleccion habia sido conectado con la radio del puente, lo corrigio y envio un acuse de recibo mas cuidadoso antes de despedirse. Entonces, decidiendo que no seria de ninguna utilidad en el laboratorio de meteorologia, se acomodo en la silla que le permitia la mejor vista de las cuatro pantallas del Kwembly y espero a que pasase algo.

Mersereau volvio unos pocos minutos despues de que los otros se hubiesen marchado, y tuvo que ser puesto al dia. Por lo demas, no ocurria nada importante. De vez en cuando habia una vision de una forma larga con muchas piernas sobre una de las pantallas, pero los mesklinitas atendian a sus propios asuntos, sin una consideracion particular de los observadores.

Easy penso en comenzar otra conversacion con Kervenser; conocia a este oficial y le gustaba casi tanto como su capitan. Sin embargo, la idea del retraso entre una observacion y su respuesta la descorazono, como sucedia a menudo cuando no habia nada importante que decir.

La conversacion languidecia incluso sin retraso. Habia pocas cosas que decir entre Easy y Mersereau que no hubiesen sido dichas ya; un ano lejos de la Tierra habia agotado casi todos los temas de conversacion, excepto asuntos profesionales de poca importancia y asuntos de interes privado y personal. Tenia poco en comun con Mersereau, aunque le gustaba bastante, y sus profesiones se relacionaban solo en cuanto a las charlas con los mesklinitas.

En consecuencia, habia pocos ruidos en la sala de Comunicaciones. Cada pocos minutos uno u otro de los vehiculos terrestres exploradores enviaria un informe, que era debidamente retransmitido a la colonia; pero la mayor parte de los seres humanos de guardia no tenian mas motivos para el cotilleo que Easy y Boyd Mersereau. Easy se encontro intentando adivinar cuando volverian los hombres del tiempo con su pronostico y lo seguro que podria ser este: dos minutos en el laboratorio, o uno, si se daban prisa; uno mas para proporcionar el nuevo material al computador; dos para la operacion repetida con factores modificados en las variables; dos minutos para volver a la sala de Comunicaciones, ya que ciertamente esta vez no se apresurarian. Todavia estarian discutiendo. Pronto estarian aqui.

Pero antes de que llegasen, algo cambio. De repente, la pantalla del puente demando atencion. Habia estado tranquila, con las ventanas grises enmascaradas por el amoniaco helado dominando la escorzada imagen de parte del timonel. Este ultimo habia permanecido casi inmovil, con la barra del guardin completamente a un lado, mientras el Kwembly seguia el curso circular descrito por Kervenser.

De repente, las ventanas se aclararon, aunque poca cosa podia verse detras de ellas; el angulo de vision del comunicador no estaba lo suficientemente inclinado como para alcanzar el terreno dentro del radio de las luces. Aparecieron dos mesklinitas mas y se lanzaron a las ventanas, mirando al exterior y gesticulando obviamente muy excitados. Mersereau senalo otra pantalla. Tambien habia excitacion en el laboratorio. Hasta entonces, ninguno de los pequenos exploradores habia pensado en informar de lo que pasaba. Easy juzgo que estaban demasiado ocupados con problemas inmediatos. Ademas, era costumbre en ellos conservar bajo su

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