Vladimir avanzo poco a poco. Habian ido por la escalera de servicio, que lamentablemente desembocaba en una puerta cerrada. Pego la oreja a la madera para escuchar.

Harry atrajo a Olivia hacia si.

– Ahora -anuncio Vladimir en voz baja. Abrio muy lentamente la puerta, salio y a continuacion les hizo una senal para que lo siguieran.

Harry dio un paso al frente, luego otro. Olivia estaba un paso por detras.

– Deprisa, vamos -susurro Vladimir.

Se movieron con rapidez, en silencio, sin despegarse de la pared y entonces…

?Bum!

Harry le dio un fuerte tiron de mano a Olivia, su primer instinto fue ponerla a cubierto, pero no habia donde protegerse ni refugiarse. Lo unico que habia era un amplio pasillo y alguien con un revolver en algun lugar.

– ?Corran!-grito Vladimir.

Harry solto la mano de Olivia (podria correr mas deprisa con los dos brazos libres) y exclamo:

– ?Corre!

Y corrieron. Se precipitaron por el pasillo, derrapando al volver la esquina tras Vladimir. Tras de si una voz les grito en ruso, ordenandoles que se detuvieran.

– ?Sigue! -le chillo Harry a Olivia. Hubo otro disparo y este lo oyeron mas cerca, corto el aire junto al hombro de Harry.

O quiza le perforase el hombro. Harry no alcanzo a saberlo.

– ?Por aqui! -ordeno Vladimir, y dieron la vuelta a otra esquina tras el y luego recorrieron un pasillo. Los disparos habian cesado y no se oian mas pasos apresurados a sus espaldas y entonces de algun modo desembocaron todos en el despacho del embajador.

– ?Olivia! -chillo su madre, y Harry las observo mientras se abrazaban, mientras Olivia, que no habia derramado una sola lagrima, por lo menos delante de el, se derrumbaba en brazos de su madre, llorando.

Harry se apoyo en la pared. Estaba mareado.

– ?Esta usted bien?

Harry parpadeo con dificultad. Era el principe Alexei, lo miraba con preocupacion.

– Esta sangrando.

Harry miro hacia abajo. Se estaba sujetando el hombro; no habia sido consciente de hacerlo. Levanto la mano y contemplo la sangre. Era curioso, porque no le dolia. Tal vez se tratase del hombro de otra persona.

Le fallaron las rodillas.

– ?Harry!

Y entonces… en realidad no lo vio todo negro. ?Por que decian que cuando uno se desmayaba lo veia todo negro? Porque el lo veia rojo o quiza verde.

O quizas…

Dos dias despues:

Experiencias que espero no volver a vivir nunca,

por Olivia Bevelstoke.

Olivia hizo un alto en sus reflexiones para tomar un sorbo del te que sus padres, preocupados, le habian hecho subir a la habitacion junto con un enorme plato de galletas. A ver, ?por donde podia empezar semejante lista? Por ejemplo, la habian dejado inconsciente (al parecer tapandole la nariz y la boca con un trapo empapado en alguna droga). Y no habia que olvidar la mordaza ni que la habian atado de pies y manos.

?Ah…! Y no podia omitir el te humeante que le habia dado a beber precisamente el hombre responsable de todo lo anterior. Eso mas bien habia sido un ataque contra su dignidad, pero ocupaba uno de los primeros puntos de la lista.

Olivia daba mucha importancia a su dignidad.

Veamos, que mas… Ver y oir como echaban una puerta abajo. Eso no habia sido agradable. La expresion del rostro de sus padres al recuperarla por fin; habia sido de alivio, cierto, pero esa clase de alivio requeria un terror proporcional, y Olivia no queria que ninguno de sus seres queridos volviera a sentirse asi nunca mas.

Y luego, ?Dios!, esto habia sido lo peor: ver como Harry se desplomaba en el suelo del despacho del embajador. Olivia no se habia fijado en que habia recibido un disparo. ?Como era eso posible? Tan ocupada habia estado sollozando en brazos de su madre que no lo vio ponerse cadaverico ni agarrarse el hombro con fuerza.

Hasta ese momento creia que era miedo lo que habia sentido, pero nada, nada comparado con el terror de esos 30 segundos transcurridos desde que Harry se desplomo hasta que Vladimir le aseguro que no tenia mas que una herida superficial.

Y, en efecto, no fue mas que eso. Tal como Vladimir aseguro, al dia siguiente Harry estaba de nuevo en pie. Habia aparecido en casa de Olivia durante el desayuno, y entonces se lo explico todo: por que no le habia contado que sabia ruso, que habia estado haciendo realmente frente a su escritorio cuando ella lo espiaba, incluso por que habia ido a verla con La senorita Butterworth y el baron demente aquella primera tarde descabellada y maravillosa. No fue por amabilidad ni porque sintiera hacia ella otra cosa que no fuera desprecio. Le habian ordenado que lo hiciera; nada menos que el prestigioso Departamento de Guerra.

Era mucha informacion a asimilar mientras se tomaba unos huevos pasados por agua y un te.

Pero Olivia le habia escuchado, y lo habia entendido. Y ahora estaba todo aclarado, no quedaban cabos sueltos. El embajador habia sido detenido, igual que los hombres que trabajaban para el, incluido su captor de pelo gris. El principe Alexei habia mandado una solemne carta de disculpa en nombre de toda la nacion rusa, y Vladimir, fiel a su palabra, habia desaparecido.

Sin embargo, no habia visto a Harry en mas de 24 horas. Se habia marchado tras el desayuno y ella habia dado por sentado que volveria a visitarla, pero…

Nada.

No es que le inquietara, ni siquiera le preocupaba. Pero era extrano. Muy extrano.

Tomo otro sorbo de te y dejo la taza en su platillo. A continuacion, lo levanto, junto con el plato de galletas, y los dejo encima de La senorita Butterworth. Porque seguia teniendo el libro a mano. Aunque no queria cogerlo, no sin Harry.

En cualquier caso, aun no habia acabado de leer el periodico. Habia leido la segunda mitad y tenia bastantes ganas de pasar a las noticias mas importantes de la primera parte. Circulaba el rumor de que monsieur Bonaparte estaba gravemente enfermo. Se imaginaba que no habia muerto todavia; eso lo habrian anunciado en primera plana con un titular lo bastante destacado como para que no le pasara desapercibido.

Aun asi habria algo digno de mencion, de modo cogio de nuevo el periodico y acababa de localizar un articulo para leer cuando oyo que llamaban a la puerta.

Era Huntley, que llevaba un trozo de papel. Cuando se acerco, Olivia se dio cuenta de que en realidad era un tarjeton doblado en tercios y lacrado en el centro con cera azul oscura. Murmuro su agradecimiento, examinando el lacre mientras el mayordomo salia de la habitacion. Era muy sencillo: una simple «uve» de letra bastante elegante, que empezaba acaracolada y acababa en un floreo.

Deslizo el dedo por debajo y despego la cera, desdoblando cuidadosamente el tarjeton.

Acercate a la ventana.

Eso era todo. Una unica frase. Olivia sonrio y se quedo unos segundos mas contemplando las palabras antes de deslizarse hasta el borde de la cama. Bajo apoyando los pies suavemente en el suelo, pero espero unos instantes antes de atravesar la habitacion. Tenia que esperar; queria quedarse ahi saboreando ese momento porque…

Porque el lo habia creado. Harry era el artifice del momento. Y Olivia lo amaba.

«Acercate a la ventana».

Se dio cuenta de que estaba sonriendo, casi riendose tontamente. En general no le gustaba que le diesen ordenes, pero en este caso era un placer.

Camino hasta la ventana y descorrio las cortinas. Antes de abrirla vio a Harry a traves del cristal, de pie frente a su propia ventana, esperandola.

– Buenos dias -saludo Harry. Estaba muy serio o, mejor dicho, era su boca la que tenia un aspecto serio,

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