lentamente con la cabeza.

– Pero ?por que estaba colgado de esa manera?

– ?Y tu que crees?

– No se.

Tommy se pellizco el labio inferior mientras ponia cara de estar pensando.

– Ahora vais a oir lo mas raro de todo. Si uno le corta a alguien el cuello para que este muera, entonces sale mucha sangre. ?No es asi?

Lasse y Robban asintieron. Tommy callo un momento ante la expectacion de los otros antes de soltar la bomba.

– Pues en el suelo, debajo, donde colgaba el chico, no habia casi nada de sangre. Solo unas gotas. Y tuvo que haber expulsado unos cuantos litros estando alli colgado.

El cuarto del sotano se quedo en silencio. Lasse y Robban miraban fijamente al frente con ojos inexpresivos hasta que Robban, irguiendose, dijo:

– Ya lo se. Fue asesinado en otro sitio. Y despues colgado alli.

– Mmm. Pero en ese caso, ?por que lo colgo el asesino? Si uno ha matado a alguien lo que quiere es deshacersedel cadaver.

– Tal vez se trate de… un enfermo mental.

– Puede. Pero yo creo otra cosa. ?Habeis visto un matadero? ?Como hacen con los cerdos? Antes de cortarlos les sacan toda la sangre. ?Y sabeis como lo hacen? Los cuelgan boca abajo. En un gancho. Y les cortan el cuello.

– O sea que tu crees… ?Como? ?Que el chico… que el asesino pensaba despedazarlo?

– ?Eeeeh?

Lasse miro con incredulidad a Tommy y a Robban, y de nuevo a Tommy, para ver si le estaban tomando el pelo. Pero no vio ninguna senal de que fuera asi y dijo:

– ?Haceneso? ?Con los cerdos?

– Si. ?Que pensabas tu?

– Pues que lo hacia algun tipo de… maquina.

– ?Y te parece que eso seria mejor?

– No, pero… ?estanvivosentonces?, ?cuando los… cuelgan?

– Si. Estan vivos. Y patalean. Y chillan.

Tommy imito a un cerdo chillando y Lasse se hundio en el sofa mirandose las rodillas. Robban se levanto, dio una vuelta y se volvio a sentar en el sofa.

– Pero eso no encaja. Si el asesino pensaba descuartizarlo, tendria que haber sangre.

– Eso lo has dicho tu, que pensaba descuartizarlo. Yo no lo creo.

– ?No? ?Que piensas tu entonces?

– Yo creo que lo que buscaba era la sangre. Que por eso mato al chico. Para sacarle la sangre. Y que se la llevo.

Robban asintio lentamente con la cabeza mientras con el dedo se rascaba la costra de una espinilla grande en la comisura de la boca.

– Pero ?para que? ?Para beberla, o para que?

– Si. Por ejemplo.

Tommy y Robban se hundieron en representaciones mentales del asesinato y de lo que habria ocurrido luego. Despues de un rato, Lasse levanto la cabeza y los interrogo con la mirada. Tenia lagrimas en los ojos.

– ?Se mueren prontolos cerdos?

Tommy le miro duramente a los ojos.

– No.

– Salgo un momento.

– No…

– Salgo solo al patio.

– No te iras a ningunotro sitio, ?verdad?

– Que no.

– Te llamo cuando sea la hora.

– No. Ya vengo yo. Tengo reloj. No me llames.

Oskar se puso la cazadora, el gorro. Se detuvo cuando iba a meter un pie en la bota. Fue con sigilo hasta su habitacion y cogio el cuchillo, se lo guardo dentro de la cazadora. Se ato las botas. Se oyo de nuevo la voz de su madre desde el cuarto de estar:

– Hace frio fuera.

– Tengo el gorro.

– ?En la cabeza?

– No. En el pie.

– No es para hacer bromas. Ya sabes lo que te pasa…

– Hasta luego.

– … con los oidos.

Salio, miro el reloj. Las siete y cuarto. Tres cuartos de hora hasta que empezara la tele. Seguro que Tommy y los otros estaban abajo, en el cuarto del sotano, pero no se atrevia a ir alli. Tommy era majo, pero los otros… Sobre todo si habian esnifado podian tener ideas raras.

Asi que se dirigio al parque infantil que estaba en el centro del patio. Dos arboles gruesos que a veces usaban como porterias, un tobogan, un cajon con arena y tres columpios con neumaticos de coches colgando de las cadenas. Se sento en uno de los neumaticos y se columpio despacio.

Le gustaba aquel sitio por la tarde. A su alrededor un gran cuadrado con cientos de ventanas iluminadas, y el sentado en la oscuridad. Seguro y solo al mismo tiempo. Saco el cuchillo de la funda. La hoja era tan reluciente que podia ver las ventanas reflejadas en ella. La luna.

Una luna sangrienta…

Oskar se levanto del columpio, avanzo con sigilo hasta estar frente a uno de los arboles, le hablo:

– ?Que miras, idiota? ?Quieres morir o que?

El arbol no contesto y Oskar le clavo el cuchillo, con cuidado. No queria estropear el brillante filo.

– Eso es lo que pasa si alguien se queda mirandome.

Giro el cuchillo de forma que una pequena astilla se desprendio del arbol. Un trozo de carne. Dijo en voz baja:

– Chilla como un cerdo, vamos.

Se quedo quieto. Le parecio haber oido algo. Echo una ojeada a su alrededor con el cuchillo pegado a la cadera. Lo levanto a la altura de los ojos, lo miro. La punta estaba tan reluciente como antes. Utilizando la hoja como espejo la oriento hacia la escalera del tobogan. Alli habia alguien. Alguien que no estaba alli antes. Una figura borrosa contra el acero limpio. Bajo el cuchillo mirando directamente a lo alto del tobogan. Si. Pero no era el asesino de Vallingby. Era un nino.

La luz era suficiente como para precisar que era una chica a la que no

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