Micke. Tal vez habia tambien un Oskar en la escuela de Vallingby que ahora se sentia liberado.

El chico se dirigia a un entrenamiento de balonmano en el polideportivo de Vallingby y nunca llego alli. El entrenamiento empezaba a las cinco y media. El chico probablemente habia salido de su casa sobre las cinco. En algun momento dentro de ese intervalo… Oskar sintio una especie de vertigo. Coincidia exactamente. Y habia sido asesinado en el bosque.

– ?Es asi? ?Soy Yo el que…?

Una chica de dieciseis anos habia encontrado el cuerpo sobre las ocho de la tarde y habia llamado a la policia de Vallingby. La muchacha, que habia sufrido «una fuerte conmocion», preciso ayuda medica. Nada acerca del estado en que se encontraba el cuerpo. Pero eso de que la chica sufrio «una fuerte conmocion» tenia que significar que el cuerpo estaba mutilado de alguna manera. Si no, escribirian solo «una conmocion».

?Que hacia la chica de noche en el bosque? Probablemente irrelevante. Coger pinas, lo que fuera. ?Pero por que no decia nada de comohabia sido asesinado el muchacho? Lo unico que habia era una fotografia del lugar del crimen. La cinta de plastico roja y blanca de la policia acordonando una anodina hondonada en el bosque, con un arbol grande en el centro.

Manana y pasado aparecerian fotografias del mismo lugar, pero lleno de velas encendidas y carteles con «?POR QUE?» y «TE ECHAMOS DE MENOS». Oskar conocia esa cantinela, tenia varios casos parecidos en su cuaderno de recortes.

Probablemente todo era una simple casualidad. Pero y si.

Oskar escucho detras de la puerta. Su madre estaba fregando. Se tumbo en la cama boca abajo y rebusco el cuchillo de caza. La empunadura se adaptaba a la forma de la mano y el cuchillo pesaba seguro tres veces mas que el otro de cocina que habia tenido ayer.

Se levanto y se puso de pie en mitad de la habitacion con el cuchillo en la mano. Era bonito, daba poder a la mano que lo empunaba.

Tintineo de platos desde la cocina. Dio varias cuchilladas al aire. El Asesino. Cuando aprendiera a dirigir su fuerza, Jonny, Micke y Tomas no podrian acosarlo nunca mas. Iba a hacer otro intento, pero se detuvo. Alguien podia verlo desde el patio. Fuera estaba oscuro y su habitacion encendida. Echo una ojeada al patio, pero no vio mas que su propia imagen en el cristal de la ventana.

El Asesino.

Devolvio el cuchillo a su escondite. Aquello solo era un juego. Algo asi no ocurre en la realidad. Pero necesitaba conocer los detalles. Necesitaba saberlo ahora.

Tommy estaba sentado en la butaca hojeando una revista de motos, asintiendo con la cabeza y runruneando. De vez en cuando levantaba la revista hacia Lasse y Robban, que estaban sentados en el sofa, para mostrarles alguna fotografia especialmente interesante, con algun comentario acerca del volumen de los cilindros o la velocidad. La bombilla desnuda del techo se reflejaba en el papel brillante lanzando palidos reflejos sobre la pared de cemento, y las de madera.

Los tenia en ascuas.

La madre de Tommy salia con Staffan, que trabajaba en la policia de Vallingby. A Tommy no le gustaba nada Staffan, no, todo lo contrario. Un tipo pegajoso que siempre andaba senalando con el dedo. Religioso, ademas. Pero, a traves de su madre, Tommy se enteraba de algunas cosas que, en realidad, Staffan no deberia contar a su madre, y que su madre, en realidad, no deberia contar a Tommy, pero…

De esa manera, por ejemplo, se habia enterado de como andaba la investigacion en el caso del robo de la tienda de musica y radio en la plaza de Islandstorget que el, Robban y Lasse habian cometido.

Ningun rastro de los delincuentes. Su madre habia dicho eso exactamente: «Ningun rastro de los delincuentes». Palabras de Staffan. No tenian ni siquiera la descripcion del coche.

Tommy y Robban tenian dieciseis anos y estaban en primero de bachillerato. Lasse tenia diecinueve y algun fallo en la cabeza, trabajaba clasificando placas de chapa para LM Ericsson en Ulvsunda. Pero tenia carne de conducir. Y un Saab blanco del 74 al que ellos habian cambiado el numero de la matricula con un rotulador antes del robo. Para nada, puesto que nadie habia visto el coche.

El botin lo habian guardado en el refugio en desuso, que estaba enfrente del trastero que hacia las veces de local de su club. Habian cortado la cadena de la puerta con unas tenazas y puesto un candado nuevo. No sabian aun como iban a deshacerse de todo, la cosa habia sido el robo en si. Lasse habia vendido un radiocasete a un companero de trabajo por doscientas, pero eso era todo.

Ademas, les habia parecido mas seguro no sacar las cosas durante un tiempo. Y, sobre todo, no dejar que Lasse se ocupara de la venta, puesto que… le faltaba un hervor, como decia su madre. Pero ya habian pasado dos semanas desde el robo y ademas a la policia le habian salido otras muchas cosas en las que pensar.

Tommy hojeo el periodico y rio para si. Si, si. Otras muchas cosas en las que pensar. Robban tamborileaba con golpes restallantes en la pierna.

– Venga, vamos. Cuentanoslo. Tommy alzo la revista hacia el.

– Kawasaki. Trescientos cubicos. Inyeccion directa y…

– Deja de hacer el tonto. Cuentalo ahora.

– ?Que?, ?lo del asesinato?

– Si.

Tommy se mordio el labio, haciendo como si estuviera pensando.

– Como era esto…

Lasse echo su largo cuerpo hacia delante en el sofa, se doblo como una navaja.

– ?Vamos! ?Cuentanoslo!

Tommy dejo el periodico y miro fijamente a Lasse.

– ?Estas seguro de que quieres oirlo? Es bastante espeluznante.

– ?Ah!

Lasse se hizo el valiente, pero Tommy noto el desasosiego en sus ojos. No hacia falta mas que hacer una mueca fea, hablar con la voz rara sin parar, para que Lasse tuviera miedo de verdad. Una vez,

Tommy y Robban se habian disfrazado de zombis con las pinturas de la madre de Tommy, habian aflojado la bombilla del techo y habian esperado a Lasse. La cosa termino con Lasse cagandose en los pantalones y Robban salio con un moraton en el mismo sitio donde antes se habia puesto sombra de ojos azul oscura. Despues de aquello se cuidaron mucho de asustar a Lasse.

Lasse se movia ahora en el sofa, cruzando los brazos sobre el pecho como para demostrar que estaba dispuesto a todo.

– Bueno, es que… esto no ha sido precisamente un asesinato normal, por asi decirlo. Encontraron al chico… colgando en un arbol.

– ?Como? ?Colgado? -pregunto Robban.

– Si, colgado. Pero no del cuello. De los pies. Colgaba boca abajo, vamos. En el arbol.

– Pero de eso no se muere nadie.

Tommy miro detenidamente a Robban, como si ese fuera un punto de vista interesante, luego continuo:

– No. Claro que no. Pero tambien tenia el cuello cortado. Y de esosi que se muere uno. Todo el cuello. Cortado. Como un… melon. -Se paso el dedo indice por el cuello para demostrar como habia ido el cuchillo.

Lasse se llevo la mano al cuello como para protegerlo, negando

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