tjick, tjick, se levanto y observo su obra.

Buena parte del arbol caido y podrido que habia hecho las veces de Jonny estaba hecho astillas y con el tronco perforado por los cortes. Las astillas se esparcian por el suelo alrededor del arbol sano que habia hecho de Jonny cuando estaba en pie.

La mano derecha, con la que empunaba el cuchillo, sangraba. Un pequeno corte casi en la muneca; debia de habersele resbalado el cuchillo al dar los golpes. No era un buen cuchillo para esa tarea. Se chupo la mano, limpiandose la herida con la lengua. Era de Jonny la sangre que se estaba bebiendo.

Se limpio los ultimos restos de sangre con la funda de papel de periodico, introdujo dentro el cuchillo y comenzo a caminar hacia casa.

El bosque, que desde hacia un par de anos le parecia amenazador, un refugio para sus enemigos, era ahora su casa y amparo. Los arboles se apartaban con respeto a su paso. No sentia ni siquiera una pizca de miedo, aunque empezaba a oscurecer del todo. Ninguna inquietud al pensar en el dia siguiente: que trajera consigo lo que quisiera. Aquella noche iba a dormir bien.

Cuando llego otra vez al patio se sento un momento en el borde del parquecito de arena para tranquilizarse un poco antes de subir a casa. Manana tendria que conseguir un cuchillo mejor, un cuchillo con seguro de parada, o como se llamara… deslizamiento, para no cortarse de nuevo. Porque aquello lo iba a repetir mas veces.

Era un buen juego.

Jueves 22 de Octubre

La madre de Oskar tenia lagrimas en los ojos cuando le tomo la mano y se la apreto.

– Tienes absolutamente prohibido ir mas al bosque, ?lo oyes?

Un chico de la edad de Oskar habia sido asesinado ayer en Vallingby. Habia salido en todos los periodicos de la tarde y mama estaba totalmente fuera de si cuando llego a casa.

– Podias haber sido… No quiero ni pensarlo.

– Pero si fue en Vallingby.

– ?Y tu crees que alguien que se mete con ninos no podria coger el metro dos estaciones? ?O andar? ?Venir aqui, a Blackeberg, y hacer lo mismo otra vez? ?Sueles ir al bosque?

– No.

– A partir de ahora no saldras del patio hasta que esto… Hasta que lo encierren.

– ?Entonces no voy a ir a la escuela?

– Claro esta que vas a ir a la escuela. Pero despues de la escuela te vienes directamente a casa y no sales del patio hasta que yo llegue.

– ?Y luego?

En los ojos de la madre la tristeza se mezclo con el enfado.

– ?Quieres que te mate? ?Eh? ?Vas a ir al bosque y que te asesinen y yo aqui esperandote inquieta mientras que tu yaces en el bosque y eres… bestialmente descuartizado por alguien?

Las lagrimas arrasaron sus ojos. Oskar le cogio la mano.

– No ire al bosque. Te lo prometo.

Mama le acaricio la mejilla.

– Carino mio. Tu eres todo lo que tengo. Que no te pase nada, porque entonces me muero yo tambien.

– Mmm. ?Como ha sido?

– ?Que?

– Eso. El asesinato.

– No se muy bien. Fue asesinado por algun loco con un cuchillo. Esta muerto. A sus padres les han destrozado la vida.

– ?No viene en el periodico?

– No he tenido fuerzas para leerlo.

Oskar cogio el Expressen y lo hojeo. Cuatro paginas dedicadas al asesinato.

– No leas eso.

– No, solo echo un vistazo. ?Puedo coger el periodico?

– No leas eso. No es bueno para ti con tanto terror y todo eso que lees.

– Solo voy a mirar si hay algo en la tele.

Oskar se levanto para irse a su habitacion con el periodico. Su madre le abrazo torpemente y apreto su humeda mejilla contra la de el.

– Corazon mio. ?Tu entiendes que este preocupada? Si algo te ocurriera…

– Lo se, mama. Lo se. Tengo cuidado.

Oskar le devolvio el abrazo sin muchas ganas y luego se zafo, se dirigio a su habitacion secandose las lagrimas de su madre de la mejilla. Aquello era absolutamente increible.

Parecia que ese chico habia sido asesinado al mismo tiempo que el habia estado en el bosque jugando. Por desgracia, no habia sido Jonny Forsberg el muerto, sino algun chaval desconocido de Vallingby.

El ambiente habia sido funebre en Vallingby por la tarde. Habia visto las portadas de los periodicos antes de ir alli y a lo mejor eran solo imaginaciones suyas, pero le parecio que la gente en la plaza habia hablado mas bajo, caminando mas despacio que de costumbre.

En la ferreteria habia mangado un cuchillo de caza increiblemente bonito que costaba trescientas coronas. Llevaba preparada una excusa en el caso de que lo pillaran:

– Perdoneme, senor. Pero es que tengo tanto miedo del asesino.

Seguramente habria podido provocar tambien alguna lagrima, si de eso hubiera dependido. Le habrian dejado marchar. Seguro. Pero no lo pillaron, y el cuchillo estaba ya en el escondite junto al cuaderno de recortes.

Tenia que pensar.

?Seria posible que su juego hubiera influido de alguna manera en aquel asesinato? No lo creia, pero no se podia desechar del todo esa idea. Los libros que leia estaban llenos de esas cosas. Un pensamiento en un lugar provocaba un suceso en otro. Telequinesia, vudu.

Pero ?exactamente donde, cuando y, sobre todo, como habia ocurrido el crimen? Si se trataba de un gran numero de cuchilladas sobre un cuerpo tendido en el suelo, entonces tendria que considerar la posibilidad de que el sencillamente tenia un extraordinario poder en sus manos. Un poder que tenia que asumir y aprender a dirigir.

Y si… EL ARBOL fuera… el medium.

El arbol podrido en el que el habia golpeado. Que fuera algo especial con ese arbol precisamente, que provocaba que lo que uno hacia contra el arbol luego… se extendia.

Detalles.

Oskar leyo todos los articulos que trataban del asesinato. El policia que habia ido a su escuela a hablar de las drogas estaba en una de las fotos. No podia pronunciarse. Aguardaban la llegada de los especialistas del laboratorio forense para que aseguraran las pruebas. Habia que esperar. Una foto del chico asesinado, sacada del album escolar. Oskar no lo habia visto antes. Parecia del mismo tipo que Jonny o

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