hacer otra cosa. Hakan metio la mano dentro del abrigo y puso el dedo indice sobre la palanca del dosificador mientras esperaba la respuesta del chico.

Oskar bajo hasta la imprenta y torcio por el sendero del bosque. La pesadez de estomago habia desaparecido, sustituida por una tension embriagadora. En el camino de bajada hacia el bosque la fantasia lo habia envuelto y ahora era realidad.

Veia el mundo con los ojos de un asesino, o tanto como la fantasia de un nino de trece anos podia captar de los ojos de un asesino. Un mundo bello. Un mundo en el que el tenia el control, que temblaba ante su decision.

Avanzo por el camino del bosque, buscando a Jonny Forsberg.

La tierra bebera su sangre.

Empezaba a anochecer y los arboles le rodeaban como una muchedumbre muda, expectantes ante el mas minimo movimiento del criminal, temerosos de que alguno de ellos fuera el elegido. Pero el asesino se movia entre ellos, ya habia vislumbrado a su victima.

Jonny Forsberg se encontraba en un monticulo a unos cincuenta metros del camino. Tenia las manos en las caderas, su sonrisa socarrona estampada en la cara. Creia que iba a pasar lo de siempre. Que le forzaria a tirarse al suelo y, agarrandole de la nariz, le meteria agujas de pino y musgo en la boca, o algo por el estilo.

Que equivocado estaba. No era Oskar quien llegaba, era el Asesino, y las manos del Asesino asieron con fuerza el mango del cuchillo, preparandose.

El Asesino avanzo despacio, con dignidad, hasta llegar frente a Jonny Forsberg, y mirandole a los ojos dijo:

– Hola, Jonny.

– Hola, Cerdito. ?Te dejan estar fuera tan tarde? El Asesino saco su cuchillo. Y lo clavo.

– Las cinco y cuarto, o asi.

– Vale. Gracias.

El chico no se iba. Se quedo parado mirando a Hakan, que intentaba dar un paso. Estaba quieto, siguiendole con la mirada. Esto se iba a la mierda. Desde luego el chaval sospechaba algo. Una persona habia salido con mucho jaleo de en medio del bosque para preguntar la hora y ahora estaba alli como Napoleon con la mano dentro del abrigo.

– ?Que llevas ahi?

El chico apuntaba hacia la zona del corazon. Tenia la mente en blanco, no sabia ni que iba a hacer. Saco el envase y se lo enseno.

– ?Que mierda es esa?

– Halotano.

– ?Para que lo llevas?

– Para… -toco con los dedos la mascarilla revestida de espuma mientras intentaba encontrar algo que decir. No sabia mentir. Esa era su desgracia-. Bueno… porque… lo necesito para el trabajo.

– ?Que trabajo?

El chico habia bajado un poco la guardia. Una bolsa de deporte parecida a la que el mismo habia dejado arriba, en la hondonada, colgaba de la mano del chaval. Con la mano que sujetaba el envase hizo un gesto hacia la bolsa.

– ?Vas a algun entrenamiento o asi?

Cuando el chico miro hacia la bolsa, aprovecho su oportunidad.

Abrio los dos brazos, con la mano que tenia libre sujeto la cabeza del muchacho por la nuca, le puso la mascarilla en la boca y apreto el dosificador hasta el tope. Se escucho un sonido silbante como el de una gran serpiente, el chico intentaba liberar la cabeza, pero la tenia inmovilizada entre las manos de Hakan como en una tenaza desesperada.

Se tiro hacia atras y Hakan con el. El silbido de la serpiente ahogo los demas sonidos cuando ambos cayeron sobre el serrin del sendero. Convulsivamente Hakan apreto la cabeza del muchacho entre sus manos y mantuvo la mascarilla en su sitio mientras rodaban por el suelo.

Tras un par de inspiraciones profundas el chaval comenzo a tranquilizarse. Hakan mantuvo la mascarilla en su sitio y echo una ojeada alrededor.

Ningun testigo.

El silbido del gas se le metia en el cerebro como una mala migrana. Fijo el tope del dosificador y, con esa mano libre, cogio la goma y la paso por la cabeza del muchacho. La mascarilla estaba lista.

Se levanto con los brazos doloridos y miro a su presa.

Yacia con los brazos separados del cuerpo, la mascarilla le cubria la nariz y la boca y tenia la botella de halotano sobre el pecho. Hakan miro otra vez a su alrededor, recogio la bolsa del chico y se la puso a este sobre la tripa. Luego levanto todo el paquete en brazos y lo llevo hacia la hondonada.

Pesaba mas de lo que el creia. Mucho musculo. Peso muerto.

Iba jadeando por el esfuerzo que suponia llevar su carga por el terreno humedo mientras el silbido del gas cortaba sus oidos como un cuchillo de sierra. Resoplaba alto conscientemente para alejar el sonido.

Con los brazos entumecidos y el sudor corriendole por la espalda llego por fin a la hondonada. Alli deposito al muchacho en el punto mas bajo. Luego se echo junto a el. Cerro la botella de halotano y retiro la mascarilla. No se oia nada. El pecho del chico subia y bajaba. Se despertaria dentro de ocho minutos, como maximo. Pero no lo haria.

Hakan, echado al lado del chaval, estudiaba su cara, acariciandola con el dedo. Luego se le acerco mas, tomo el cuerpo inerme entre sus brazos, lo apreto contra el suyo. Le beso con ternura en la mejilla, le susurro al oido «perdona» y se levanto.

Se le saltaban las lagrimas al ver aquel cuerpo indefenso en el suelo. Todavia podia evitarlo.

Mundos paralelos. Un pensamiento para consolarse.

Habia un mundo paralelo en el que el no hacia lo que se disponia a hacer. Un mundo en el que ahora el se iba, dejaba que el chico se despertara y se preguntara que habia sucedido.

Pero no en este mundo. En este mundo se dirigia a su bolsa y la abria. Tenia prisa. Rapidamente se puso el impermeable encima de la ropa y saco el instrumental. El cuchillo, una cuerda, un embudo grande y un bidon de plastico de cinco litros.

Puso todo en el suelo al lado del muchacho, observo el cuerpo joven por ultima vez. Luego cogio la cuerda y empezo a trabajar.

Apunalo y apunalo y apunalo. Tras el primer golpe, Jonny habia comprendido que esta no iba a ser como las otras veces. Con la sangre chorreando de un corte profundo en la mejilla intentaba esquivarle, pero el Asesino era mas rapido. Otro par de cortes y le secciono los tendones por la parte posterior de las rodillas. Jonny se desplomo; en el suelo y retorciendose, pedia clemencia.

Pero el Asesino no se dejo conmover. Jonny chillaba como un… cerdo cuando el Asesino se tiro sobre el y la tierra bebio su sangre.

Una cuchillada por lo de hoy en los lavabos. Otra por cuando me enganaste para que jugase al poquer de los nudillos. Los labios te los corto por todas las burradas que me has dicho.

Jonny sangraba por todos los orificios y ya no podia decir o hacer nada malo. Llevaba muerto un rato. Oskar lo remato reventandole los globos oculares que miraban fijamente,

Вы читаете Dejame entrar
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×