«No; estoy sola, aunque en realidad no: tu estas aqui conmigo ahora. Ashley esta conmigo. Catherine y mi padre tambien. Y oigo a Anonimo ladrar para que lo lleve al campo de futbol. Mis recuerdos me rodean.»

Sally no queria dar rienda suelta al panico que la embargaba, pero consiguio aferrarse a algo en su interior y contener sus temores.

– Hope, se que me estas escuchando. Hablare. Si puedes decir algo, por favor, hazlo. Dime adonde tengo que ir, e ire. Por favor.

«Estoy en un sitio que recuerdas muy bien. Te hara sonreir y llorar cuando lo comprendas.»

– Hope, se acabo. Lo hemos logrado. Ashley va a estar a salvo, lo se. Todo volvera a ser como antes. Ella recuperara su vida, y tu y yo recuperaremos la nuestra, y Scott volvera a sus clases y todo sera como cuando eramos felices. He sido tan tonta… y se que ha sido duro para ti. Pero juntas continuaremos adelante a partir de ahora, tu y yo. Por favor, no me dejes. Ahora no. No cuando tenemos otra oportunidad…

«Esta es nuestra unica oportunidad.»

– Por favor, Hope, por favor. Hablame.

«Si te hablo no podre hacer lo que debo. Me convenceras de lo contrario. Te conozco, Sally. Seras persuasiva y seductora y simpatica, todo a la vez, como solias serlo; es lo que he amado de ti desde el principio. Y si permito que me hables, no podre discutir los argumentos que usaras para disuadirme.»

Sally escucho el silencio. No podia expresar con palabras lo que estaba pasando, todo era demasiado sombrio y pesadillesco. Solo sabia que tenia que encontrar alguna frase que pudiera cambiar lo que se temia.

– Mira, Hope, amor, por favor, dejame ayudarte.

«Estas ayudando. Sigue hablando. Me hace mas fuerte.»

– No importa lo que haya pasado, podremos salir de esta. Confia en mi. Me dedico a resolver los problemas de la gente. Ese es mi trabajo. No hay problema demasiado grande del que no podamos salir si trabajamos en equipo. ?No lo hemos aprendido esta noche?

Hope cogio el papel y el boligrafo. Sujeto el telefono entre el hombro y la oreja para continuar escuchando.

– Hope, juntas podemos conseguirlo. Lo se. Dime que tu tambien lo sabes.

«Esto no podemos hacerlo juntas. He de hacerlo sola. Es el unico modo de que todos estemos a salvo.»

Sally guardo silencio y Hope escribio: «Hay demasiada tristeza en mi vida.» Sacudio la cabeza. «La primera de muchas mentiras», penso. Continuo escribiendo: «Me han acusado injustamente en el colegio que mas quiero.»

– Hope, por favor -susurro Sally-. Se que estas ahi. Dime que ocurre. Dime que tengo que hacer. Te lo suplico.

«Y la mujer a la que amo ya no me quiere», anadio en el papel. Meneo levemente la cabeza mientras escribia estas palabras. Se mordio el labio inferior. Tenia que encontrar algun modo de decirlo para que solo Sally supiera la verdad, no el guardabosques que encontraria la nota ni el detective que la leeria.

«Asi que he venido a este lugar que una vez amamos, para recordar como fue el pasado, y como seria el futuro si yo fuera mas fuerte.»

Sally, las lagrimas corriendole por la cara, experimento algo mas alla del terror: la sensacion de lo inevitable. «Hope quiere protegernos», penso.

– Hope, amor mio, por favor… -gimio desesperada-. Dejame estar contigo. Desde el principio confiamos la una en la otra. Nos hemos hecho bien mutuamente. Dejame volver a hacerlo, por favor.

«Pero Sally, ya lo haces», penso, y escribio: «Trate de clavarme un cuchillo, pero solo consegui mancharlo todo de sangre, y lo siento. Quise apunalarme en el corazon, pero falle. Asi que elegi otra forma.» Eso le parecio bien. Sally lo entenderia. «La unica salida que me queda. Os amo a todos, y confio en que me recordareis de la misma manera.» Estaba agotada.

La voz de Sally se habia convertido en un susurro.

– Mira, Hope, mi amor, por favor, no importa lo malherida que estes, podemos decir que te lo hice yo. Scott dice que te cortaste. Bueno, le diremos a la policia que lo hice yo. Nos creeran. No tienes que dejarme. Podemos superarlo juntas.

Hope volvio a sonreir. Era una proposicion muy atractiva, penso. Mentir para librarse de todas las preguntas. Y tal vez funcionaria, pero probablemente no. «Solo hay un modo de asegurarse.»

Quiso decir adios, quiso decir todas las cosas que los amantes se susurran en la intimidad, quiso decir algo sobre su madre y Ashley y todo lo sucedido esa noche, pero no lo hizo. En cambio, pulso la tecla roja del telefono y corto la comunicacion.

En su coche, todavia aparcado en la calle de Michael O'Connell, Sally cedio a todas las emociones que la embargaban y sollozo incontrolablemente. Le parecia estar menguando, como si de pronto se hiciera mas pequena, mas debil, solo la sombra de la persona que era por la manana. Ya no estaba segura de que su plan mereciese el precio que estaba pagando. Se inclino hacia delante, pataleo y golpeo el volante con los punos, agitando los brazos. Entonces se detuvo y gimio, como si le hubieran dado un punetazo en el estomago. Cerro los ojos y se mecio adelante y atras, hundiendose en su asiento, en total agonia, ajena al detalle de que Michael O'Connell, maldiciendo y furioso, ciego a su entorno, pasaba de largo a unos metros de distancia, en direccion a su casa.

Epilogo . Asi que, ?quieres oir una historia?

– De modo que conseguiste reunirte con el detective que investigo el caso -dijo ella.

– Si -respondi-. Fue muy revelador.

– Pero has vuelto, porque aun tienes mas preguntas, ?correcto?

– Si. Sigo pensando que hay otras personas con las que necesito hablar.

Ella asintio, pero no respondio enseguida. Note que calculaba con cuidado, tratando de sopesar detalles contra recuerdos.

– Hablar con Sally o Scott, ?verdad?

– Si.

Nego con la cabeza.

– No creo que quieran hablar contigo. Pero ademas, ?que esperas que te digan?

– Quiero saber como se resolvio todo.

Ella rio sin humor.

– ?Resolverse? Una palabra inadecuada para describir lo que hicieron y como pudo influir en sus vidas.

– Bueno, ya sabes a que me refiero. Una valoracion…

– ?Y crees que te dirian la verdad? ?No crees que cuando llamaras a su puerta y dijeras «Quisiera hacerles unas preguntas sobre el hombre al que mataron» te mirarian como a un loco y te cerrarian la puerta en las narices? Y aunque te invitaran a pasar y tu les preguntaras «?Como les ha ido la vida desde que se libraron del asesinato?», ?que motivo tendrian para decirte la verdad? ?No ves lo ridiculo que seria?

– Pero ?sabes tu las respuestas a esas preguntas?

– Por supuesto.

Era temprano por la tarde, el crepusculo de una tarde de verano, ese momento entre el dia y la noche, cuando el mundo adquiere un aspecto desvaido. Habia abierto las ventanas de su casa, dejando entrar los sonidos perdidos a los que yo me habia acostumbrado en muchas visitas: voces de ninos, algun coche ocasional. El final de otro dia benigno en las afueras. Me acerque a la ventana y aspire una bocanada de aire puro.

– Nunca consideraras que este es tu hogar, ?verdad? -pregunte.

– No, por supuesto que no. Es un sitio terrible de tan normal.

– Te mudaste, ?verdad? Despues de que ocurrieran todos esos acontecimientos.

Ella asintio.

– Muy perspicaz por tu parte.

– ?Porque?

– Ya no me consideraba a salvo en la soledad de la que me habia rodeado durante anos. Demasiados

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