O considero negarlo mientras media la distancia entre ellos.

– Es valiosa. La uso en los interrogatorios.

– ?Como?

– A los hombres de la especie no les gusta ver hembras heridas. Es un estimulo.

Los ojos del Sr. X se estrecharon.

– ?Por que no me dijo nada?

– Este es mi centro. Usted me lo dio para dirigirlo como quisiera -y cuando encontrara al jodido soplon, le iba a quitar al bastardo la piel a tiras-. Cuido del negocio aqui y usted lo sabe. No deberia importarle como trabajo.

– Deberia habermelo dicho -bruscamente, el Sr. X le dijo- ?Esta pensando hacer algo con ese cuchillo en la mano, hijo?

Si, Papi, en realidad pienso hacerlo

– ?Soy el responsable aqui o no?

Cuando el Sr. X cambio el peso sobre sus pies, O se preparo para el choque.

Pero el telefono movil sono. El primer toque sono estruendoso en el tenso ambiente, como un grito. El segundo sono menos que una intrusion. Y el tercero no era BDF [2].

Mientras su mente se desbarataba, O se dio cuenta de que no estaba pensando claramente. El era un tipo grande y un luchador malditamente bueno, pero no era contrincante para los trucos del Sr. X. Y si O era herido o moria, ?Quien cuidaria de su esposa?

– Conteste -le ordeno el Sr. X-. Y ponga el altavoz.

Las noticias eran de otro de los Prime. Tres lessers habian sido eliminados a un lado de la carretera a dos millas de distancia. Su coche habia sido encontrado al abrigo del tronco de un arbol y las manchas de las quemaduras de sus desintegraciones habian chamuscado la nieve.

Hijos de puta. La Hermandad de la Daga Negra. Otra vez.

Cuando O finalizo con la llamada, el Sr. X dijo:

– Mire, ?Quiere luchar contra mi o ir a trabajar? Un camino le llevara a una muerte segura ahora mismo. Es su eleccion.

– ?Soy el responsable de este lugar?

– Mientras obtenga lo que necesito.

– He traido a muchos civiles aqui.

– Pero eso no es lo que dicen muchos.

O se acerco y se deslizo sobre la red del tercer agujero, asegurandose de que el Sr. X lo viera siempre. Entonces coloco su bota de combate sobre la cubierta y se encontro con la mirada del Fore- lesser.

– No puedo ayudar si la Hermandad se guarda el secreto de su propia especie.

– Tal vez solo deba concentrarte con un poco mas de afan.

No le digas que se joda, penso O. Jode esta prueba y tu hembra sera alimento para los perros.

Mientras O intentaba controlar su temperamento, el Sr. X sonrio.

– Su control seria mas admirable si no fuera la unica respuesta apropiada. Ahora, sobre lo de esta noche. Los Hermanos iran al choque de aquellos asesinos a los que destruyeron. Vaya cuanto antes a la casa de H y cojalo. Asignare a alguien al lugar de A y yo mismo cubrire a D.

El Sr. X hizo una pausa en la puerta.

– Sobre esa hembra. Si la usa como instrumento, esta bien. Pero si la mantiene por cualquier otra razon, tendremos un problema. Vaya de blando y alimentare al Omega con usted pedazo por pedazo.

O no se estremecio. Habia sobrevivido a las torturas del Omega una vez y calculo que podria volver a hacerlo otra vez. Por su hembra pasaria por lo que fuera.

– Entonces, ?que me dice? -le exigio el Fore-lesser.

– Si, sensei.

Mientras O esperaba a que el Sr. X partiera en su coche, su corazon iba a explotar como una granada. Queria sacar a la mujer y sentirla contra el, pero entonces nunca se iria. Para intentar tranquilizarse a si mismo, rapidamente limpio su S amp;W y se armo. Esto la verdad no lo ayudo, pero al menos sus manos habian dejado de temblar por un tiempo mientras lo hacia.

De camino hacia la puerta recogio las llaves de su camion y conecto el detector de movimiento del tercer agujero. El apoyo tecnologico era un verdadero salva-culos. Si el laser infrarrojo se estropeaba, el arma triangular del sistema se dispararia y cualquier curioso atrapado contaria con un serio caso de filtraciones.

O vacilo antes de salir. Dios, queria abrazarla. Pensar en perder a su mujer, incluso hipoteticamente, lo volvia loco. Aquella hembra vampira… era su razon para vivir ahora. No la Sociedad. Ni el asesinato.

– Me voy, esposa, se buena -el espero-. Volvere pronto y te lavare -cuando no hubo ninguna respuesta, dijo- ?Esposa?

O trago compulsivamente. Si bien se dijo asi mismo que debia ser un hombre, no podia obligarse a salir sin oir su voz.

– No me envies sin un adios.

Silencio.

El dolor penetro en su corazon, haciendo que el amor que sentia subiera vertiginosamente. Suspiro, el delicioso peso de la desesperacion se apodero de su pecho. Habia pensado que sabia lo que era el amor antes de haberse hecho un lesser. Habia pensado que Jennifer, la mujer a la que habia jodido y por la que habia luchado tantos anos, habia sido especial. Pero habia sido un idiota muy ingenuo. Ahora sabia que era realmente la pasion. Su mujer cautiva era el dolor que lo quemaba y que lo hacia parecer un hombre otra vez. Ella era el alma que substituia a la que le habia entregado al Omega. Por ella vivia, aunque fuera un no muerto.

– Regresare en cuanto pueda, esposa.

Bella se encorvo dentro del agujero cuando oyo que se cerraba la puerta. El hecho de que el lesser se fuera intranquilo por que no le habia contestado la complacia. Ahora la locura era completa ?verdad?

Era gracioso que esta locura fuese la muerte que la esperaba. Desde el momento en el que habia despertado en el tubo hacia muchas semanas, habia asumido que su muerte iba a ser convencional, del tipo de cuerpo destrozado. Pero no, lo suyo era la muerte en si misma. Mientras su cuerpo subsistia en una salud relativa, su interior no viviria mucho.

La psicosis se habia tomado su tiempo para atraparla, y como una enfermedad del cuerpo, habia tenido sus etapas. Al principio se habia sentido demasiado petrificada como para pensar en algo que no fuera la tortura que sentiria. Pero entonces los dias pasaron y nada sucedio. Si, el lesser la golpeaba y sus ojos sobre su cuerpo la repugnaban, pero no le hacia lo que les hacia a los otros de su raza. Tampoco la habia violado.

En respuesta, sus pensamientos gradualmente habian ido cambiando, su espiritu se reanimo mientras mantuvo la esperanza de que la rescatasen. Ese periodo del fenix habia sido el mas largo. Una semana entera, tal vez, aunque era dificil medir el paso de los dias.

Pero entonces habia comenzado el irreversible deslizamiento y lo que la habia absorbido era el lesser en si mismo. Le habia costado tiempo comprenderlo, pero tenia un extrano poder sobre su captor y despues de que pasara algun tiempo, habia comenzado a usarlo. Al principio lo empujo para probar los limites. Mas tarde comenzo a atormentarlo sin otra razon mas que el odio y el deseo de herirlo.

Por alguna razon el lesser que la habia cogido… la amaba. Con todo su corazon. A veces le gritaba y realmente la aterrorizaba cuando el tenia alguno de sus caprichos, pero mientras mas dura era con el, mejor la trataba. Cuando ella ponia los ojos en el, este entraba en una crisis de ansiedad. Cuando le traia regalos y los rechazaba, lloraba. Con creciente fervor, se preocupaba por ella, le mendigaba su atencion, se acomodaba contra ella y cuando lo dejaba fuera, el se derrumbaba.

Jugar con sus emociones era todo su mundo, lo odiaba y la crueldad que la alimentaba, la estaba matando. Una vez habia sido un ser vivo, una hija, una hermana… un alguien… Ahora se endurecia, poniendose como el hormigon

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