en medio de su pesadilla. Embalsamada.

Querida Virgen del Fade, sabia que el nunca la dejaria marchar. Y segura de que si la mataba abiertamente, el tomaria su futuro. Todo lo que tenia ahora era solo este espantoso, infinito presente. Con el.

El panico, una emocion que no habia tenido durante un tiempo, se habia elevado en su pecho.

Desesperada por volver al entumecimiento, se concentro en lo frio que estaba el suelo. El lesser la habia mantenido vestida con la su propia ropa, que habia sacado de sus cajones y armarios y estaba abrigada por un largo Johns de lana, calientes calcetines y botas. Pero, incluso con todo, el frio era implacable, moviendose entre las capas, metiendosele en los huesos, convirtiendo su tuetano en aguanieve helada.

Sus pensamientos se trasladaron hacia su granja, donde habia vivido durante un periodo tan corto de tiempo. Recordo el alegre fuego que habia hecho en el hogar en la sala de estar y la felicidad que habia sentido al estar sola… Eran malas visiones, malos recuerdos. Le hacian recordar su antigua vida, su madre… su hermano.

Dios, Rehvenge. Rehv la habia vuelto loca con todo su comportamiento dominante, pero habia tenido razon. Si se hubiera quedado con su familia, nunca habria conocido a Mary, la humana que vivia al lado. Y nunca habria cruzado el prado entre sus casa aquella noche para asegurarse de que estaba bien. Y nunca habria tenido que correr por el lesser… nunca habria terminado muerta y respirando.

Se pregunto cuanto tiempo la habria buscado su hermano. ?Se habria rendido ya? Probablemente. Ni siquiera Rehv podria continuar durante tanto tiempo sin esperanza.

Apostaba que la habia buscado, pero por una parte se alegraba de que no la hubiese encontrado. Aunque era un hombre sumamente agresivo, era civilizado y se sentiria responsable de que lo hirieran si el venia a rescatarla. Aquellos lessers eran fuertes. Crueles y poderosos. No, para que regresara necesitaria a alguien igual de monstruoso que el que la retenia.

Una imagen de Zsadist le vino a la mente, clara como una fotografia. Vio sus oscuros ojos salvajes. La cicatriz que atravesaba su cara y le deformaba el labio superior. El esclavo de sangre con tatuajes en la garganta y en las munecas. Recordo las senales de los azotes sobre su espalda. Y los piercings que colgaban de sus pezones. Y los musculos, tambien el delgado cuerpo.

Penso en su cruel voluntad, inflexibilidad y todo el odio totalmente volatil. Era aterrador, un horror de la especie. Arruinado, no, roto, en las palabras de su gemelo. Pero eso era lo que lo habria hecho un buen salvador. El unico rival para el lesser que se la habia llevado. Ese tipo de brutalidad de Zsadist era probablemente la unica cosa que podria sacarla de ahi, aunque tenia mejor criterio que pensar que alguna vez intentaria encontrarla. Ella era solo una civil con la que se habia encontrado un par de veces.

Y la segunda vez, el le habia hecho jurar que nunca se le volveria a acercar.

El miedo la rodeaba e intento refrenar la emocion diciendose que Rehvenge todavia la buscaba. Y apelaria a la Hermandad si encontraba alguna pista de donde estaba. Entonces tal vez Zsadist vendria por ella, por que seria necesario, como parte de su trabajo.

– ?Hola? ?Hola? ?Hay alguien ahi? -la inestable voz masculina sonaba como amortiguada, un tono metalico.

Era el cautivo mas nuevo, penso. Ellos al principio siempre intentaban reaccionar

Bella se aclaro la garganta.

– Estoy… aqui.

Hubo una pausa.

– Oh, Dios mio… ?Eres la mujer que se llevaron? ?Eres Bella?

Escuchar su nombre fue un shock. Infiernos, el lesser la llamaba su esposa desde hacia tiempo, casi se habia olvidado que habia sido algo mas.

– Si… si, soy yo.

– Todavia estas viva.

Bien, su corazon todavia latia, de todos modos.

– ?Te conozco? – y… yo fui a tu entierro. Con mis padres, Ralstam y Jilling.

Bella comenzo a temblar. Su madre y su hermano… la habian puesto a descansar. Su madre era profundamente religiosa, gran creyente de las Viejas Tradiciones. Una vez que se convencio que su hija estaba muerta, habria insistido en la ceremonia apropiada para que Bella pudiera entrar en el Fade.

Oh… Dios. Pensar que ellos se habian rendido y saberlo eran dos cosas diferentes. Nadie vendria por ella. Nunca.

Escucho algo extrano. Y comprendio que sollozaba.

– Me escapare -dijo el hombre con fuerza -. Te llevare conmigo.

Bella permitio a sus rodillas se rindiesen y se deslizo hacia abajo por la pared acanalada del tubo hasta que quedo alojada en el fondo. Ahora estaba realmente muerta ?verdad? Muerta y bien muerta.

Que horriblemente adecuado que ella estuviera atrapada en la tierra.

CAPITULO 2

Las shitkickers de Zsadist lo llevaron a traves de un callejon fuera de Trade Street, las pesadas suelas sonaban con fuerza sobre los charcos de aguanieve en parte congelados y aplastados por las huellas de los neumaticos. Estaba totalmente oscuro, porque no habia ventanas en los edificios de ladrillo de uno u otro lado y las nubes se habian cerrado sobre la luna. Incluso caminando asi, su vision nocturna era perfecta, penetrando en todas partes. Como su rabia.

Sangre negra. Necesitaba mas sangre negra. La necesitaba sobre sus manos, golpeando en su cara y salpicando su ropa. Necesitaba oceanos de ella corriendo por el suelo y rezumando en la tierra. En honor a la memoria de Bella, sangraria a los asesinos, cada muerte una ofrenda.

Sabia que no habia sobrevivido, sabia en su corazon que debia haber sido asesinada de un modo espantoso. ?Entonces por que siempre les preguntaba a esos bastardos donde estaba? Infiernos, no lo sabia. Solo era la primera cosa que salia de su boca, sin importar cuantas veces se dijera que se habia ido.

El iba a seguir haciendo esas jodidas preguntas. Queria saber el donde, el como y con que, ellos lo habian hecho. La informacion solo se lo devoraria, pero necesitaba saberlo. Tenia que saberlo. Y uno de ellos hablaria en algun momento.

Z se detuvo. Olio el aire. Rezo para que el suave olor a talco para bebe fuese a la deriva a su nariz. Maldita sea, no podia soportar esto… no saber nada por mas tiempo.

Pero entonces rio con un repugnante chasquido. Si, el infierno no podria enfrentarlo. Gracias a sus cien anos de cuidadosa educacion con la Mistress, no existia ningun nivel de mierda al que no sobreviviera. Dolor fisico, angustia mental, abatiendose en las profundidades de la humillacion y la degradacion, desesperacion, impotencia: Estas aqui, aguanta.

Asi que, sobreviviria a esto.

Levanto la vista al cielo y cuando su cabeza se echo hacia atras se balanceo. Con un rapido movimiento de mano se estabilizo, luego suspiro y espero a ver si la sensacion de mareo pasaba. No hubo suerte.

Hora de alimentarse. Otra vez.

Maldicion, esperaba poder salir sin dificultad otra noche o dos. Lo mas seguro era que hubiera arrastrado su cuerpo por pura fuerza de voluntad las dos ultimas semanas, pero eso no era nada insolito. Y esta noche no queria tratar con la sed de sangre.

Vamos, vamos… concentrate, gilipollas.

Se obligo a continuar, acechando por los callejones del centro, serpenteando el peligroso laberinto urbano de Caldwell, los clubs de New York y los escenarios de drogas.

A las tres A.M., estaba tan hambriento de sangre que se sentia como una piedra y fue la unica razon por la cual se presento. No podia aguantar mas la disociacion, el entumecimiento en su cuerpo. Le recordaba demasiado el letargo del opio al que le habian obligado cuando era un esclavo de sangre.

Caminando tan rapidamente como podia, se dirigio al ZeroSum, la guarida actual de la Hermandad en el centro de la ciudad. Los gorilas le permitieron evitar la cola de espera, el acceso facil era uno de los beneficios de la gente que dejaba caer dinero en efectivo, como hacian los hermanos. Infiernos, el habito del humo rojo de Phury valia solo

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