habia mirado fijamente por las ventanas y se habia sentado sobre cada silla, sofa y cama. Infiernos, ya habia decidido comprar la maldita cosa cuando su familia la vendiera. Aunque nunca hubiera tenido una casa antes o muchos bienes personales, estas paredes y este techo y la mierda de dentro… el lo poseeria todo. Un santuario de ella.

Z hizo un viaje rapido por la casa, catalogando las cosas que habian sido quitadas. No era mucho. Una pintura y un plato de plata de la sala de estar y un espejo del vestibulo de entrada. Tenia curiosidad de por que aquellos objetos particulares habian sido escogidos y devueltos a donde pertenecieran.

Mientras entraba en la cocina otra vez, imagino el cuarto despues de que ella habia sido secuestrada, toda la sangre, los trozos de cristal, las sillas rotas y la porcelana. Sus ojos bajaron hasta una raya negra de caucho sobre el suelo de pino. Podia adivinar como habia sido hecha. Bella luchando contra el lesser, siendo arrastrada, la suela de su zapato chirriando mientras dejaba un rastro

La colera avanzo lentamente a traves de su pecho a cuatro patas hasta que estuvo jadeando por el feo, familiar sentimiento. Excepto Cristo…, todo eso no tenia sentido: el buscandola y obsesionandose con su mierda y andando alrededor de su casa. Ellos no habian sido amigos. Infiernos, ni siquiera habian sido conocidos. Y el no habia sido agradable con ella en las dos ocasiones en que se habian encontrado.

Amigo, lamentaba eso. Durante aquellos pocos momentos en que estuvo con ella, deseaba que hubiera sido… Bien, no levantarse rapidamente despues de que hubiera averiguado que estaba excitada por el hubiera sido un comienzo realmente bueno. Excepto que no habia habido ningun modo de tragarse la respuesta. Ninguna hembra excepto aquella bruja enferma de la Mistress habia estado mojada por el, asi que estaba seguro como el infierno que el no asociaba la resbaladiza carne femenina con nada bueno.

Mientras recordaba a Bella estando contra su cuerpo, todavia se preguntaba porque ella queria yacer con el. Su cara estaba hecha un cuadro. Su cuerpo no estaba mucho mejor, al menos su espalda. Y su reputacion hacia que Jack el Destripador pareciera un Boy scout. Maldicion, el estaba enfadado con todos y todo siempre. Ella habia sido hermosa, suave y amable, una hembra de la realeza, aristocrata de una estirpe privilegiada.

?Ah, pero sus contradicciones habian sido el punto, verdad? El habia sido el macho de cambio-de-paso para ella. El paseo sobre el lado salvaje. La criatura salvaje que la impresionaria y la sacaria de su pequena vida agradable durante una hora o dos. Y aun cuando le habia dolido ser reducido precisamente a lo que el era, todavia pensaba que ella era… encantadora.

Detras de el, oyo al reloj del abuelo comenzar a sonar. Las cinco.

La puerta de la calle de la casa se abrio con un crujido.

Rapida y silenciosamente, Z desenvaino una daga negra de su pecho y se aplasto contra la pared. Inclino la cabeza para tener una vista desde el pasillo hasta el vestibulo.

Butch levanto las manos y entro.

– Solo yo, Z

Zsadist bajo la hoja, entonces la devolvio a su funda.

El antiguo detective de homicidios era una anomalia en su mundo, el unico humano al que alguna vez se le habia dejado entrar en el circulo interior de la Hermandad. Butch era el companero de habitacion de V, el companero de levantamiento de pesas de Rhage en el gimnasio, el que compartia la puta ropa de Phury. Y por razones que solo el sabia, estaba obsesionado con el secuestro de Bella, asi que entonces tenia alguna mierda en comun con Z, tambien.

– ?Que hay, poli?

– ?Estas llegando a la solucion? -La pregunta del tipo podria haber sido enmarcada como una pregunta, pero era mas bien una sugerencia.

– No ahora mismo.

– Cerca de la luz del dia.

Lo que sea.

– ?Phury te envia por mi?

– Mi eleccion. Cuando no volviste despues de pagar, me figure que podrias terminar aqui.

Z cruzo los brazos sobre el pecho.

– ?Te preocupaba que matara a aquella hembra que tome en el callejon?

– No. La vi trabajando en el club antes de que me marchara.

– Entonces, ?Por que te estoy mirando ahora mismo?

Mientras el macho echaba un vistazo abajo como si estuviera reuniendo palabras en su cabeza, su peso se movia adelante y atras en aquellos mocasines caros que le gustaban. Entonces se desabotono el elegante abrigo negro de cachemira.

Ah… asi que Butch era un mensajero.

– Escupelo, poli.

El humano froto un pulgar sobre su ceja.

– Sabes que Tohr ha estado hablando con la familia de Bella, ?verdad? ?Y que su hermano es un autentico exaltado? Bien, el sabe que alguien ha estado viniendo aqui. Puede contarlo por el sistema de seguridad. Cada vez que se desconecta o se enciende, recibe una senal. Quiere que las visitas paren, Z.

Zsadist desnudo los colmillos.

– ?Pues te aguantas!

– Va a colocar guardias.

– ?Por que demonios se preocupa?

– Vamos, amigo, es el lugar de su hermana.

Hijo de puta.

– Quiero comprar la casa.

– Esto es un area prohibida, Z. Tohr dijo que la familia no la va a poner en el mercado pronto. Quieren mantenerla.

Z apreto los dientes durante un momento.

– Poli, hazte un favor y sal de aqui.

– Mejor te llevo a casa. El amanecer esta malditamente cerca.

– Si, realmente necesito a un humano diciendome eso.

Butch maldijo con una exhalacion.

– Bien, hazte crujiente si quieres. Solamente no vuelvas aqui otra vez. Su familia ya ha pasado bastante.

Tan pronto como la puerta delantera se cerro, Z sintio un calor subir por su cuerpo, como si alguien lo hubiera envuelto apretadamente en una manta electrica y encendido el dial. El sudor bajaba por su cara y pecho, y el estomago dio un vuelco. Levanto sus manos. Las palmas estaban humedas y los dedos temblaban.

Signos fisiologicos de tension, penso.

Estaba teniendo claramente una reaccion emocional, aunque maldicion si sabia cual era. Todo lo que recogia eran sintomas auxiliares. Dentro de si mismo no habia nada, ningun sentimiento que pudiera identificar.

Miro alrededor y quiso prender fuego a la granja, incendiar la cosa hasta los cimientos asi nadie podria tenerla. Mejor eso que saber que no podia entrar mas.

El problema era, que quemar su lugar era como herirla a ella.

Si no podia dejar un monton de cenizas detras, queria coger algo. Mientras pensaba en que podria llevarse con el y todavia desmaterializarse, puso su mano sobre la cadena delgada que se extendia alrededor de su cuello.

El collar con sus diminutos diamantes insertados era de ella. Lo habia encontrado en los escombros la noche despues de que hubiera sido secuestrada, sobre el piso de terracota bajo la mesa de cocina. Habia limpiado la sangre, habia arreglado el broche roto, y lo habia llevado desde entonces.

Y los diamantes eran eternos, ?verdad? Ellos duraban para siempre. Justo como sus recuerdos de ella.

Antes de que Zsadist se marchara echo un ultimo vistazo al acuario. El alimento casi habia desaparecido, devorado de la superficie por pequenas bocas, bocas que venian de las profundidades.

John no sabia cuanto tiempo estuvo en los brazos de Wellsie, pero le llevo un rato regresar a la realidad. Cuando el finalmente se retiro, ella le sonrio.

– ?Seguro que no quieres contarme la pesadilla?

Las manos de John comenzaron a moverse, y ella las miro fijamente con fuerza porque estaba justo aprendiendo el lenguaje por senas. El sabia que iba demasiado rapido, asi que se inclino y recogio uno de sus blocks

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