El animal yacia tendido frente a ella con la hoja del cuchillo sobresaliendole de la espalda, con la cabeza ladeada y los ojos enrojecidos muy abiertos.

Le manaba de la boca un hilillo de sangre, pero lo mas curioso era que estaba arrastrando la mano por el suelo.

Entonces Sharon comprendio la verdad. No habia muerto. El animal aun vivia. Su fuerza resultaba increible. Y sus dedos se estaban acercando a la pistola que solo se encontraba a escasos centimetros de su mano.

Miro al Sonador que se encontraba al otro lado de la estancia, pero este aun estaba luchando contra sus propias nauseas, presa de un incontenible acceso de tos.

Sharon comprendio instantaneamente que su vida estaba de nuevo en sus manos.

Quiso actuar, pero sus musculos estaban paralizados por el miedo y se negaban a obedecerle.

Volvio a mirar la mano de Shively que seguia serpeando y serpeando, a cinco centimetros, cuatro centimetros, tres centimetros del arma mortifera.

Se sobrepuso, se lleno de vida, se levanto del suelo y cruzo la estancia. Los dedos de Shively ya habian alcanzado a tocar la culata de la pistola pero, en aquellos momentos, ella se la aparto de la mano, de un puntapie y la envio contra la pared al lado de la mesa del tocador.

Aquel instintivo acto de defensa habia sido un acto de recuperacion.

Sharon advirtio que la sangre abandonaba su cabeza y que se reducia el martilleo de su corazon permitiendole recuperar el dominio de si misma.

Corrio apresuradamente hacia la mesa del tocador, se agacho y recogio el arma. Sin prestar atencion al pobre muchacho del otro lado de la estancia, se volvio y avanzo lentamente hacia el sangrante y apunalado cuerpo de Shively tendido en el suelo.

Con el arma en la mano se quedo de pie junto a el contemplando al monstruo herido, viendo como se le escapaba la sangre por delante y por detras manandole de la boca en un hilillo y escapandosele a borbotones de la espalda.

Introdujo la punta del pie debajo de su cuerpo, le levanto parcialmente y despues se apoyo con todo su peso y le giro de lado; el levanto confuso las pupilas de sus desorbitados ojos y, al final, la distinguio y la enfoco con la mirada.

Ella le estaba sonriendo. Shively murmuraba como si quisiera decir algo y ella se inclino ligeramente para poder entender sus palabras. Estaba dirigiendole un ruego.

– Dejeme, dejeme, dejeme vivir -grazno.

Sharon esbozo una ancha sonrisa y se irguio.

– Dimelo otra vez, cerdo. Implorame la vida. Implora como yo lo hice. Implora como yo implore; el se esforzo por articular algunas palabras.

– Dejame vivir, yo no queria, Por favor, no, no…

– ?Que no te deje sufrir? -le pregunto ella-.

No, no te dejare sufrir. Te tendre mas compasion de la que tu me tuviste. Acaricio con el dedo el frio gatillo del revolver Colt.

Sin dejar de sonreir inclino el canon apuntandole a la cabeza y despues le fue apuntando deliberadamente al pecho y al estomago hasta llegar a la bragadura.

Y se la encanono con mano firme.

– Nooooo, -suplico el. Pero su grito quedo ahogado por la ensordecedora explosion del disparo.

Silencio. La mitad del cuerpo la tenia desgarrada.

El cadaver, el suelo, todo estaba lleno de fragmentos de carne y huesos de Shively y del hedor de la muerte de su virilidad y su vida.

Ella se volvio, recogio pausadamente el sujetador y la blusa y, mirando al Sonador con el rabillo del ojo, poso la pistola sobre una silla.

Se puso tranquilamente el sujetador, se lo abrocho, se puso despues la blusa abrochandosela tambien y, al final, recogio de nuevo el arma.

Observo que el Sonador se habia recuperado, que habia presenciado el “coup de grice” y la ejecucion y que ahora ya estaba mirando con su rostro juvenil como envejecido.

Fue a acercarse a el, pero despues se detuvo bruscamente y presto atencion. Se estaba escuchando un ruido, un ruido nuevo y conocido, el ruido de un helicoptero que se iba acercando cada vez mas.

El Sonador lo escucho tambien y aparto la mirada confuso, pero despues volvio a posarla en Sharon.

Sharon comenzo a avanzar en direccion a el pero, al llegar a su lado, no se detuvo. Paso de largo y cruzo la puerta por primera vez desde su cautiverio. Se detuvo brevemente para orientarse y despues avanzo por el pasillo en direccion a la ventana.

Se detuvo junto a la misma y miro mas alla del porche entre el bosquecillo y el arroyo.

Escucho el repiqueteo cada vez mas proximo del helicoptero y pudo distinguirlo a la grisacea luz del atardecer mientras descendia y se mantenia momentaneamente inmovil.

Estaba claro que habian descubierto el emplazamiento del escondite ya que ahora el helicoptero estaba descendiendo rapidamente y solo se encontraba a cosa de unos cien metros de distancia dirigiendose hacia la zona llana que habia al lado del bosquecillo.

Sin emocionarse lo mas minimo, Sharon observo que el helicoptero se disponia a aterrizar.

Adam, Malone se habia quedado en el dormitorio, junto a la puerta, evitando mirar el cuerpo mutilado, castrado y sin vida de Shively, procurando recuperar la cordura y comprender el rapido sesgo que habian adquirido los acontecimientos de aquel dia terrible y lo que el habia hecho y lo que habia hecho ella y lo que iba a ocurrirle.

Al final, cuando el rumor de las helices del helicoptero le martilleo los timpanos indicandole que todo estaba a punto de terminar, saco fuerzas de flaqueza y abandono el dormitorio.

La vio al fondo del pasillo junto a la ventana mirando tranquilamente a traves de la misma.

Increible, increible. Experimento el impulso de acercarse una vez mas a ella. Avanzo lentamente, se detuvo a su lado y miro hacia el exterior.

El helicoptero blanco y azul estaba a punto de tomar tierra y Malone pudo distinguir las letras que aparecian pintadas en su fuselaje.

No le sorprendio que el helicoptero perteneciera al Departamento de Policia de Los Angeles.

Sabia que ya no disponia de tiempo. No podia irse a ningun sitio. No tenia la menor posibilidad de huida.

Ademas, aquel ya no era su pais. Ella se habia aduenado del territorio e impondria sus propias leyes.

Apartando la mirada de la ventana para contemplar por ultima vez su perfil, se sorprendio de que ella no estuviera mirando a sus salvadores sino a el.

Le estaba mirando con una fria y despectiva sonrisa de triunfo. Una sonrisa que revelaba algo que el no sabia. Habia creido saberlo todo pero aquella sonrisa le estaba facilitando un dato que el desconocia.

Para Malone, se trato de un instante de descubrimiento de la verdad final. Sin los adornos de la fantasia, bajo la implacable luz de la realidad, le fue dado finalmente verla tal y como era.

Por primera vez la vio tal como era y no como el habia querido que fuera. Vio claramente a Sharon Fields: una bruja tenaz y resistente.

Observo que sus labios se movian.

– Bueno, tu que eres tan aficionado al cine -le dijo-, ?que te parece? Le senalo el helicoptero.

Al final siempre acaban llegando los marinos, ?verdad, hijito?

– Tu les has conducido hasta aqui, ?verdad, Sharon? -le pregunto el sin dejar de mirarla.

– Eres mas listo de lo que suponia.

– Tu me utilizaste para conseguir que los demas aceptaran la idea de pedir un rescate, ?verdad?

– Muy listo.

– Mentiste al decir que me querias, ?no es cierto? -Vacilo-. Tu no te quieres mas que a ti misma, a ti y a nadie mas y siempre te has querido, ?no es cierto?

– Veo que estas a punto de doctorarte -repuso ella dirigiendole una helada sonrisa-.

Te dire una cosa. He conocido a muchos hombres, estupido, a muchisimos y jamas he conocido a ninguno que no fuera un cerdo. Tu incluido.

No fuiste mas que uno de tantos. -Se detuvo-. Hace mucho tiempo que aprendi una cosa. Y es esta: ?Quien va a preocuparse por mi mas que yo? Sharon Fields se aparto de la ventana y despues se acerco de nuevo a ella.

El helicoptero acababa de aterrizar. La helice habia dejado de girar. Estaban abriendo la portezuela.

Вы читаете Fan Club
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×