irritaba, y mucho, que ademas fuera atractivo: con su cabello oscuro y sus profundos ojos azules, era un hombre que le habria llamado la atencion a cualquiera.

– Bueno, puede que sea tu peor rival e insoportable. Pero tuve ocasion de verlo una vez y no me negaras que tambien es muy atractivo…

– Si, tan atractivo como una serpiente de cascabel. Tu lo viste a distancia. Y creeme cuanto mas cerca estas de el, menos atractivo es.

Por supuesto, Jillian habia mentido. Pero no queria pensar en eso.

Ahora solo queria concentrarse en su trabajo. Tenia la sensacion de que aquel fin de semana en Chateau Fontaine era la gran oportunidad que habia estado esperando. La ocasion de conseguir todo lo que habia sonado.

Capitulo 2

Matt se detuvo ante el portico con columnas del hotel Chateau Fontaine, tomo su chaqueta de cuero y su bolsa de viaje, dejo el coche para que lo aparcaran y se dirigio a la entrada. Tenia las piernas entumecidas por el viaje, de seis horas, y penso que en tanto tiempo podria haber llegado a Canada.

Sin embargo, sabia que la tardanza habia sido culpa suya. Habia optado por tomar la autopista de Long Island a sabiendas de que era famosa por los tremendos atascos que se organizaban en ella, pero habia pensado, equivocadamente, que el trafico estaria bien. A fin de cuentas, habia salido de la ciudad despues de las ocho de la tarde. Pero no habia contado con la gente que se marchaba fuera a pasar el fin de semana, ni con la nieve ni con el camion que habia sufrido un accidente y que habia cortado la ruta.

En cuanto entro, camino hacia la recepcion como si hubiera encontrado un oasis en mitad del desierto. Tenia sed y no habia comido nada en todo el dia, pero estaba tan agotado que no le apetecia comer.

– Estoy tan cansado que no me apeteceria ni hacer el amor -murmuro.

Solo queria meterse en la cama y dormir. La experiencia del viaje se habia sumado a la larga noche en vela, de modo que decidio descansar y levantarse a primera hora, con tiempo suficiente para echar un vistazo a sus notas antes de reunirse con Jack Witherspoon. Habia charlado con el aquella manana y no sabia cuando llegaria al hotel, pero los dos se habian mostrado de acuerdo en que seria mejor que se reunieran por la manana en lugar de hacerlo nada mas llegar.

Matt sonrio a la recepcionista, que se llamaba Maggie a juzgar por la plaquita que llevaba en la blusa, y le dio el fax de la agencia de viajes de Maxximum.

– Ah, si, senor Davidson… lo estabamos esperando -dijo, mientras le daba un folleto-. Aqui tiene informacion sobre nuestras actividades. Su habitacion es la 312. Tome el ascensor de la izquierda hasta el tercer piso. La encontrara al final del pasillo.

– Me gustaria que me despertaran a las seis y media de la manana, por favor.

Matt tomo su bolsa de viaje y cruzo el vestibulo en direccion a los ascensores. Las paredes estaban decoradas con motivos navidenos y una de ellas era un gigantesco ventanal que supuso daria a los vinedos, aunque la oscuridad del exterior no permitio que lo comprobara. Los techos eran altos, los suelos estaban cubiertos de alfombras y entre las plantas se distinguia un piano, cerca de la escalinata interior, y un arbol de Navidad.

Entro en el ascensor, medio dormido, y unos segundos despues ya se encontraba en el tercer piso. Ahora solo tenia que localizar su habitacion.

Estaba al final del pasillo, tal y como le habia indicado la recepcionista. Cuando llego, abrio la puerta y entro. La repentina oscuridad le resulto muy agradable, sobre todo despues de haber soportado la intensa luz del vestibulo del hotel.

Solo queria hacer una cosa: acostarse. Asi que dejo la bolsa en el suelo, se quito la chaqueta, se desnudo y se quedo sin mas prenda que los calzoncillos antes de avanzar hacia la cama. A pesar de la oscuridad, noto que estaba algo revuelta y le extrano, pero en ese momento no le dio mayor importancia.

Una vez bajo las sabanas, suspiro y se dispuso a caer en brazos de Morfeo. Pero entonces se estiro y noto que su brazo rozaba con algo calido y suave. Penso que las sabanas eran de saten y las acaricio. Ciertamente, eran muy suaves. Suaves y redondeadas, como el pecho de una mujer. Incluso creyo notar lo que parecia ser un pezon.

Entre suenos, penso que era una cama maravillosa y casi pudo sentir lo que parecia ser un cuerpo femenino contra su espalda. Pero aun asi, habria seguido durmiendo tan tranquilamente de no haber oido, con total claridad, un grito ahogado.

– Pero que diablos…

Matt abrio los ojos.

– ?Sal de la cama ahora mismo, canalla! – grito una voz femenina.

Matt encendio la luz y tardo unos segundos en ajustar la vision a la subita claridad. Cuando lo consiguio, se encontro ante una morena de pelo revuelto y expresion furiosa. Parecia dispuesta a sacarle los ojos.

– ?Tu? ?Eres tu? ?Matt?

El todavia tardo unos segundos en reconocerla.

– ?Jilly?

Los dos se miraron sin saber que hacer, ni que decir, durante un rato interminable.

Matt todavia no podia creer lo que habia sucedido. Ademas, le resultaba increible que aquella mujer impresionante, de largo cabello oscuro, ojos entre dorados y marrones y cuerpo maravilloso, fuera nada mas y nada menos que Jillian Taylor.

La Jilly que el conocia no se parecia nada. Era estirada, conservadora, fria, justo lo contrario que aquella mujer. Y cuando cayo en la cuenta de que realmente le habia acariciado uno de sus senos, no pudo evitar admirar su anatomia. Aunque se habia tapado con las sabanas, distinguio curvas asombrosas y unas piernas interminables.

Por sorprendente que pudiera ser, Jillian ocultaba un precioso secreto bajo su apariencia profesional. Y desafortunadamente para el, le provoco una mas que visible ereccion.

Desesperado, intento reaccionar. Carraspeo y dijo:

– ?Que estas haciendo aqui?

– Eso mismo te pregunto yo. ?Que estas haciendo en mi habitacion? ?Que es esto, algun tipo de broma?

– Yo no gasto bromas de ese tipo. ?Y que quieres decir con eso de que es tu habitacion? La recepcionista me dio la 312 y esta es la 312, ?verdad?

– Si -respondio ella, frunciendo el ceno-. Supongo que habran cometido algun tipo de error. Pero eso sigue sin explicar tu presencia en el Chateau Fontaine, aunque cualquiera podria adivinar que tienes intencion de estropear mi reunion con Jack Witherspoon.

– ?Tu reunion? -pregunto, asombrado.

– Claro. Adam me envio para que lo convenza de que firme con Maxximum.

Matt entrecerro los ojos y la observo con detenimiento. O era una mentirosa magnifica o su jefe les habia gastado una broma a los dos.

– ?Eso es cierto? Porque, si lo es, debo advertirte que Adam me envio precisamente para lo mismo.

Jillian lo observo intentando mantener la calma. Se habia pegado un buen susto al descubrir que no estaba sola en la cama, pero el susto habia sido aun mayor cuando comprendio que las caricias que habia sentido no eran ningun sueno, sino algo real. Y despues de comprobar la identidad del extrano, le extranaba que no hubiera sufrido un infarto.

En cuanto a las palabras de su companero de trabajo, no sabia si era sincero o si estaba mintiendo. Lo miro con atencion, como intentando averiguar la verdad, pero solo consiguio excitarse ante la contemplacion de su cuerpo.

Sin querer, y desde luego contra su voluntad, recordo lo que Kate le habia comentado: que cabia la posibilidad de que aquel fin de semana encontrara al hombre que estaba buscando. Pero expulso aquella idea de su pensamiento y se dijo que se estaba volviendo loca.

– ?Y bien? -pregunto el, sin dejar de mirarla.

– ?Bien, que? -pregunto ella a su vez, mientras se levantaba de la cama.

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