TIA.- No cureis, que si os caen en el rastro las cortesanas, todas querran probar, y con eso que vos le sabeis dar, una ligereza, ganareis cuanto quisiereis, Dios delante. ?Veis aqui donde viene mi marido?

VIEJO.- Esteis en buen hora.

LOZANA.- Seais bien venido.

VIEJO.- Senora, ?que os ha parecido de mi sobrino?

LOZANA.- Senor, ni amarga ni sabe a fumo.

TIO.- ?Por mi vida, que teneis razon! Mas yo fuera mas al proposito que no el.

TIA.- ?Mira que se dejara decir! ?Se pasan los dos meses que no me dice que tienes ahi y se quiere ahora hacer gallo! ?Para quien no os conoce teneis vos palabra!

LOZANA.- Senora, no os altereis, que mi bondad es tanta que ni sus palabras, ni su sobrino no me emprenaran. Vamos, hijo, Rampin, que es tarde para lo que tenemos que hacer.

TIA.- Senora, id sana y salva, y torname a ver con sanidad.

Mamotreto XV

Como fueron mirando por Roma, hasta que vinieron a la juderia, y como ordeno de poner casa

LOZANA.- ?Por donde hemos de ir?

RAMPIN.- Por aqui, por Plaza Redonda, y vereis el templo de Panteon, y la sepultura de Lucrecia Romana, y la aguja de piedra que tiene la ceniza de Romulo y Remulo, y la Columna labrada, cosa maravillosa, y vereis Setemzoneis, y reposareis en casa de un compano mio que me conoce.

LOZANA.- Vamos, que aquel vuestro tio sin pecado podria traer albarda. Ella parece de buena condicion. Yo la tengo de vezar muchas cosas que se.

RAMPIN.- De eso os guarda. No veceis a ninguna lo que sabeis; guardadlo para cuando lo habreis menester, y si no viene vuestro marido, podreis vos ganar la vida, que yo dire a todas que sabeis mas que mi madre. Y si quereis que este con vos, os ire a vender lo que hiciereis, y os pregonare que traeis secretos de Levante.

LOZANA.- Pues veni aca, que eso mismo quiero yo, que vos esteis conmigo. Mira que yo no tengo marido ni pename el amor, y de aqui os digo que os tendre vestido y harto como barba de rey. Y no quiero que fatigueis, sino que os hagais sordo y bobo, y calleis aunque yo os rina y os trate de mozo, que vos llevareis lo mejor, y lo que yo ganare sabedlo vos guardar, y vereis si habremos menester a nadie. A mi me quedan aqui cuatro ducados para remediarme. Id, y compradme vos soliman, y lo hare labrado, que no lo sepan mirar cuantas lo hacen en esta tierra, que lo hago a la cordobesa, con saliva y al sol, que esto dicen que es lo que hace la madre a la hija; esotro es lo que hace la cunada a la cunada, con agua y al fuego, y si miran que no salte, ni se queme, seria bueno, y de esto hare yo para el comun. Mas ahora he menester que sea loada y, como la primera vez les hara buena cara, siempre dire que lo paguen bien, que es de mucha costa y gran trabajo.

RAMPIN.- Aqui es el Aduana, mira si quereis algo.

LOZANA.- ?Que aduanare? Vos me habeis llevado la flor.

RAMPIN.- ?Veis alli una casa que se alquila?

LOZANA.- Veamosla.

RAMPIN.- Ya yo la he visto, que moraba una putilla alli, y tiene una camara y una saleta, y paga diez ducados de carlines al ano, que son siete y medio de oro, y ella la pagaba de en tres en tres meses, que serian veinticinco carlines por tres meses. Y buscaremos un colchon y una silla para que hincha la sala, y asi pasareis hasta que vayais entendiendo y conociendo.

LOZANA.- Bien decis; pues vamos a mercar un morterico chiquito para comenzar a hacer cualque cosa que de principio al arte.

RAMPIN.- Sea asi. Yo os lo traere. Vamos primero a hablar con un jodio, que se llama Trigo, que el os alquilara todo lo que habeis menester y aun tomara la casa sobre si.

LOZANA.- Vamos. ?Conoceis alguno?

RAMPIN.- Mira, es judio platico, deja hacer a el, que el os publicara entre hombres de bien que paguen la casa y aun el comer.

LOZANA.- Pues eso hemos menester. Decime, ?es aquel?

RAMPIN.- No, que el no trae senal, que es judio que tiene favor, y lleva ropas de seda vendiendo, y ese no lleva sino ropa vieja y zulfaroles.

LOZANA.- ?Que plaga es esta?

RAMPIN.- Aqui se llama Nagona, y si venis el miercoles vereis el mercado, que quiza desde que naciste no habeis visto mejor orden en todas las cosas. Y mira que es lo que quereis, que no falta nada de cuantas cosas nacen en la tierra y en el agua, y cuantas cosas se puedan pensar que sean menester abundantemente, como en Venecia y como en cualquier tierra de acarreto.

LOZANA.- Pues eso quiero yo que me mostreis. En Cordoba se hace los jueves, si bien me recuerdo: Jueves, era jueves,dia de mercado,convido Hernandolos comendadores. ?Oh si me muriera cuando esta endecha oi! No lo quisiera tampoco, que bueno es vivir, quien vive loa al Senor. ?Quien son aquellos que me miraron? ?Para ellos es el mundo!, ?y lobregos de aquellos que van a pie, que van sudando, y las mulas van a matacaballo, y sus mujeres llevan a las ancas!

RAMPIN.- Eso de sus mujeres… son cortesanas, y ellos deben de ser grandes senores pues mira que por eso se dice: «Nota Roma, triunfo de grandes senores, paraiso de putanas, purgatorio de jovenes, infierno de todos, fatiga de bestias, engano de pobres, pecigueria de bellacos».

LOZANA.- ?Que predica aquel? Vamos alla.

RAMPIN.- Predica como se tiene de perder Roma y destruirse en el ano XXVII, mas dicelo burlando. Este es el Campo de Flor, aqui es en medio de la ciudad. Estos son charlatanes, sacamuelas y gastapotras, que enganan a los villanos y a los que son nuevamente venidos, que aqui los llaman bisonos.

LOZANA.- ?Y con que los enganan?

RAMPIN.- ?Veis aquella raiz que el tiene en la mano? Esta diciendo que quita el dolor de los dientes, y que lo dara por un bayoque, que es cuatro cuatrines. Hara mas de ciento de aquellos, si halla quien los compre: tantos bayoques hara. ?Y mira el otro cuero hinchado, aquel papel que muestra! Esta diciendo que tiene polvos para vermes, que son lombrices, y mira que prisa tiene, y despues sera cualque cosa que no vale un cuatrin, y dice mil farandulas y a la fin, todo nada. Vamos, que «un loco hace ciento».

LOZANA.- ?Por mi vida, que no son locos! Decime, ?quien mejor sabio que quien sabe sacar dinero de bolsa ajena sin fatiga? ?Que es aquello, que estan alli en torno aquel?

RAMPIN.- Son mozos que buscan amos.

LOZANA.- ?Y aqui vienen?

RAMPIN.- Senora, si. Veis alli donde van dos con aquel caballero, que no ture mas el mal ano que ellos duraran con el.

LOZANA.- ?Como lo sabeis vos? Aquella abuela de las otras lavanderas me lo dijo ayer, que cada dia en esta tierra toman gente nueva.

RAMPIN.- ?Que sabe la puta vieja, centuriona segundina? Cuando son buenos los famillos y guardan la ropa de sus amos, no se parten cada dia; mas si quieren ser ellos patrones de la ropa que sus amos trabajan, cierto es que los enviaran a Turullote. Mira, los mozos y las fantescas son los que difaman las casas, que siempre van diciendo mal del patron, y siempre roban mas que ganan, y siempre tienen una caja fuera de casa, para lo que urja. Y ellas quieren tener un amigo que venga de noche, y otramente no estaran, y la gran necesidad que tienen los amos se lo hacen comportar, y por eso mudan pensando hallar mejor, y solamente son bien servidos el primer mes. No hay mayor fatiga en esta tierra que es mudar mozos, y no se curan, porque la tierra lo lleva, que si uno los deja, otro los ruega, y asi «ni los mozos hacen casa con dos solares», ni los amos los dejan sus herederos, como hacen en otras tierras. Pensa que yo he servido dos amos en tres meses, que estos zapatos de seda me dio el postrero, que era escudero y tenia una puta, y comiamos comprado de la taberna, y ella era golosa y el pensaba que yo le comia unas sobras que habian quedado en la tabla, y por eso me despidio. Y como no hice partido con el, que estaba a discrecion, no saque sino estos zapatos a la francesa. Esperanza tenia

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