merezcas.

– Se que no te merezco.

– ?Quieres entrar de todas maneras?

Un largo suspiro escapo de su pecho.

– Si.

La siguio a la casa y espero hasta que ella cerro la puerta antes de abrazarla. La agarro por los hombros y la apreto contra su pecho.

– Te he echado de menos -dijo llenandole la cara y el cuello de besos.

Luego se echo hacia atras, busco su mirada, y sus labios descendieron sobre los de ella. Hundio la lengua con rapidez dentro de su boca y ella le rodeo el cuello con los brazos. Inmediatamente, movio las manos por todos lados. Caricias avidas en su espalda, en su trasero, ahuecando sus senos. Le rozo los pezones con los pulgares, que se endurecieron automaticamente. Gabrielle se sintio completamente consumida. Perdida en sus brazos. En su abrazo. En el. Amandole como el la amaba a ella.

Ella se retiro para recobrar el aliento.

– Estoy sudorosa. Tengo que darme una ducha.

– No me importa.

– A mi si.

El respiro hondo y dejo caer los brazos.

– De acuerdo, no vine para obligarte a hacer algo que no quisieras. Se que te hice dano y que seguramente no tienes ganas de hacer el amor conmigo ahora mismo. Puedo esperar. -Solto una bocanada de aire y se paso los dedos por el pelo-. Bueno, te esperare. Simplemente… -hizo una pausa y miro alrededor-, leere una revista o algo por el estilo.

Ella intento no reirse.

– Puedes hacer eso. O puedes acompanarme.

La mirada de Joe volo a la suya y Gabrielle lo cogio de la mano. Lo condujo al cuarto de bano y de alguna manera en el trayecto ella perdio la camiseta y el la camisa. El se detuvo para recorrerle el cuello con la boca abierta. Ella solto su sujetador deportivo y ofrecio sus senos a sus manos ansiosas. Una profunda aura roja los rodeo a ambos. Con pasion y con algo que no habia estado alli antes: el amor de Joe, que se derramo a traves de ella como una ola calida, erizandole el vello de los brazos.

– Eres la persona mas bella que conozco -dijo contra su garganta-. Quiero pasarme el resto de mi vida mirandote, quiero vivir contigo y hacerte feliz.

Gabrielle lo beso profundamente, su lengua toco y persiguio la suya. El paso las palmas de las manos por los excitados pezones, luego le apreto ligeramente los senos. El deseo la inundo y metio la mano por la cinturilla de los pantalones para agarrar la ereccion increiblemente dura. Era como piedra recubierta de piel sedosa. Lo acaricio, subiendo rapidamente el pulgar sobre la ancha cabeza de su pene caliente. Palpandole, descubriendo de nuevo su forma y su textura hasta que el dio un paso atras y le saco la mano de sus pantalones.

Sus parpados estaban tan cerrados que ella apenas podia ver sus pupilas brillantes.

– ?Estas segura de que quieres ducharte? -pregunto un Joe Shanahan sumamente excitado.

Ella asintio con la cabeza y el practicamente la arranco de los zapatos. La llevo al cuarto de bano y mientras ella abria y probaba el agua, el se desnudo. Luego la desnudo tambien a ella y entraron en la cabina de la ducha. El agua caliente cayo sobre sus cabezas y el cogio una pastilla de jabon de lilas. Se enjabono las manos y luego las froto por todo su cuerpo. Le dedico un monton de atencion a los senos y a las excitadas puntas de los pezones. Froto su barriga y entre los muslos. Luego beso todos esos lugares durante mucho rato, acariciandola con la lengua y la boca. Acariciandole los senos. Acariciando su ombligo. Se arrodillo ante ella, se coloco uno de los pies de Gabrielle sobre el hombro y la asio por el trasero con una de sus grandes manos. Acaricio su vello pubico con un dedo, luego le inclino la pelvis hacia su boca y la beso alli. Ella apoyo la cabeza contra la pared mientras la tension que la atenazaba aumentaba cada vez mas. Despues el se levanto y ella le rodeo la cintura con las piernas. La ereccion era suave y caliente y se apretaba contra su trasero. Ella temblo.

– Esta es mi parte favorita -dijo el, alzandola para bajarla sobre su grueso pene, enterrandose profundamente en su interior-. Tocarte donde estas ardiente y humeda. Donde se siente tan bien. Donde sabes tan bien.

– La mejor parte.

– Si. -El se retiro, luego movio las caderas y penetro lentamente en ella.

– Te amo, Joe. -El se movio cada vez mas rapido, y su respiracion se volvio entrecortada mientras la embestia con fuerza. No paso mucho tiempo antes de que los dos se precipitaran a un climax vertiginoso que casi hizo caer a Joe de rodillas. El corazon le latia con fuerza y pasaron varios minutos antes de recobrar el aliento. Ella no se dio cuenta de que el agua se habia enfriado hasta que el la cerro.

– Cielo santo -juro el, retirandose y ayudandola a levantarse-. Eso fue como correr, hacer malabarismos y correrse, todo al mismo tiempo.

– Estuvo muy bien -susurro ella y lo beso en el cuello.

– No me quejaba. -El sonrio ampliamente y le palmeo el trasero-. ?Tienes algo de comer? ?Quiza tocino y huevos? Me muero de hambre.

Ella le ofrecio tostadas de maiz. Se sentaron en la mesa del comedor, llevando puestas solo unas toallas y unas enormes sonrisas. Gabrielle miro al hombre que amaba y se pregunto que habia hecho para tener la suerte de conseguir todo lo que habia deseado. No lo sabia, pero creia que ya era hora de que su karma empezara a recompensarla por los meses pasados.

Esa noche en la cama, envuelta entre los brazos de Joe, un sentimiento de completo equilibrio y felicidad absoluta lleno su cuerpo, mente y espiritu. Penso que quizas habia encontrado un pequeno nirvana en la tierra, pero aun tenia una pregunta que hacer.

– ?Joe?

El deslizo la mano de las costillas a la cadera de Gabrielle.

– Humm…

– ?Cuando supiste que me amabas?

– Probablemente el mes pasado, pero no lo supe con seguridad hasta que te vi en la fiesta de los Hillard anoche.

– ?Por que tardaste tanto tiempo?

El guardo silencio un momento, luego dijo:

– Despues de que me dispararan, estuve pensando un monton de tiempo y decidi que era hora de formar una familia. Tenia una imagen en la cabeza de como debia ser mi esposa. Tenia que gustarle cocinar y asegurarse de que llevo los calcetines emparejados.

– Pero yo no soy asi.

– Lo se. Tu eres a quien queria antes de saber que queria en realidad.

– Creo que lo entiendo. Siempre pense que me enamoraria de un hombre que haria meditaciones conmigo.

– Ese definitivamente no soy yo.

– Lo se. Tu eres a quien queria antes de saber que queria en realidad. -Se echo hacia atras y lo miro-. ?Aun crees que estoy chiflada?

– Lo que creo -dijo apretandola entre sus brazos-, es que estoy locamente enamorado de ti.

Epilogo

Joe entro en el estudio de Gabrielle y contemplo el retrato que ella pintaba de Sam. El sujeto en cuestion colgaba cabeza abajo en su percha, observandola. El pajaro de la tela parecia mas una perdiz que un loro y habia un resplandor amarillo alrededor de la cabeza que parecia un sol. Supuso que era el aura de Sam, pero era lo suficientemente listo para no dar su opinion.

– ?Estas segura de que no prefieres pintarme desnudo? Me ofrezco voluntario.

Posar para Gabrielle se convertia frecuentemente en una sesion de pinceladas suaves donde se salpicaban el

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