cada dia a ver a sus sobrinos, y podria cambiarle los vendajes.

– Lo que deja a Robby sin nadie -contesto Lori.

– Lo deja contigo. Volvera a crear un vinculo con alguien, y no deberia ser conmigo:

– Entonces, no se con quien se vinculara -dijo Lori-. Seria desastroso que se apegara a mi. Soy solamente una madre de acogida temporal. Tengo que conseguir que su tia acepte que lo acoja una familia.

– ?Sigue sin querer aceptar?

– No. Dice que la gente pensara que no le importa el nino, y que mandarlo a una familia de acogida es traicionar a su hermana.

– Asi que prefiere dejarlo en un orfanato…

– Ante la duda, no hagas nada -sentencio Lori en un tono de voz que denotaba cansancio.

– Quiza podamos pedirle a Jonas que hable con ella -sugirio Em-. Es capaz de hacer sangrar a las piedras.

– Si que puede -Lori miro a su amiga con atencion-. ?Estas segura de que no estas interesada en el?

– No estoy interesada en el.

– Pues… -Lori la miro de arriba abajo, observando con que carino abrazaba al nino-. No te creo.

– Sera mejor que me creas. Y si encuentras a Jonas tan atractivo, ?por que no lo intentas tu con el?

– ?Magnifico! -exclamo riendo Lori-. No gracias. Ya tengo a mi Raymond, que es bastante mas sexy que tu Bernard.

– Habria que verlo -dijo Em pensando en el novio de Lori, el contable de Bay Beach, con una sonrisa picarona-. Se parecen bastante por la cintura. Y con lo corpulento que es Ray, seguro que roncan igual.

Lori sonrio abiertamente.

– Vale, tienes razon. Pobre Raymond. Pero se ha tomado en serio lo que le dijiste sobre los riesgos que corre su corazon y lleva semanas haciendo regimen.

– Eso es estupendo -dijo Em algo sorprendida.

– Pero no sirve de mucho -anadio Lori-. Tiene suerte de que me guste rellenito. Esta siguiendo la dieta del agujero del donut.

– ?La dieta del agujero del donut?

– El agujero del donut es lo que queda cuando le quitas el centro a un donut -explico Lori-. En vez de comer donuts enteros, se come solo los agujeros. Segun dice, las calorias se quedan en la parte que has quitado. De todos modos, lo quiero. Si no estuviera tan liada con mis ninos, puede que hasta me casara con el, pero parece que se conforma con la situacion que tenemos ahora.

– Es afortunado.

– Yo soy la afortunada -Lori dejo de sonreir-. En serio, Em. Vas a compartir la casa con Jonas durante los proximos tres meses. Si yo fuera tu…

– Si yo fuera yo, tendria mucho cuidado -dijo Em con convencimiento-. A diferencia de ti, yo no puedo permitirme una vida amorosa. En serio, Lori, ?sabes lo que pasaria si me enamorara de Jonas Lunn?

– No -suspiro Lori-. No lo se. Pero tengo la impresion de que estas a punto de decirmelo.

– Si -ya no habia quien parara a Em-. Una de dos. Podria ser que me enamorara perdidamente, que el correspondiera plenamente a mi pasion y que yo lo dejara todo y siguiera al hombre de mis suenos adonde fuera.

– No necesariamente. El podria quedarse aqui.

– Venga, Lori. ?Crees que un hombre como Jonas podria ser feliz ejerciendo la medicina en Bay Beach?

– Quiza no, pero…

– O podria ser que tuvieramos un romance loco y apasionado y que, cuando el se marchara, se me rompiera el corazon y me quedara para el resto de mi vida como la senorita Haversham de la novela de Charles Dickens.

– ?Que? ?Rodeada de ratas frente a la tarta nupcial? -miro a Em con expresion de duda-. ?No lo creo! Bernard se las arreglaria para comerse la tarta y tus pacientes harian cola en la consulta aunque llevaras el vestido de novia. Em, ?no crees que estas exagerando?

– No -Em intento endurecerse.

– Hay una tercera opcion -sugirio Lori.

– ?Y cual es?

Robby se habia quedado dormido en brazos de Em. Lori lo alzo y lo metio en su cuna dandole un beso de buenas noches. Luego se incorporo y miro a su amiga con cara de preocupacion.

– Podrias limitarte a divertirte. Podrias ser menos seria, echar una canita al aire y disfrutar. El cielo sabe que te lo mereces.

– Yo…

– No se acabara el mundo por que tengas un lio -dijo Lori en tono severo-. Y puede que te lo pases muy bien. Piensalo. Ahora, vete a casa. Lo siento, carino, pero mi Raymond viene a cenar y tengo que hacer la cena. Cuando hay pocos ninos en esta casa, tengo que aprovechar el tiempo, porque yo si pretendo tener una vida amorosa. La vida amorosa es divertida. Piensalo bien.

Tras darle un beso en la mejilla a su amiga, la empujo hacia la puerta.

Y Em salio, quedandose pensativa.

Cuando entro en el apartamento, Jonas estaba alli cocinando.

Era una sensacion tan inesperada que se detuvo y se quedo en la entrada inhalando el aroma de la carne asada.

– Um… ?Por que estas aqui? -consiguio decir, y el le sonrio.

– Vivo aqui, es la residencia de los medicos -contesto con dulzura-. Las enfermeras me acompanaron. He deshecho el equipaje en una de las habitaciones sobrantes. Me he presentado a tu felpudo, que dice ser un perro, y me siento como en casa. Y ahora estoy haciendo la cena -ella lo miraba asombrada y el le dedico una gran sonrisa-. Le pedi a Lori que me telefoneara cuando salieras de su casa para poner la carne, ?Estaba hambriento!

– ?Asi que Lori lo sabia?

– Claro que si. Si no, ?Como habria sabido yo cuando poner la carne?

Eso no tenia respuesta. Em se esforzo por mantener la compostura y sonrio.

– Podrias haber cenado sin mi.

– ?Por que? No seras vegetariana, ?verdad? No. Lori me lo habria dicho y, aunque lo fueras, no importaria, porque tengo tanto apetito como para comerme los dos chuletones yo solo. Ademas, tengo un monton de patatas crujientes a las finas hierbas en el horno.

– Patatas crujientes… -el aroma de la cocina era delicioso. Em se acerco al horno y lo abrio. Era tal como Jonas habia dicho. Habia un monton de pequenas patatas doradas con olor a romero y a salvia que le hicieron la boca agua.

– ?No me creias? -pregunto el dolido.

– ?Sabes cocinar! -consiguio decir ella, y el arqueo las cejas con fingida indignacion.

– Senora… Soy un cirujano. Si puedo reparar una valvula del corazon, tambien puedo seguir una receta.

– No siempre es asi -murmuro Em, pensando en otros hombres que habia conocido.

– Entonces, bienvenida al nuevo orden -dijo el, senalandole la mesa, donde habia una ensalada y una botella de vino-. Sientate.

– Yo no bebo.

– ?Porque siempre estas de guardia? -lo habia adivinado-. Pero esta noche estoy yo de guardia, asi que sientate y disfruta de la novedad.

Em se sento mientras Jonas le llenaba el plato de carne y patatas y servia una copa de vino para ella y una de agua con gas para el.

– ?Ves? -le dijo, y se sento-. Esta noche yo estoy en la zona de no bebedores, por lo que tu puedes beber cuanto quieras.

– Sera mejor que no -de ninguna manera podia beberse dos copas de vino con ese hombre delante, ?y con esa sonrisa que tiene!, penso sonadora. No habria sido responsable de sus actos. ? Y ademas sabe cocinar!.

El estaba mirando al perro, que no se habia movido desde que Em habia llegado.

– ?Bernard se mueve alguna vez? -pregunto Jonas senalando al gran perro color canela que esperaba

Вы читаете El hijo de la doctora
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×