a Bay Beach, no habia tenido tiempo para romances.

Sonrio con malicia. «Deberia escribirlo en mi diario», penso, «porque aunque parezca una tonteria, es algo importante. Tener tiempo para que me llamen bella».

– ?De que te ries?

Em lo miro sonriente y se volvio hacia donde Jonas habia estacionado el coche.

– De nada. Ya es hora de que vayamos a ver a Anna.

El la siguio con los pantalones mojados. Aunque se los habia enrollado hasta la rodilla, las olas lo habian salpicado. Era una noche muy calida y no importaba estar un poco mojado. El vestido de Em tambien estaba empapado y tampoco le importaba. Se sentia tan ligera que casi podia flotar.

«Es el cansancio», se dijo, «o la reaccion a la muerte de Charlie. O, ?quien sabe que?»

– ?No me vas a contar el chiste? -exigio el.

– No.

– ?Por que no?

– Porque no es asunto tuyo.

– En eso te equivocas -y antes de que ella se diera cuenta ya la habia agarrado de la mano-, porque lo he conseguido y quiero saber como conseguirlo de nuevo:

– ?Conseguido?

– Hacerte sonreir. Cuando te vi. por primera vez, me dije: apuesto a que esta mujer tiene una sonrisa magica. Y la tienes. Pero hay una cosa mas que quiero saber.

– ?El que?

– Como se ve tu pelo suelto -replico el. Ella se quedo perpleja y levanto la mano como para defender su trenza.

– Tendras que esperar bastante para eso.

– ?Por que? -el tono de Jonas era de curiosidad, nada mas. Pero no habia soltado la mano de Em y ella se sentia a gusto. Se sentia bien.

– Porque, aparte de cuando me lo lavo, solo lo llevo suelto durante cinco minutos al dia. Me hago la trenza cada noche antes de acostarme, para estar lista en caso de que ocurra una urgencia.

– Quieres decir… -la miraba de reojo con una expresion que ella no acababa de comprender o que la hacia desconfiar-. Quieres decir que si yo te sustituyo para que no tengas que acudir a ninguna urgencia, ?dormirias con el pelo suelto?

Era una pregunta ridicula, pero el esperaba respuesta. Em dio un puntapie en el agua. Estaba actuando como una colegiala en su primera cita. Alzo la vista y contesto.

– Puede…

– Pero no es seguro -parecia tan decepcionado que a ella casi le dio la risa.

– Probablemente lo haria -dijo para tranquilizarlo. O para hacerlo sonreir.

Y lo consiguio.

– Eso me haria sentir mucho mejor. Si me llama alguien con un unero en el dedo gordo del pie y tengo que cortarle la una podrida a las tres de la manana y oler los pies malolientes de un granjero, me haria sentir muchisimo mejor saber que mi socia esta durmiendo tranquilamente en su casa con el cabello desparramado por encima de la almohada.

– Y con su perro a los pies y la puerta bien cerrada con pestillo -reacciono ella como si estuviera cerrando la puerta en ese mismo momento.

– ?De veras? -el parecia sorprendido por su desconfianza, y Em no pudo reprimir mas la risa. Ese hombre era ridiculo. Deliciosamente ridiculo.

– Si, doctor Lunn. Con la puerta cerrada con pestillo. ?Crees que soy ingenua, o que?

Como respuesta, Jonas le apreto mas la mano.

– No tendrias que cerrar la puerta, porque yo estaria fuera recortando unas de los pies. Ademas, doctora Mainwaring -su tono se hizo terriblemente serio-, creo que puedes ser muchas cosas, pero nunca diria que eres una ingenua.

La habia pillado por descuido. No estaba preparada para hablar en serio.

– Jonas…

– Emily… -replico el con el mismo tono de duda que Em, y ella no pudo reprimir la risa.

– Eres imposible, Jonas. Tenemos que ver a Anna.

– Asi es -suspiro-. Asi es. Pero podemos volver aqui otra noche, ?verdad?

– Quiza.

– ?Que tipo de respuesta es esa? -su tono era de indignacion. Era imposible no reirse.

– Es una respuesta sin riesgos -contesto Em y, de pronto, sintio que estaba corriendo un riesgo, que estaba en peligro. Se solto de su mano y empezo a correr-. ?A que te gano hasta el coche, Jonas Lunn!

Em se sorprendio de que Jonas no la siguiera. Por el contrario, se quedo inmovil observando su figura recortada contra la luz de la luna, volando hacia el coche por encima de las dunas.

Poco a poco, dejo de sonreir.

«Me pregunto si estoy actuando como un estupido», se dijo. Pero solo estaban la luna y el mar para contestar.

Jonas tenia razon. Anna estaba aterrorizada y a punto de echarse atras. Hizo falta toda la capacidad de persuasion de Jonas y de Em para que no desistiera.

– Hemos concertado una cita -explico Jonas, despacio y con decision-, y hemos organizado todo lo demas. Dejaras a Sam y Matt en el colegio y llevaras a Ruby a casa de Lori. Luego, yo te llevare a Blairglen para las pruebas. Si nos retrasamos, o si necesitas que te hagan mas pruebas ademas de la mamografia y la biopsia, Lori recogera a los ninos del colegio y les dara la cena.

– Pero si es cancer, me ingresaran en el hospital…

– No, no lo haran -dijo Em estrechando la mano de Anna. La pobre mujer estaba temblando. Era el resultado del miedo que habia ido acumulando durante un mes. Habria sido mejor que se hubiera enfrentado a ello desde el principio, cuando noto el bulto por primera vez, en lugar de esperar hasta que la imaginacion se le desbordara-. Anna, unos pocos dias no van a cambiar nada. Sea como sea el resultado de las pruebas, tendras tiempo de venir a casa y reflexionar antes de someterte a la cirugia. Podras alegrarte si solo es un quiste, o resignarte a luchar contra un cancer de mama incipiente. Sea lo que sea, nadie va a obligarte a hacer algo que no quieres.

Anna estaba desesperada y no hacia mas que pasear su mirada de su hermano a Em.

– Pero Jonas ya le ha preguntado a Lori si podria cuidar a los ninos por un periodo largo.

– Asi es, para que, si saliera lo peor, puedas estar segura de que podras enfrentarte a ello -dijo Em, y Jonas la miro con gratitud por el esfuerzo que hacia-. Preparate para lo peor y desea lo mejor. Ese es mi lema, y lo recuerdo cada vez que suena el telefono.

Se hizo el silencio mientras Anna pensaba.

– Eso debe de ser terrible -dijo Anna, mirando a Em a los ojos por primera vez-. No lo habia pensado antes, pero ahora… En tu trabajo nunca sabes lo que va a pasar. Como en ese horrible accidente del tractor, la semana pasada. Tuviste que hacerte cargo tu, ?verdad?

– Fue horroroso -dijo Em con dulzura-. En el primer momento me asuste mucho, pero en cuanto supe a lo que me tenia que enfrentar, el miedo se disipo e hice mi trabajo como debia hacerlo. Para ti es igual. Manana sabras con que te vas a enfrentar.

– No se como puedes hacerlo -balbuceo Anna, y Jonas le tomo la otra mano.

– Anna…

Para sorpresa de Em, Anna retiro la mano de la de su hermano.

– ?No!

– Yo solo queria decirte que estoy aqui para apoyarte. Manana te llevare a las pruebas, y me voy a quedar en Bay Beach.

Sus palabras la extranaron. -?Por que?

– Por ti -replico el, pero Anna nego con la cabeza. -De ninguna manera, Jonas. No te necesito -con la mirada clavada en la mesa, se mordio el labio-. Nunca te he necesitado, como tampoco necesite a papa ni a Kevin. No tienes que quedarte por mi.

?Que se escondia detras de esa actitud? Ahi habia algo mas que la rivalidad de un hermano hacia el

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