– ?Cual es el problema? -Em se sobresalto al oir el tono profundo de la voz de Jonas, que las habia seguido. Estaba pensado que Em y el bebe hacian una pareja increible, y si Em hubiera sospechado lo que el estaba imaginando, se habria sonrojado.

Era una mujer muy bella, alta y morena. Con el nino en brazos, tenia un aspecto muy maternal. Robby todavia llevaba una piel elastica recubriendo los injertos y estaba lleno de vendajes, cuya blancura contrastaba con la suave piel morena de Em.

Al ver a Robby, Jonas se impresiono mas de lo que estaba dispuesto a reconocer. Replanteo su pregunta.

– ?Que le ha pasado al bebe?

Lori se lo conto, mientras el observaba la destreza con la que Em levantaba los vendajes y retiraba la piel elastica para comprobar la cicatrizacion de las heridas.

Jonas penso que, con su ayuda, esa tarea que duraba varios minutos podia ser mas rapida, pero como Lori, ya lo estaba haciendo, se limito a mirar.

Empezaba a conocer a Emily Mainwaring, y cuanto mas veia, mejor le parecia.

– ?Que? -pregunto Em secamente, mientras ponia el ultimo esparadrapo sobre las gasas, y su tono lo asombro.

– Disculpa…

– Me has estado mirando durante los ultimos diez minutos -dijo Em-. Supongo que habras visto curar quemaduras otras veces.

– Claro que si -contesto sonriendo-. Muchas veces.

– Pues no creo que esto sea distinto.

– Por el aspecto de esas quemaduras, ?no deberia estar aun en el hospital? -pregunto Jonas con el mayor tacto posible. Lori los observaba con interes, consciente de la tension que habia entre los dos.

– Probablemente. Aun le falta algun injerto mas -aclaro Em, acercando al nino hacia su pecho y arrullandolo como si fuera su propio hijo-. Pero estaba empezando a afectarle el clima hospitalario y yo no podia resistir ver como se institucionalizaba.

– ?Y Lori es una buena madre de acogida?

– La mejor -repuso Em con carino, mirando a su amiga por encima de los rizos de Robby-. Hemos tenido madres de acogida estupendas, como Wendy y Erin. Mujeres muy comprometidas. Y Lori es, sin duda, la mejor.

– Me alegro de saberlo, aunque me lo habia parecido. He convencido a Lori para que cuide de los hijos de Anna hoy. Creo que es la unica madre de acogida que no tiene la casa llena, y si el problema de Anna requiere que sea intervenida, tendran que venir aqui por un tiempo.

Em fruncio el ceno.

– ?Es posible, Lori?

– Si, lo es. Acabo de hablar con los jefes y podemos arreglarlo. Jonas quiere algo concreto para decirle a su hermana esta noche. Anna querra saber que pase lo que pase, sus hijos van a estar cuidados.

– Esta echandose atras sobre las pruebas -informo Jonas dirigiendose a Em-. Dice que como no hay nadie para cuidar a sus hijos si tienen que operarla, para que se va a hacer las pruebas.

– Tiene mucho miedo -dijo Em, y Jonas asintio.

– Lo se. Por eso mismo hay que facilitar las cosas dejandolas bien atadas.

– ?No crees que podrias tranquilizarla diciendole que los cuidaras tu mismo?

– Aunque Anna aceptara, lo cual es casi seguro que no hara, yo no creo que pudiera -reconocio con franqueza, luciendo su encantadora sonrisa-. Tienen cuatro, seis y ocho anos, y yo soy un soltero nato. Mi talento como cuidador de ninos es nulo. Me seria mucho mas facil trabajar para ti y pagarle a Lori por hacerlo.

– Cobarde.

El solto una carcajada.

– Mejor ser un gallina que una gallina muerta -hizo una pausa al ver que Robby se habia acurrucado en brazos de Em y se estaba quedando dormido.

?Institucionalizado? No lo creo», penso al verlo. Ese no era un nino que se aislara del mundo. El pequeno habia desarrollado un vinculo afectivo con Em. Esa era la razon por la que Robby no estaba en el hospital. Ella no podia controlar sus sentimientos hacia el nino y tenia que seguir tratandolo.

Lo estaba acunando y se sentia embargada por la emocion. El deseo de estrecharlo para siempre la habia invadido la noche que tuvo que tratarlo en el hospital, despues del accidente en que murieron sus padres, y no se habia mitigado.

– Em, tu y Lori conectais muy bien con Anna. Tengo una idea -Jonas le estaba hablando y no tuvo mas remedio que desviar la atencion del bebe. Jonas miro el reloj-. ?Has cenado?

?Cenado? Estaba bromeando. ?Cuando podia cenar antes de las nueve de la noche?

– No -fue la escueta respuesta.

– Entonces, ?puedo invitarte a cenar y pedirte que luego hagas una visita domiciliaria conmigo? Te pagare por adelantado con pescado frito con patatas, en la playa.

– Pescado frito con patatas…

– ?No te gusta? -su tono parecia insinuar que creia que ella era tonta. Ella se rio. Estaba actuando como una tonta y se merecia que la trataran asi.

– Claro que me gusta el pescado frito con patatas -aclaro-. ?Muestrame un habitante de Bay Beach a quien no le guste! Si tengo tanta hambre como ahora, soy capaz de comerme hasta la hoja de periodico con el que lo envuelven. Pero ?cual es la visita domiciliaria que quieres que haga?

– A mi hermana.

– ?Para que? -pregunto ella, aunque ya lo sabia.

– Para que le digas que Lori es perfectamente capaz de cuidar de sus hijos. No confia en mi. He tardado tres dias en convencerla de que dejara aqui a los ninos durante dos horas esta manana, y ahora estoy intentando que los deje manana otra vez, y luego le hablare de la posibilidad de dejarlos mas tiempo. Creo que tu podrias ayudarme.

– ?Por que iba a hacerme mas caso a mi que a ti? -Desconfia de los hombres -respondio Jonas, y Lori hizo una mueca.

– Sabia mujer.

– ?Eh! -exclamo Jonas sonriendo y abriendo los brazos como si implorara-. ?De que hay que desconfiar? «De todo», penso Em, pero no dijo nada.

– ?Tienes mas visitas urgentes que hacer? -pregunto Jonas.

– Tengo que hacer la ronda nocturna de las salas. -Eso puede esperar. Supongo que llevas un buscapersonas.

– Claro que lo llevo.

– Entonces te ayudare con la ronda nocturna y, luego, la noche es nuestra -dijo el con tono grandilocuente-.

Aparte de las visitas domiciliarias y las urgencias, ?que mas podriamos desear?

Efectivamente, ?que mas?

Cenaron en el lugar mas bello y solitario de la playa. Era justo lo que Em. necesitaba para asimilar la muerte de Charlie.

Curiosamente, no le importaba compartir la deseada soledad con Jonas, y el lugar no parecia menos tranquilo por su presencia.

– Habria preferido vino -dijo el sacando el agua mineral que habia llevado con el pescado y las patatas-, pero con el trabajo que tienes, supuse que lo habrias rechazado -sin esperar respuesta, se acomodo junto a ella y la dejo ensimismada en sus pensamientos.

Al igual que Em, parecia contento de comer en silencio mientras miraba la luna, que empezaba a asomar por el horizonte.

Em estaba pensativa. Era un lugar precioso, una playa que Charlie adoraba.

Y, de repente, la muerte de Charlie se convirtio en algo real. Muy real.

– Lo querias mucho -dijo Jonas despues de un rato, agarrandole la mano con suavidad. No era un gesto de

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