Su cama estaba pegada a la pared. La pared de la habitacion de ella. Se dio la vuelta y se quedo mirando. Lo que necesitaba desesperadamente era comunicarse de alguna forma. Quiza podria hacer senales de Morse.

Sonrio con ironia. Si lo hiciera, Em pensaria que estaba loco de remate.

?Tendria la trenza del pelo deshecha? Maravilloso. ?En que diablos estaba pensando? Estiro el cuerpo sobre la cama, que le quedaba corta. ?Diablos!

«Deja tranquila a Emily Mainwaring», se dijo con decision. «Si juegas con ella, jugaras para siempre. Y lo ultimo que necesitas en tu vida es una mujer».

Pero estaba pensando en dos mujeres, y las necesitaba a ambas.

Em y Anna. Su hermana y su…

«Y mi socia temporal», se dijo. «Mi socia medica. Nada mas».

A medianoche, sono el telefono.

A la tercera llamada, Jonas salio al recibidor para contestar, pero Em debia de tener una extension junto a la cama. Cuando levanto el auricular la oyo hablar. Era obvio que habia reconocido la voz de quien llamaba. Donas se percato de que era una urgencia y escucho sin recatarse.

– ?Lori? ?Eres tu? -decia Em-. Lori, no puedo entenderte si no te calmas. Respira hondo un par de veces y dime lo que pasa.

?Como habia sabido que era su amiga? Lo que se oia en el telefono era solo una serie de resoplidos aterrorizados y podia ser la voz de cualquiera.

Pero Em tenia razon. Era Lori. Se oyo como tomaba aliento y finalmente logro que se entendiera lo que decia.

– Em, se trata de Raymond. Vino a cenar y estabamos viendo la television. Se levanto y entonces… tuvo un colapso y dejo de respirar. -Esta en el suelo…

– Lori, ?tu sabes hacer la respiracion artificial! -exclamo Em-. ?Hazsela! No pienses en otra cosa que en mantenerlo vivo. Estare ahi en dos minutos. Lori, manten la calma y ?muevete!

Jonas se puso los pantalones y un sueter sobre el pijama y, cuando -llego al coche, Em ya estaba arrancando. Salieron volando calle abajo. Em tocaba la bocina para que los otros coches se apartaran, haciendo tanto ruido que habria podido despertar a los muertos.

Jonas penso que debian haber ido en su Alfa en vez de en el achacoso coche de Em. Pero ella llevaba siempre todo el equipo medico necesario y el no iba a discutir.

Em ni siquiera se habia dado cuenta de que el habia saltado al coche. Todas sus energias se concentraban en prestar auxilio a su amiga cuanto antes.

– ?Puedo llamar a la ambulancia? -pregunto Jonas cuando las ruedas chirriaron al doblar la primera esquina. Ella asintio sin apartar la vista de la calle.

– Si -contesto senalando el telefono movil que estaba sobre el salpicadero-. Pulsa el numero uno. Diles que tenemos un paro cardiaco en Bay Beach Home Two. Quiza me equivoque, pero es lo que parece. Luego pulsa el tres. Eso te conectara con la ambulancia aerea. Si lo reanimamos va a necesitar cuidados intensivos que aqui no podemos darle. Volaran desde Sydney para recogerlo. Blairglen no es lo suficientemente grande para tener una unidad de cuidados coronarios.

– ?Estas segura de que los necesitaremos? -inquirio Jonas mientras agarraba el movil.

– No -su tono era sombrio-. Claro que no estoy segura. Pero si tenemos suerte, los necesitaremos. De todos modos, diles que esten preparados y cruza los dedos.

– De acuerdo.

No le fue facil utilizar el telefono movil. Em doblaba las esquinas como loca y Jonas salia disparado contra el lateral del coche a cada momento.

– Aprietate el cinturon de seguridad -ordeno Em sin mirarlo-. No puedo ir mas despacio y si golpeas la puerta tan fuerte podria abrirse. Solo me faltaba un accidente.

– ?Si, senora! ?Diantre! -exclamo, y se apreto el cinturon. Despues se concentro en llamar a las ambulancias.

Em solo prestaba atencion a la conduccion.

Jonas lo consiguio. Intentar permanecer derecho, a pesar de la arriesgada forma de conducir de Em, hacia que el tono de su voz pareciera desesperado, y no tuvo dificultad en convencer a la operadora de radio de la ambulancia de que se trataba de una verdadera urgencia. Por fin se detuvieron frente al edificio.

Em ni siquiera apago el motor y dejo el coche abierto frente a la puerta delantera. Llevaba un chandal azul palido con el que seguramente habia dormido y desaparecio enseguida.

?Diablos!

Jonas estaba acostumbrado a ver como el personal del hospital acudia a toda velocidad cuando les pedian el carrito con los equipos de emergencia. Em los habia superado en rapidez.

El tardo en entrar un poco mas que Em. Confiando en que Em mantendria la respiracion de Raymond, considero prioritario apagar el motor y sacar el material de reanimacion cardiaca del maletero.

Cuando llego adentro, la escena que vieron sus ojos era dramatica. Raymond yacia inconsciente en el suelo del salon y Em trabajaba ferozmente en reanimarlo, mientras Lori miraba. El rostro de Raymond tenia un tono gris y el de Lori, blanco como la cera.

Jonas penso que se trataba de un paro cardiaco total y, sin preguntar nada, preparo rapidamente el equipo de reanimacion. El hombre debia de tener entre treinta y cuarenta anos y era muy corpulento. Llevaba puesto un traje y estaba con la camisa abierta y sin corbata, probablemente porque Em y Lori se las habian quitado de un tiron. Tenia el aspecto de un hombre de negocios que pasaba mas tiempo detras de una mesa de despacho que al aire libre.

No quedaba tiempo para mas evaluaciones. Em estaba insuflando aire a los pulmones de Raymond. Alzo la vista y vio a Jonas. Su cara mostro alivio al ver que Jonas estaba preparando lo que ella necesitaba, y se aparto para dejarle sitio.

– La reanimacion cardiopulmonar no esta funcionando -le dijo-. Lori sabe hacerla tan bien como una profesional y se la estuvo haciendo hasta que llegue, pero no esta respondiendo.

«Necesitaremos los electrodos. Igual que con Charlie, pero, por favor, con mejores resultados», penso Jonas.

Trabajaron deprisa. Mientras Lori continuaba con la respiracion boca a boca, los dos medicos se concentraban en el pecho.

Una sacudida. Nada.

– ?Venga! ?Venga!

Fue como una plegaria que Em murmuro despues de la segunda sacudida. Milagrosamente, el pecho de Raymond se inflo.

Por unos instantes los demas dejaron de respirar, esperando…

De pronto, Raymond gimio sin aliento y Lori se echo encima de el.

– Por favor, Ray, no te mueras. Venga, Ray. Puedes hacerlo.

– Apartate, Lori -ordeno Em, tirando de su amiga con suavidad para que no interfiriera con los electrodos si volvian a necesitarlos. Tenia una expresion de esperanza. Giro la cabeza para buscar algo, pero Jonas ya se habia anticipado una vez mas y tenia el oxigeno preparado.

Una vez Raymond estuviera respirando, podrian ponerle una mascarilla, colocarle un gota a gota y comenzar a disolver el coagulo con la medicacion.

Y rezarian para que no hubiera sufrido danos irreparables y para que su corazon siguiera palpitando.

Se oyo una sirena que se acercaba y Em cerro los ojos un instante. Al verla, Jonas penso que estaba dando gracias. ?Estaba tan dedicada a sus pacientes! Ser medico de familia en una comunidad como esa debia de ser un infierno. Al conocer bien a todos los pacientes seria muy dificil mantener sus sentimientos al margen.

Recordo sus propias decisiones. Le habian hecho tanto dano en su ninez que habia resuelto no implicarse emocionalmente con nadie aparte de Anna. Pero Em hacia suyos los problemas de toda la comunidad.

«Se volvera loca», penso Jonas al ver los sentimientos que afloraban en el rostro de Em. Si seguia haciendo eso ano tras ano durante el resto de su vida, se quemaria.

Quiza estuviera alli solo por una temporada, como el.

Pero el se iria por propia voluntad. Ella, en cambio, por puro agotamiento.

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