idea de lo que piensan hacer con Robby.

– Los otros hogares estan llenos -aclaro Jonas-. Tom, el director, me llamo esta manana. Dice que la unica solucion es transferir a Robby y a los hijos de Anna, si es necesario, a un hogar en Sydney.

– ?No!

– Yo sabia que no estarias de acuerdo -dijo Jonas con dulzura-. Y tampoco lo esta la tia de Robby. Ella dice que lo acomodemos en uno de los otros hogares, pero Tom no quiere. Asi que pense que si me ofrecia a ayudarte con Robby y con Bernard…

– ?Yo me ofreceria a ayudarte con tus sobrinos?

– Eso es -contesto Jonas con una gran sonrisa-. Hace dos dias solo habia un medico en Bay Beach. Ahora hay dos medicos, pero con cuatro ninos y un perro. Seguro que nos las arreglaremos.

– ?Y cuales serian tus responsabilidades como ninera?

– Se construir castillos de arena -dijo el con cara de bueno, y Em tuvo que sonreir.

– ?Que tal se te da cambiar panales?

– Uy… -dijo el, haciendo una mueca.

– Los panales no son tu fuerte ?verdad, doctor Lunn?

– Por eso estamos esperandote en la estacion. Para que puedas compartir…

– Muchas gracias…

– De nada -le dijo y le paso a Robby con toda rapidez-. Aqui tienes a tu bebe.

«Tu bebe». Eso le llego al alma.

Miro a Robby y luego a Jonas. Se estaba metiendo en territorio peligroso y se preguntaba si Jonas era consciente de lo peligroso que era.

El lo tenia todo estudiado.

Cuando llegaron a casa estaba esperandolos Amy, la recepcionista ocasional de Em. La joven habia almorzado alli y sonrio al ver entrar a Jonas con su camada.

Y vaya camada que era. Un socio y cuatro ninos.

Y un perro. Bernard se dirigio directamente a su sitio bajo el lavaplatos, e inmediatamente dos ninos estaban tirando de el.

Y Amy les sonreia a todos, lo que hacia que Em se sintiera aun mas confusa. -Hola.

– Hola, Amy. ?Que haces aqui?

– Lou esta mejor del resfriado -dijo Amy sonriendo con cara de alivio. La chica no habia disfrutado nada de su experiencia como recepcionista en la consulta medica-. Asi que Lou esta de nuevo en la recepcion y como el doctor Lunn sabia que no tengo trabajo… Para ser sincera, me gusta mucho mas hacer de ninera que ver como alguien vomita en el suelo de la sala de espera. Asi que cuando el doctor Lunn me ofrecio ser tu ninera por unos dias, pense que seria estupendo.

– Un arreglo perfecto -dijo Jonas con cara de satisfaccion-. ?No es un arreglo perfecto, doctora Mainwaring?

– Perfecto -murmuro Em, y la sonrisa de el desaparecio.

– Si, lo es. Y funcionara, Em. No tenemos eleccion.

– Eso si lo veo. Que no tenemos eleccion.

– Amy estara aqui durante el dia, y las noches que uno de nosotros este de guardia. Asi los ninos estaran cuidados.

Pero Em sujetaba todavia a Robby apretado contra ella. El pequeno Robby que le habia robado el corazon.

– ?Por que pareces tener miedo? -pregunto Jonas con dulzura, y ella penso que el se percataba de mas cosas de las que convenia. Que el supiera por instinto lo que ella estaba pensando le daba escalofrios.

– Estoy tratando de averiguar como voy a lograr separarme de Robby despues -murmuro Em, y Jonas se quedo mirandola.

– Quiza no quieras hacerlo.

– Pero…

– Y tal vez no sea necesario -le toco levemente la nariz. Era como si la hubiera rozado una pluma, pero sintio que una corriente electrica le recorria el cuerpo-. Piensalo. Con la ayuda de Amy, no necesitaras hacerlo. Entretanto, ?puedo dejarte con Amy y los ninos? Necesito urgentemente ir a Blairglen a ver a Anna.

– Claro.

– Esto va a funcionar -repitio el con conviccion-. Si nosotros nos empenamos -la miro largamente con ojos interrogantes y asintio-. Vale, chicos -les dijo a sus sobrinos-. Ya sabeis lo que pasa. Os dejo para que os acomodeis aqui con la doctora Em y Amy, pero esta noche volvere para deciros como esta mama. ?De acuerdo?

– De acuerdo -balbucearon, y Em supo que tenian tanto miedo como ella.

Pero, como ella, no tenian eleccion.

– Jonas -lo llamo cuando se iba, y el se giro.

– ?Si? -sus miradas se encontraron y, una vez mas, Em sintio que una extrana corriente fluia entre ellos. Esa corriente que tanto la asustaba.

– Quedate todo el tiempo que necesites -le dijo-. Amy y yo nos las arreglaremos. Dale nuestro carino a Anna. Y…

– ?Y…?

– Tengo todos los dedos cruzados para desearle suerte.

– Gracias -contesto el y, por encima de las cabezas de los cuatro ninos, sus miradas volvieron a encontrarse.

Podian haberse besado…

CAPITULO 6

JONAS NO regreso hasta la medianoche. Em no habia conseguido dormirse y estaba completamente despierta cuando oyo detenerse su coche. Los demas dormian. No habia ningun motivo para que ella no durmiera tambien, ni para que estuviera nerviosa por estar. sola con los ninos, porque Jonas lo habia arreglado todo por si era necesario que alguien los cuidara por la noche.

Amy se habia marchado a su casa a las seis y el arreglo consistia en que si ambos medicos tenian alguna salida, se dejaria abierta la puerta que conectaba con el hospital y alertarian al equipo de enfermeras del turno de noche para que vigilaran la casa como si fuera el pabellon infantil.

«Algo tan simple», penso Em. Ojala sus sentimientos por Jonas fueran tan simples.

Tampoco eran simples sus sentimientos por el bebe que estaba en la cuna junto a su cama. Habia decidido que el sitio logico para poner la cuna era en su dormitorio, ya que los ninos habian insistido en que Bernard durmiera en el cuarto con ellos. Pero lo que no era logico era que ella se sobresaltara a cada movimiento de Robby.

«No pienso tener hijos», se habia dicho mil veces. Asi que no podia encarinarse con Robby. ?No podia!

Igual que tampoco pensaba casarse. Simplemente, en su vida no habia sitio para una familia.

Pero queria a Robby, el bebe que dormia a su lado. No podia enganarse mas. Y una parte de ella era feliz al ver que su casa estaba llena de ninos y perros y… Y Jonas.

Todo era demasiado complicado.

Y para complicar mas su vida, Jonas acababa de regresar y a ella le latia el corazon de una forma muy extrana.

Podia meter la cabeza bajo la almohada y obligarse a dormir.

Pero, por el contrario, al oir la llave de Jonas en la cerradura, salio corriendo a recibirlo.

El estaba extenuado.

Em habia dejado encendida una pequena lampara por si algunos de los ninos se levantaba por la noche. Su luz era tenue, pero suficiente para ver que Jonas estaba muy cansado. Tenia ojeras y la expresion de su rostro era sombria.

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