estupido habia entrado, y Jock me miraba… disfrutaba, porque pensaba que manana…

– ?Que manana te iras?

– Eso es. Como si yo fuera una pieza de porcelana, valiera una fortuna, pero con una bomba dentro que estuviera a punto de estallar -dijo con una mueca-. Te repito, Ellen, que eso hace que todo sea un poco extrano. Y cuando le grito…

– ?Le gritas?

– Si, algunas veces lo hago. ?Tu no gritas a veces a tu marido?

– Bueno…

– ?Oh, vamos, Ellen! Me refiero a cuando hace algo horrible, como dejarse levantada la tapa del inodoro tres veces seguidas. O solo porque el esta siendo condenadamente encantador y yo estoy condenadamente embarazada… ?No reaccionarias tu igual?

– Quiza si.

– Y en esos casos, ?que suele ocurrir?

Ellen se quedo mirandola fijamente y se sonrojo.

– Que el… Bob me suele gritar a su vez. Y me suele decir que hay demasiadas mujeres en nuestra casa y que quiere tener un lavabo propio. Y entonces nos solemos gritar cada vez mas alto hasta que acabamos riendonos, e incluso alguna vez, hemos terminado en la cama… Y tambien una vez me vacio una bolsa de guisantes congelados sobre la espalda, con lo que me hizo reir como una loca…

La mujer, al acordarse, se rio entre dientes.

Pero Tina no sonrio. Ese tipo de reaccion era la que le hubiese gustado, penso. Asi deberia ser.

– ?Lo ves?

– Pero ?es que no es asi en vuestro caso? -pregunto Ellen.

Tina sacudio la cabeza.

– En absoluto. Si me enfado, el trata de consolarme. Como cuando estoy enferma o en cualquier otra ocasion. Siempre me trata igual. Y si no se relaja pronto, yo…

– ?Tu, que?

Tina se sobresalto al oir la voz de Jock. Se volvio y vio que el estaba bajo el umbral de la puerta con su bata blanca y tan guapo que hizo que el corazon de ella se sobresaltara como si fuera la primera vez que lo viese. El estaba sonriente, pero su expresion delataba que estaba tambien preocupado.

– ?Estas bien, Tina? Pareces preocupada.

– Me encuentro bien, Jock -contesto Tina, tratando de sonreir-. Es que Ellen estaba dandome veintisiete pares de botas para el bebe. Asi que si nace con cincuenta y cuatro pies, estaremos preparados, pero si tiene algun pie mas, nos veremos desbordados.

El no sonrio.

– Tina, tendremos un nino perfecto -dijo en tono amable, tratando de tranquilizarla, como si ella pensara en serio que el nino podia nacer con cincuenta y cuatro pies. Luego se acerco a ella y le dio un beso carinoso-. Sera un bebe perfecto, como su madre. Asi lo demuestran todas las pruebas. ?Estas lista ya para volver a casa?

Tina suspiro.

– Si. Supongo que lo estoy. Aunque creo que echare de menos esto.

– Seguro que podras volver en poco tiempo -comento Ellen-. Trata de estudiar para los examenes cuando termines de cambiar los panales.

– Seguro -Tina intento sonreir. Luego se levanto y Jock se acerco para ayudarla-. Puedo yo sola, no te preocupes.

Tina miro su reloj.

– Son solo las cinco. Las tiendas estaran todavia abiertas. Hare la compra de camino a casa, Jock, y te vere a eso de las siete. Si tus ninos te lo permiten…

– La senora Arthur ya esta de parto, pero es un poco lenta. Asi que creo que me da tiempo a llevarte a casa. Despues regresare aqui.

– No -dijo Tina, intentando mantener la calma-. Ire yo sola, Jock Blaxton. Ya soy suficientemente mayor como para hacerlo.

Tina hizo la compra, pero seguia preocupada. Ya camino de la granja, iba diciendose que esa situacion era realmente estupida.

Ella sabia que Jock era un hombre tranquilo y feliz. Era el hombre de sus suenos, pero ultimamente no podia relajarse, excepto cuando estaban en la cama y la tenia entre sus brazos. Quiza fuera eso. Que deberian de pasar mas tiempo en la cama…

Quiza el se tranquilizara despues de que el nino naciera, despues de que el estuviera seguro de que todo habia salido bien. Quiza. Pero tambien podia ser que se preocupara todavia mas.

'?Por que sera todo tan complicado?', se pregunto a si misma, mientras llegaba a la carretera que llevaba a su casa.

'?Y por que estare yo tan triste?'

Hacia un dia estupendo. El sol brillaba sobre el agua del mar y el aire era calido. Y ella acababa de terminar el trabajo hasta despues que naciera el hijo de su marido, el hijo del hombre al que amaba. Se sentia protegida, cuidada y amada…

– Asi que no deberia ser tan egoista -murmuro-. No deberia querer nada mas.

Pero si que lo queria. No queria que Jock la protegiera, cuidara y amara.

– Quiero ser su amiga -dijo en voz alta-. Quiero ser su amante y su companera. Quiero que nos divirtamos… y no que me tenga entre algodones el resto de mi vida.

Y luego sus pensamiento cesaron bruscamente. La carretera se estaba moviendo.

Capitulo 13

POR un momento, Tina penso que se lo estaba imaginando. Acostumbrada a que el bebe se moviera, penso que el sobresalto debia de haber sido solo -una patada del bebe. Pero luego volvio a ocurrir, solo que esas Vez el volante comenzo a temblar y el coche comenzo a irse hacia los lados. Tina piso el freno, mirando adelante, estupefacta.

La carretera estaba temblando y eso no era normal. Tina agarro fuertemente el volante, dominada por el panico. Algo mas adelante, un arbol se derrumbo sobre la carretera, con lo que varias hojas cayeron sobre el parabrisas del coche.

'?Santo Dios!'. Tina apenas podia respirar. Ella se habia detenido en el arcen y su coche se inclinaba unos veinte grados sobre la horizontal mientras el suelo seguia temblando. ?Que debia hacer? ?Salir o permanecer en el coche?

Decidio quedarse dentro. Al menos, no habia mas arboles a su alrededor. El temblor continuo durante una eternidad. O, al menos, otros dos minutos. Pero esos fueron los dos minutos mas largos de la vida de Tina.

– Es un temblor de tierra -se dijo a si misma, intentando calmarse-. Un temblor como el que hubo en Newcastle…

En Newcastle hubo muertos. El terremoto de Newcastle, al sur de Sydney, fue una catastrofe.

– Este ha sido mucho mas debil -se dijo. Se volvio y miro por la ventana de atras hacia la ciudad de la que acababa de salir. Gundowring parecia estar en calma bajo la luz del sol. El mar estaba en calma. Nada habia cambiado.

– Asi… asi que debia haber sido un temblor de tierra local -susurro-. No habia nada que temer.

La carretera volvia a estar bien mas adelante, frente a la casa. Y eso queria decir que Christie y los ninos estarian bien. Tina se bajo del coche con cautela, desconfiando de la solidez del suelo. Pensando que iba a tambalearse a cada paso.

Pero no ocurrio nada mas. Si no fuera por la carretera inclinada, por el arbol caido y por la grieta enorme que atravesaba el centro de la calzada, podria llegar a creer que todo habian sido imaginaciones suyas.

?Que podia hacer? No podia seguir carretera adelante, dado el estado del suelo y el arbol atravesado. Y

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