rendirse ante lo inevitable y terminar cuanto antes.

– Esta bien. Te acompanare.

La cara de la joven se ilumino.

– Muchas gracias. Eres muy amable. ?Te parece buena hora a las diez?

– Desde luego.

Billie tendria que avisar a Doyle de que no iria al aeropuerto. Su hermano protestaria, pero no le importaba. Ademas, un dia de compras con Tahira significaba un dia lejos de Jefri, y en ese momento le parecia mucho mas llevadero que tener que derribarlo a los mandos de un avion.

Puntualmente a las diez de la manana del dia siguiente y con Muffin en brazos, Billie salio a la entrada principal del palacio donde Tahira estaba esperandola.

La joven habia cambiado el horrible vestido verde del dia anterior por otro marron igual de espantoso. Llevaba la larga melena negra recogida en una trenza a la espalda y la cara lavada, sin rastro de maquillaje. Billie penso que con un retoque en las cejas, un poco de sombra de ojos y un toque de carmin la joven estaria mucho mas atractiva. Un corte de pelo mas moderno tampoco le sentaria mal.

– Bien, ya estas aqui.

Al escuchar la voz grave y sensual de Jefri a su espalda, Billie sintio que se le encogia el estomago y le temblaban las piernas. Miro a Tahira.

– ?Tu prometido viene con nosotras?

– Si. Cuando le dije que ibamos a ir juntas, se ofrecio a acompanarnos -dijo la joven, suplicandole con los ojos que no la dejara sola con el.

Jefri se detuvo delante de ella, y Billie no pudo evitar reparar en lo atractivo que estaba con su traje a medida y lo mucho que deseaba perderse en sus brazos.

– Os acompanare a la boutique -la informo-. Tahira necesita un guardarropa completo, incluida ropa formal. Hablare con la persona indicada para que se ocupe de vosotras.

Eso era lo que mejor hacia, penso Billie mientras el le puso una mano en la espalda y la llevo hacia el exterior. Organizar y ordenar, eso era lo que mejor se le daba. Por algo era un principe. Y ella, teniendolo otra vez tan cerca, seria incapaz de pensar o funcionar con normalidad. ?Por que no habria ido al aeropuerto?

Tahira salio detras de ellos, ajena a toda la tension e intensidad que fluia entre los dos. Cuando llegaron a la limusina, ella entro primero y se sento en el asiento lateral. Despues lo hizo Billie, y por fin Jefri, que se sento a su lado.

La boutique se encontraba en una amplia avenida, en la esquina de un enorme bazar, y Jefri las hizo entrar en el interior de la elegante tienda de disenos exclusivos. La exclusiva boutique olia a flores, especias y dinero, uno de esos lugares donde a Billie le encantaba pasar la tarde y castigar seriamente su tarjeta de credito. Hoy sin embargo tenia la sensacion de que las cosas serian diferentes. Con Jefri cerca, tendria que estar alerta y no dejarse llevar por la tentacion de las compras.

La propietaria les ofrecio te y cafe mientras Jefri explicaba lo que querian. Tahira tenia que hacerse con un vestuario completo, y Billie seria su asesora.

– Debes permitirme que te de las gracias por tu amabilidad en este asunto -dijo Jefri, cuando la encargada se llevo a Tahira al probador.

Billie dejo a Muffin en el suelo. Cuando se incorporo, tuvo cuidado de mantener la distancia con Jefri y se puso a echar un vistazo a las elegantes prendas colgadas en un perchero redondo.

– No son necesarias -dijo.

Saco una blusa de encaje negro e hizo una mueca al ver la etiqueta con el precio. Mil doscientos dolares. Eso si que era para poner en aprietos a cualquiera de sus tarjetas de credito.

– Elige lo que quieras -dijo el.

Billie dejo la blusa en su sitio y aspiro hondo.

– No necesito tu dinero. Puedo comprarme yo mi ropa.

– Lo se. Solo intento…

Billie lo miro.

– ?Si? ?Solo intentas que?

Jefri la miro, irritado.

– Sabes como hacer mas dificil una situacion de por si imposible.

– ?Yo? ?Que he hecho yo?

– Estar ahi, provocandome.

– Yo no te estoy provocando.

– Lo haces con cada respiracion, con cada movimiento. Y ahora cuando intento ofrecerte algo insignificante me lo echas a la cara con total desprecio.

– ?Ofrecerme que? ?Ropa?

– Si. No puedo decir lo que siento. No puedo ofrecerte nada mas que esto.

Un dilema a la altura de un principe, penso Billie, sin saber como reaccionar.

– Escucha, estoy bien – no era cierto, pero ?que otra cosa podia decir? -. No necesito…

Jefri le toco el brazo. El ligero contacto apenas le rozo la camisa, pero ella lo sintio hasta en los huesos. El mundo a su alrededor parecio desaparecer.

– Por favor -susurro el.

– Es solo ropa -dijo ella.

– ?Lo es?

Billie no entendio la pregunta, pero era mas facil encogerse de hombros y decir:

– Si tanto significa para ti.

– Si.

La propietaria de la tienda regreso. Era una mujer alta, de pelo canoso y porte elegante.

– Tahira empezara con ropa informal. Ven, pequena.

Tahira aparecio en un elegante traje pantalon. La chaqueta entallada daba una forma mas femenina a su cuerpo adolescente, y el corte de los pantalones hacia que las piernas parecieran mas largas.

– Muy bonito -dijo Billie, sonriendo sinceramente-. ?Te gusta?

La joven titubeo, y despues miro a Jefri.

– ?Tu que opinas?

Jefri asintio. Tahira sonrio resplandeciente.

– Entonces a mi tambien me gusta -dijo, y volvio al probador.

Billie logro contener una mueca de incredulidad.

– Te adora demasiado. Seguro que estas encantado.

Jefri la miro con el ceno fruncido.

– No necesito la adoracion de una nina.

– Que lastima, porque eso es lo que pediste le espeto ella, sin poder contenerse-. La proxima vez que pidas una esposa, procura no olvidarte de especificar una horquilla de edad.

– No habra proxima vez -mascullo el, furioso-. Hacerlo la primera y unica vez fue una gran equivocacion.

Lastima que hubiera llegado a esa conclusion demasiado tarde, penso ella, sombriamente.

– Es una nina -le recordo -. No puedes hacerle dano.

– ?Ahora te vas a poner de su lado?

– Alguien tiene que hacerlo. Lo digo en serio, Jefri. Tu eres todo su mundo.

Jefri hundio la mirada en sus ojos.

– No es lo que yo queria.

– Pues es lo que has conseguido, y tienes que aceptarlo.

Y ella tambien. Miro a su alrededor con la excusa de buscar a Muffin.

– Tengo que encontrar a Muffin -dijo, y se alejo.

Tenia que olvidarlo. A el y todo lo que habia habido entre ellos. Entre Jefri y ella no habia futuro. Cuando concluyera el programa de formacion de pilotos, ella se iria sin volver la vista atras. No habia otra alternativa.

La manana fue pasando lentamente. Jefri no habia pensado en la tortura de estar cerca de Billie y tener que fingir indiferencia hacia ella. Tenia que mantener su atencion en Tahira, y soportar sus sonrisas, atenciones e

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