Cleo comenzo a contarle la historia. Un par de minutos despues, Zara aprovecho la ocasion para dirigirse al balcon con intencion de respirar un poco y aclarar sus ideas.

La vista, sin embargo, la dejo sin aliento. El palacio estaba rodeado de enormes y densos jardines sobre los que se cerraba, a su vez, la ciudad y el mar al fondo. Era sencillamente encantador.

Y sin embargo, estaba deseando volver a casa.

Cerro los ojos, agotada. El sol estaba descendiendo y no faltaba mucho para la puesta. Se sentia como si hubiera recorrido mil kilometros en un solo dia.

Entonces, oyo un sonido y una voz que la estremecio.

– ?Quieres que hablemos de ello?

Capitulo 5

AL girarse, vio a Rafe. Estaba en el balcon contiguo. Se habia quitado la chaqueta y aflojado el nudo de la corbata, y estaba tan atractivo que se sintio desfallecer. Habia algo en el que la volvia loca.

– ?Que haces ahi? ?Es que somos vecinos?

– Recuerda que soy tu guardaespaldas temporal. Tengo que estar cerca de ti.

– Siento que te hayan obligado a cambiar de habitacion.

El se encogio de hombros.

– No es para tanto. ?Ya te has acomodado?

– Casi. La suite es gigantesca. Creo que el cuarto de bano es mas grande que toda mi casa. Todo es fabuloso.

Zara aparto la mirada durante unos segundos. No queria hacerse ilusiones con Rafe porque sabia que un hombre como el nunca se interesaria en ella. Ademas, nunca habia tenido suerte con los hombres. Solo tenia que recordar su experiencia con Jon.

– No pareces muy animada -dijo el-. ?Te arrepientes de haber venido?

– Desde luego que si.

– Pero viniste a buscar a tu padre y lo has encontrado.

– Es verdad. Supongo que deberia alegrarme de mi buena suerte.

– Creo que si. Y le has dado una gran alegria…

Ella asintio.

– Si, aunque se alegro por Fiona, no por mi. A mi no me conoce todavia -comento ella-. Pero dejemos de hablar de mi vida… ?Que haces aqui, en Bahania? ?Como llegaste?

– Llegue igual que tu, en avion -bromeo -. Trabajo para el marido de la princesa Sabrina, el principe Kardal. Soy consejero de seguridad y experto tactico.

– Una descripcion muy bonita, aunque no explica demasiado…

– Sospecho que mi trabajo te pareceria muy aburrido.

Zara penso que seguramente no le habria parecido aburrido en absoluto, pero no quiso presionarlo. Tenia la impresion de que Rafe no daba mas datos sobre su ocupacion porque no podia hacerlo. Y en cualquier caso, la cabeza de Zara no estaba para mas complicaciones.

– Acabo de conocer a la princesa Sabrina. Esta en el dormitorio, charlando con Cleo.

– Tu hermana es muy simpatica.

– Lo se. Ella es la simpatica, la divertida, la sexy y la adorable y yo soy la inteligente. Pero al menos podra distraer al resto de la familia real y asi no se fijaran en mi.

– Oh, se fijaran, no lo dudes.

Ella nego con la cabeza.

– Si estas intentando animarme, no lo estas consiguiendo. Odio conocer a grandes grupos de personas al mismo tiempo. Nunca recuerdo sus nombres, y estoy segura de que no llevan plaquitas con ellos.

– Te comprendo, pero piensa en las compensaciones. En el palacio, por ejemplo.

– No estoy aqui por el dinero, Rafe.

– Casi estoy dispuesto a creerte.

– Pensaba que ya habiamos dejado eso bien claro. Comprobaste mi historia y me investigaste, asi que creia que ya estabas convencido de mi inocencia.

– Digamos que estoy convencido al noventa y ocho por ciento.

– Cuando llegues al cien por cien, dimelo.

– Lo hare.

– ?Eso es lo que todo el mundo va a pensar de mi? ?Que soy una aprovechada y que solo quiero el dinero del rey?

– No se lo que pensara todo el mundo, pero el rey no piensa eso. Y su opinion es la unica que cuenta – respondio Rafe, intentando tranquilizarla-. Pero animate. Piensa en la aventura de ser una princesa…

– No, eso no es posible.

Zara se froto las sienes y tuvo que hacer un esfuerzo para no gemir. Cleo habria sido perfecta para el papel de princesa, pero ella era timida, no sabia comportarse con los desconocidos y por si fuera poco tenia un historial terrible con los hombres.

Rafe noto su inseguridad. Como los balcones se comunicaban entre si, se acerco y pregunto:

– ?Zara? ?Estas bien?

– Esto no va a salir bien. No tengo madera de princesa. Apenas se nada de Bahania ni de sus costumbres y temo que vaya a meter la pata. Ademas, no soy ni refinada ni bonita; solo soy una profesora de universidad de una pequena localidad de la que nadie ha oido hablar y ni siquiera soy capaz de mantener una relacion con un hombre -se quejo amargamente-. Por Dios… todo el mundo pensaba que era rara por ser virgen a mis anos. ?Que van a pensar ahora?

Zara parpadeo varias veces, rogando que acabara de sonar aquella situacion y que no hubiera dicho lo que habia dicho.

Se sentia tan humillada que se ruborizo.

– Olvida mis palabras -rogo.

– Ni se te ocurra marcharte de aqui.

– No me referia a eso. Me referia a…

– ?A que parte?

– A todo.

– Ah, estais ahi…

Zara levanto la mirada, agradecida por la interrupcion. Era Sabrina. Al verla, Rafe dijo:

– Princesa…

– Oh, vamos -dijo Sabrina, soltando una carcajada-, ?Ahora te vas a poner formal conmigo?

– Estamos en circunstancias diferentes -comento Rafe.

Sabrina suspiro y su sonrisa desaparecio.

– Y que lo digas. Pero en fin, habia venido a decir que Zara y Cleo estan invitadas a una cena manana por la noche. Mi padre recibe a unos dignatarios extranjeros y estaran todos junto con mis hermanos. Sera una magnifica ocasion para que conozcas a la familia, Zara.

– ?Una cena? No creo que sea buena idea -dijo Zara, nerviosa.

– Lo siento, pero el rey ha insistido. Ademas, no te preocupes… solo espera que estes alli y que charles un poco con los invitados.

– Pero mi presencia no me parece apropiada. Ni siquiera sabemos si realmente soy su hija.

– El rey ha insistido en que os quiere alli. Si teneis intencion de no asistir, sera mejor que hableis con el.

– Eso no seria una buena idea -intervino Rafe.

– No tengo ropa apropiada para la ocasion -insistio Zara-. ?Hay algun establecimiento cercano adonde Cleo y yo podamos ir de compras?

Sabrina suspiro.

– Descuida, os prestare algo. Tu eres algo mas alta y delgada que yo, pero creo que podremos

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