Capitulo 13

RAFE inclino la cabeza para alcanzar la boca de Zara y arrebatarle el aliento con un beso. Cada vez que se tocaban, ella sentia la intensidad de su deseo. Lo necesitaba, necesitaba sentir que la rodeaba con los brazos y que el corazon le latia al compas del suyo. Mientras el le lamia el labio inferior, ella lo aferro por la nuca; en parte, porque queria responder a las caricias y, en parte, porque estaba decidida a no dejarlo ir.

Cuando sus lenguas se rozaron, sintio un calor abrasador. Calor, deseo y pasion. Cada respiracion era perfecta y exquisita, cada sensacion, cada sonido.

Rafe interrumpio el beso y la miro a los ojos, con una intensidad embriagadora.

– ?Que haremos con la cena? -pregunto el jeque-. Ni siquiera hemos probado la ensalada.

– ?Ensalada? -exclamo ella, sorprendida-. ?Quieres hablar de la ensalada?

El solto una risita nerviosa.

– No. Ni de la ensalada ni del alino.

Acto seguido, y sin decir una palabra, Rafe la alzo en brazos y entro a la casa.

Zara se estremecio y se aferro al cuello de su amante. Se sentia vulnerable.

– Relajate -dijo el -. Es tu primera vez. Creo que te estoy tratando como corresponde; ya sabes, llevandote en brazos hasta el dormitorio y todo eso. Cuando otro tipo te pregunte, no quiero que tengas ninguna queja.

Al llegar al dormitorio, el la dejo en el suelo con cuidado y dijo:

– No te muevas.

Despues, desaparecio un momento, pero regreso y dejo un pequeno paquete en la mesita de noche. Ella miro de reojo y suspiro al ver que eran preservativos. Trago saliva y lo miro con inquietud.

– Tengo algunas preguntas…

El jeque sonrio.

– Supuse que las tendrias. Preguntame lo que quieras.

– ?No te molesta?

– No.

– Gracias -dijo ella-. ?Funcionan? Me refiero a los preservativos…

– Cuando se usan correctamente, si.

– ?Cuando te los pones?

– Antes de entrar en ti.

Entrar. Zara habia considerado la situacion en el pasado. Sabia lo que pasaba entre un hombre y una mujer e incluso sabia como terminaba todo. No obstante, jamas habia sido capaz de imaginar como hacian para no sentirse incomodos.

El sol se habia ocultado hacia algunos minutos y la habitacion estaba casi a oscuras. Pronto no seria capaz de ver nada.

– ?Podemos encender una luz? -pregunto.

– Desde luego que si. ?Algo mas?

– Me preguntaba sobre como es…

– Tendras que ser un poco mas precisa porque no te entiendo.

Zara se puso colorada y bajo la vista.

– Me refiero al final. A cuando se supone que llega lo mejor.

– ?Hablas del orgasmo?

– Si -murmuro-. Es que nunca lo he experimentado.

– ?Nunca?

Zara lo miro angustiada. Tenia la impresion de que Rafe se habia puesto tenso.

– ?Eso cambia las cosas? -pregunto- ?Es mucha responsabilidad? No quiero que…

El le acaricio una mejilla y la beso con ternura.

– Mi querida princesa, deseo hacer el amor contigo mas de lo que he deseado hacerlo con ninguna mujer. Y, a menos que tengas mas preguntas, estoy dispuesto a probartelo.

– Eso me ha gustado.

Aunque habia hablado con valentia, Zara estaba paralizada por los nervios. No sabia que era lo que Rafe esperaba de ella y se preguntaba si no seria mejor aclararle que no tenia ni la mas remota idea de lo que debia hacer. Resultaba muy humillante tener veintiocho anos y ser tan inepta.

Apoyo las manos sobre los hombros de Rafe y, mientras el le desabotonaba el vestido, contuvo la respiracion. No llevaba puesto sosten, de modo que cuando el jeque llego al ultimo boton y empujo el vestido hacia abajo, la dejo con los senos desnudos.

– Son perfectos -murmuro Rafe.

La princesa jadeo al sentir que le lamia los pezones. Era una sensacion que le atravesaba todo el cuerpo. Se arqueo contra el, echo la cabeza hacia atras y gimio encantada. Cuando Rafe abrio la boca y succiono suavemente, Zara supo que moriria de placer.

Con un movimiento rapido, el habia dejado caer el vestido al suelo y la habia dejado en bragas. Sin quitarle la boca de los senos, le deslizo la mano por la espalda, le acaricio la cadera y siguio recorriendole las curvas con la yema de los dedos hasta llegar al nacimiento de los muslos.

Zara se estremecio. Deseaba eso y deseaba mucho mas.

Rafe levanto la cabeza, la beso en la boca y comenzo a quitarle las bragas. Ella trato de no darle importancia al hecho de que estaba a punto de quedarse desnuda mientras que el estaba completamente vestido. Pero Rafe parecio adivinar su inquietud porque, sin dejar de acariciarla, se quito las sandalias y la camisa. Zara permanecio de pie, desnuda frente a el. Estaba tan asustada que por un momento penso en pedirle que se detuviera. Pero entonces, Rafe la tomo de un brazo, la llevo hasta la cama y le indico que se recostara.

– Deja de pensar -ordeno el-. Relajate y confia en mi. Y en ti.

Acto seguido, la beso apasionadamente. La danza de sus lenguas y sus labios la ayudo a aliviar la tension. Rafe comenzo a acariciarle los senos, primero uno y despues el otro. La combinacion entre los besos y las caricias la dejo sin aliento.

– ?Algun hombre te ha tocado aqui de una manera que te gustara? -pregunto el, recorriendole el pubis con los dedos.

– No.

Rafe le beso el lobulo de una oreja y luego susurro:

– Necesito que me digas que cosas te gustan.

– ?Pero como voy saber?

– Lo sabras.

Zara tenia dudas al respecto. No entendia por que Rafe esperaba que le diera instrucciones cuando sabia que no tenia ninguna experiencia previa. Empezaba a creer que aquello nunca iba a funcionar.

El siguio bajando y hundio los dedos entre los muslos de la princesa. Ella separo las piernas instintivamente. Al darse cuenta de lo que habia hecho, estuvo a punto de volver a juntarlas, pero entonces sintio algo delicioso y apasionante.

Las caricias de Rafe resultaban tan embriagadoras que Zara tenia miedo de desmayarse de placer. Podia sentir el calor y la humedad que acompanaban el roce de los dedos de su amante. La recorrio lentamente, investigando todos los pliegues, la textura de los labios inferiores, como si dispusiera de todo el tiempo del mundo antes de entrar en ella. Entonces, Rafe introdujo dos dedos y presiono suavemente, como si estuviera buscando algo.

Zara solto un grito ahogado al sentir que una especie de relampago explotaba en su interior. Hacia esfuerzos por comprender que era lo que estaba pasando, pero era tan maravilloso que poco importaba. Las explosiones de luz se incrementaban a medida que Rafe movia los dedos. Queria rogarle que no se detuviera nunca; queria ofrecerse como su esclava para siempre.

Sabia lo suficiente de biologia como para darse cuenta de que sus terminaciones nerviosas se habian rendido al juego que Rafe habia propuesto con el unico objetivo de darle placer. Siempre habia pensado que una parte de su cuerpo estaba muerta y se alegro al saber que se habia equivocado.

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