Cuando el dejo de besarla y se movio hacia sus senos, Zara contuvo el aliento con anticipacion. Aquello era demasiado. En su interior, la desesperacion estaba llegando a un punto limite y, a pesar de su inexperiencia, sabia que no podria resistir mucho mas. Un segundo despues, un calor abrasador le recorrio el cuerpo y la hizo vibrar freneticamente. Jamas se habia sentido tan plena. Jamas habia imaginado que fuera capaz de sentir tanto placer.

– ?Guau! -dijo Zara.

– Me has quitado la palabra de la boca.

– Asi que de esto se trata…

– Si, aunque a algunas mujeres les lleva mas tiempo.

– ?Ha sido muy rapido?

El sonrio.

– Unos tres minutos. Definitivamente, ha sido muy pero que muy rapido.

Zara tuvo la impresion de que para el no era algo malo.

– Tenia mucha necesidad acumulada.

– Al parecer, es cierto -reconocio el, con complicidad-. ?Lista para la segunda ronda?

Ella asintio con la cabeza. Rafe vacilo un momento y luego dijo: -No tenemos por que hacerlo todo. Podrias conservar tu virginidad, si quieres.

– No quiero seguir siendo virgen. Te lo he dicho. Es complicado a mi edad. Vamos, Rafe, no puedes rechazarme ahora.

– Comprende que tenia que preguntar…

Zara penso en lo afortunada que era por haberlo conocido. Rafe no solo era un hombre atractivo, sino tambien era una excelente persona.

Entre tanto, el se sento en la cama para quitarse los pantalones y los calzoncillos. Despues, se recosto junto a ella. La princesa nunca habia visto el sexo de un hombre. Habia tocado un par pero siempre en la oscuridad.

– Veras mejor si te sientas -dijo el, como si hubiera imaginado sus pensamientos.

Zara tenia demasiada curiosidad como para sentirse avergonzada, de modo que acepto el consejo y se sento en la cama.

– No tengo referencias -confeso-. ?Es grande?

– Enorme.

– Me gustaria tocarte.

– Hazlo, por favor.

Entonces, Zara tomo el pene entre sus manos y lo estudio con detenimiento. Era calido y seco, con una piel suave que se tensaba y latia ante su contacto.

– ?Duele cuando se pone erecto?

– No -contesto el, enternecido.

Ella estaba tan entusiasmada que no dudo en inclinar la cabeza para mirar entre las piernas de Rafe. El las separo para facilitarle la tarea. Zara se recosto y comenzo a acariciarlo suavemente. Le recorrio los muslos con la yema de los dedos y observo que una de las cicatrices parecia ser el resultado de una cuchillada. En cualquier caso, por donde lo mirase, Rafe era perfecto.

– ?Cuando te pondras el preservativo?

– En cualquier momento.

Entonces, Zara tomo la caja de la mesita de noche y se la alcanzo. El saco uno de los envoltorios, lo abrio y desenrollo el preservativo.

– ?Tuviste que practicar como hacerlo cuando eras mas joven? Pareces muy bueno con esto.

Rafe se sento en la cama y le indico que se tumbara.

– No es algo dificil de aprender.

De repente, ella volvio a sentirse presa de los nervios.

– He disfrutado mucho de todo lo que hemos hecho -declaro, con voz tremula-. ?Esto tambien me va a gustar?

– Hare todo lo que este a mi alcance para que asi sea.

Tras decir eso, Rafe se inclino para besarla. Antes de que sus labios se tocaran, ella lo tomo del brazo.

– Tal vez deberia advertirte que, hace algunos anos, mi ginecologa me dijo que no habia pruebas fisicas de mi virginidad.

– Gracias por decirmelo. Eso hara que sea menos doloroso.

Zara contemplo el pene de Rafe. Parecia demasiado grande como para entrar en ella con facilidad.

– No pienses en eso -dijo el, y se inclino para besarla.

Despues, Rafe introdujo las manos entre las piernas de la princesa. Como ya sabia que esperar, ella se rindio al placer que le provocaban los dedos de su amante. El volvio a tocarla como antes pero, esta vez, le introdujo un dedo en el sexo. Era una sensacion completamente distinta; la estaba acariciando por dentro.

Zara gimio al sentir como se le contraia el cuerpo. Era una sensacion parecida a la que habia experimentado antes, aunque menos intensa. Rafe acelero el movimiento y ella sintio una nueva contraccion. Entonces, el maldijo en voz baja.

– Lo siento. ?Que estoy haciendo mal?

– Nada. Lo estas haciendo todo bien. El problema es que estas tan calida y humeda que estoy ansioso por entrar en ti. Casi puedo sentir tu orgasmo. Es tu primera vez y se supone que deberia mostrar un poco de control, pero no se si podre.

A continuacion, se situo sobre ella y se arrodillo entre sus muslos. Los separo con los dedos y se dispuso a entrar en ella. A medida que lo iba haciendo, Zara sentia que el cuerpo se le extendia de una forma que le resultaba incomoda. Hasta que, por fin, lo supo dentro y se relajo. Estaba hecho. Levanto la vista para mirar a Rafe y sintio que se le paraba el corazon. Habia esperado ese momento durante mucho tiempo y, aunque el viaje habia sido interminable, habia valido la pena. Estaba exactamente donde queria estar.

– ?Preparada? -pregunto el.

Ella asintio con la cabeza.

Rafe comenzo a mover la pelvis hacia atras y hacia adelante con un ritmo pausado. Zara alzo la cadera para acompanar sus movimientos. El deslizo una mano entre ellos y volvio a acariciarle el pubis. Sabia donde frotarla y como hacerlo. Era maravilloso y, a la vez, diferente. Mejor que todo lo que habian probado antes. Le gustaba la sensacion de tenerlo dentro. Lo aferro de la cadera y lo atrajo hacia ella sin medir que eso lo obligaria a dejar de tocarla. No le importaba. Queria tenerlo tan cerca como pudiera. Queria sentir que sus cuerpos se fundian hasta convertirse en uno.

Rafe se inclino y la beso. Sus lenguas se entrelazaron, imitando el acto amoroso. Cuando el acelero el ritmo, Zara se rindio al torbellino de placer que la envolvia. Empezo a temblar freneticamente, gimio extasiada y se aferro con fuerza a la espalda de Rafe. Cuando estaba a punto de alcanzar el extasis, sintio que el se sacudia y gritaba su nombre.

– Zara…

Ella abrio los ojos y descubrio que Rafe la estaba mirando. Le sostuvo la mirada mientras el llegaba al orgasmo. Era una situacion tan intima que casi no podia respirar. Y en aquel momento, Zara supo que acababa de perder algo mucho mas importante que la virginidad. Habia perdido su corazon.

Rafe habia roto su segunda regla al quedarse con Zara toda la noche. Habian dormido entrelazados o, mejor dicho, ella habia dormido. El sencillamente la habia abrazado y contemplado en la oscuridad. Aunque comparado con el hecho de haber hecho el amor a una clienta que ademas era la hija de un monarca, quedarse a dormir con ella parecia una naderia.

Zara dormia profundamente casi pegada a el. A Rafe le gustaba sentir el contacto de su piel desnuda, el perfume de su cabello y el aroma de las sabanas en las que habian hecho el amor. Cuando cerraba los ojos, podia verlos tocandose el uno al otro y recordar lo que habia sentido al entrar en ella. Zara habia sido extraordinariamente receptiva y generosa a la vez.

Intento convencerse de que aquello solo era cuestion de sexo; sin embargo, no podia quitarse la sensacion de que habia experimentado algo especial. Queria creer que era porque ella era virgen, pero sentia que su inquietud excedia al hecho de que Zara no hubiera estado nunca con un hombre. Habia algo en ella que le tocaba el

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