– Porque utilizo la camara para tomar fotos de pasteles de boda y no para espiar a la gente-, musito mientras se ponia de pie y echaba a correr hacia el coche.

No se veia a Alexis por ninguna parte. Gracie tampoco sabia si le habia sacado una foto a algo en concreto. No importaba. Solo queria salir de alli antes de que…

– ?Alto!

Como la orden se vio acompanada de algo duro y muy parecido a una pistola que se le coloco entre los omoplatos Gracie obedecio inmediatamente.

– ?Que diablos esta haciendo? Si estaba tratando de robar, es usted una ladrona muy mala. ?A quien se le ocurre anunciar su presencia con un fogonazo?

– Siento haberlo sobresaltado -dijo Gracie con un hilo de voz-. Puedo explicarme.

Se dio la vuelta muy lentamente. Entonces, vio al hombre que la estaba apuntando lo mismo que el la vio a ella. Los dos se sobresaltaron. Gracie deseo que se la tragara la tierra, pero el hombre parecio haber visto a un fantasma.

– Dios Santo -susurro Riley Whitefield-. Gracie Landon. ?De verdad eres tu?

Capitulo 2

Como el suelo parecia estar tardando demasiado tiempo en tragarsela, Gracie empezo a desear que un enorme dinosaurio apareciera de repente para tragarsela entera, que los alienigenas fueran a abducirla. Aceptaria de buen grado que los extraterrestres se la llevaran con tal de no estar alli delante del hermoso rostro de Riley Whitefield. Incluso soportaria los experimentos medicos sin rechistar.

No lo habia visto desde el verano en el que ella cumplio catorce anos. Entonces, el tenia dieciocho anos y estaba atrapado en aquel estado de medio adolescencia y medio madurez que resultaba tan atractivo e incomodo a la vez. Habia crecido, habia engordado un poco, se habia puesto mas guapo y habia adquirido un aspecto algo mas peligroso. Sin embargo, la incredulidad que se le adivinaba en los ojos hacia que Gracie quisiera morirse alli mismo.

– Puedo explicartelo -dijo. Entonces, pregunto si de verdad podria hacerlo. ?Seria capaz de encontrar las palabras que lo convencieran de que no seguia siendo una acosadora a la que acababan de soltar de una institucion mental?

– ?Gracie Landon?

Ella noto que Riley habia bajado el arma. Era algo.

– Esto no es lo que te estas pensando -dijo ella, dando un paso atras. Tal vez seria mejor para los dos que ella simplemente desapareciera. ?Donde estaba su hermana? Era tipico que Alexis desapareciera cuando las cosas se ponian feas. Siempre dejaba que Gracie cargara con el peso de sus actos.

– ?No estabas rondando mi casa y tomando fotografias?

– Bueno, si. Eso es precisamente lo que estaba haciendo pero no tenia nada que ver contigo.

Riley tenia los ojos del color de la medianoche. Al menos, asi le habian parecido a Gracie, cuando era una adolescente. Habia escrito unos versos realmente malos sobre aquellos ojos y sobre la boca. Se habia imaginado como la besaria cuando por fin recobrara la cordura y se diera cuenta de que estaban hechos el uno para el otro. Incluso les habia escrito poemas a sus novias despues de que el las dejara compadeciendolas por su dolor.

“Si, mi querida Jenny. Solo yo puedo comprender la magia del momento cuando el te toma la mano…“

Gracie se coloco la mano sobre el estomago. La acidez la estaba matando. La mayoria de los dias ni siquiera se acordaba de donde habia dejado las llaves, pero recordaba la malisima poesia que habia escrito hacia muchos anos…

– Creo que me pasa algo -musito ella.

– De eso estoy seguro.

– No estas colaborando a resolver la situacion ?sabes? Se que esto no parece nada bueno, pero te aseguro que no estoy aqui por ti. Se supone que mi cunado Zeke te esta ayudando con tu campana esta noche. De eso se trata -anadio, mostrandole la camara.

– ?Ahora vas a por tu cunado?

?Como dices? -replico ella escandalizada-. Por supuesto que no, Dios mio… Mi hermana Alexis me ha pedido que… Olvidalo -concluyo, dirigiendose de nuevo al lugar en el que habia aparcado el coche.

– No tan rapido-afirmo Riley, agarrandola del brazo-. No te puedes presentar aqui, tomar fotografias y luego marcharte. ?Como se que no me has puesto una bomba en el coche?

Gracie se solto de un tiron y cuadro los hombros antes de darse la vuelta para mirarlo.

– Yo jamas trate de hacerte dano -dijo con toda la tranquilidad que pudo reunir cuando lo unico que queria hacer era salir corriendo. Aquello no era justo-. Cuando me gustabas, trataba de impedir que salieras con tus novias pero nunca le hice dano a nadie.

– Te tumbaste delante de mi coche y me suplicaste que te atropellara.

El rubor le cubrio inmediatamente las mejillas. ?Por que no podia nadie dejar tranquilo el pasado? ?Por que tenian que diseccionarse en publico todos los humillantes detalles de su vida?

– Eso tenia que ver con el dolor que yo sentia, no con hacerte dano a ti -contesto. Respiro profundamente. Se recordo que tenia que tener pensamientos positivos. Y un par de antiacidos. Eso era lo unico que necesitaba-. Siento haberte molestado. Siento que mi hermana me convenciera para venir aqui. Sabia que seria una mala idea. No volvera a ocurrir. Sean cuales sean los problemas que ella tiene con Zeke, no pienso meterme. Jamas.

– ?De que problemas estas hablando?

– Es algo personal.

– Mira, nina, desde el momento en el que empezaste a tomar fotografias a traves de mi ventana es tambien asunto mio.

Tenia razon.

– Zeke se ha estado comportando de un modo muy extrano. Sale por la noche hasta muy tarde, no quiere hablar… Dice que esta ocupado con tu campana todo el tiempo, pero Alexis cree que esta teniendo una aventura.

Riley solto una maldicion y volvio a agarrarla Del brazo.

– Muy bien. Vamos.

– Sueltame,

Riley no la solto. Empezo a andar y a arrastrarla con el.

– ?Adonde vamos? -pregunto ella.

– Dentro. Tenemos que hablar. Si mi jefe de campana esta enganando a su esposa, quiero saberlo todo.

– Yo no creo que sea asi. No me parece esa clase de persona. ?A que hora termino la reunion que tenias esta noche con el?

Riley se detuvo en seco en el porche. La luz de la lampara que alli habia le iluminaba sus perfectos rasgos, ojos oscuros, pomulos marcados y la clase de boca que hacia que las mujeres normalmente razonables quisieran hacer algo realmente pecaminoso. Seguia llevando un pendiente, pero un diamante habia reemplazado al aro de oro que Gracie recordaba tan bien.

– No teniamos una reunion esta noche – dijo-. Llevo tres dias sin ver a Zeke.

El dolor de estomago empeoro. Gracie se solto de Riley y se froto la tripa.

– Eso no puede significar nada bueno.

– Eso precisamente es lo que me parece a mi. Entra. Quiero que me lo expliques desde el principio y que me digas todo lo que sabes sobre Zeke y esta supuesta aventura.

– En primer lugar, no se si tal aventura es real. Alexis podria estar exagerando.

– ?Suele hacerlo? -pregunto Riley, mientras abria la puerta principal y le indicaba que entrara a la casa.

– Creo que no. Puede ser. Yo vivo en Los Angeles. No paso mucho tiempo con ella.

Gracie entro en la casa y se detuvo en seco. El vestibulo era enorme. Muy hermoso y antiguo, con techos muy altos, y unos muebles tan bonitos y antiguos como para monopolizar una revista de antiguedades al completo.

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