y cargar hacia el bosque de altos pinos con un grito de guerra), pero senti que una curiosa calma se apoderaba de mi, y me quede sentado un largo rato, mientras me preguntaba que iba a hacerle, antes de darme cuenta de que, fuera lo que fuera, yo debia hacer algo. De modo que empece a inhalar aire con el fin de levantarme de la silla y salir por la puerta.

Pero solo tuve tiempo de respirar una vez, de dar a duras penas un paso hacia la puerta, cuando una voz sono muy cerca de mi.

—Esa es tu mujer, ?verdad? —pregunto el detective Coulter.

Despues de despegarme del techo me volvi a mirarle. Estaba a unos cuantos pasos de distancia, pero lo bastante cerca para haber visto y oido todo. No habia forma de esquivar su pregunta.

—Si —dije—. Es Rita.

Asintio.

—Ese tipo de la banera se parecia a ti.

—Ese… —tartamudee—. No creo.

Coulter volvio a asentir.

—Eras tu. —Y como no tenia nada que decir y no queria volver a escucharme tartamudear, me limite a negar con la cabeza.

—?Te vas a quedar sentado ahi, mientras ese tipo tiene a tu mujer? —me pregunto.

—Estaba a punto de levantarme —conteste.

Coulter ladeo la cabeza.

—?Tienes la sensacion de que no le caes bien a ese tipo, o algo por el estilo?

—Eso esta empezando a parecer —admiti.

—?A que crees que se debe?

—Ya te lo dije. Hice dano a su novio —respondi, lo cual sono endeble, incluso a mis oidos.

—Si, tienes razon —repuso Coulter—. El tipo que desaparecio. Aun no sabes adonde fue, ?verdad?

—No.

—No —repitio, y ladeo la cabeza—. Porque no era el el de la banera. Y no eras tu el que estaba encima de el con una sierra.

—No, claro que no.

—Pero ese tipo a lo mejor si lo cree, porque se parece a ti, de modo que se llevo a tu mujer. Como una especie de cambalache, ?verdad?

—Detective, no se donde esta su novio, de veras —replique. Y era verdad, teniendo en cuenta la marea, las corrientes y las costumbres de los depredadores marinos.

— Aja —dijo, y adopto una expresion que, supuse, queria parecer pensativa—. Asi que decide, ?que? ?Convertir a tu mujer en una especie de obra de arte? Porque…

—?Porque esta loco? —pregunte esperanzado. Y eso tambien era verdad, pero no logre impresionar a Coulter.

—Aja —repitio, sin excesiva conviccion—. Esta loco. Eso seria logico, si. —Asintio, como si intentara convencerse a si mismo—. Muy bien, tenemos a un chalado, y el tiene a tu mujer. ?Que hacemos ahora?

Me miro con las cejas enarcadas, y una mirada que me alentaba a dar una solucion al problema.

—No se —respondi—. Supongo que deberia denunciar el secuestro.

—Denunciar el secuestro —repitio, y asintio—. A la policia, por ejemplo. Porque la ultima vez, como no lo hiciste, te lo recrimine.

La inteligencia suele recibir alabanzas, pero debo admitir que me gustaba mas Coulter cuando pensaba que era un idiota inofensivo. Ahora sabia que no era asi, y me encontraba atrapado entre la necesidad imperiosa de ser muy cauteloso con lo que le decia y un deseo, igualmente poderoso, de romperle una silla en la cabeza. Pero las sillas buenas son caras: gano la cautela.

—Detective —dije—, este tipo tiene a mi mujer. Puede que usted nunca se haya casado…

—Dos veces —replico—. No salio bien.

—Bien, pues a mi si. Me gustaria recuperarla de una pieza.

Me miro durante un largo momento.

—?Quien es ese tipo? Se que tu lo sabes.

—Brandon Weiss —conteste, sin saber adonde me conduciria esa admision.

—Eso es solo su nombre. ?Quien cono es?

Sacudi la cabeza, sin saber muy bien a que se referia, y todavia menos lo que debia decirle.

—?Es el tipo que monto la exposicion de cadaveres que tanto cabreo al gobernador?

—Estoy convencido de que es el.

Asintio y se miro la mano, y pense que no colgaba de ella ninguna botella de Mountain Dew. El pobre hombre debia haberse quedado sin remesa.

—Seria estupendo capturar a ese tipo.

—Si —admiti.

—Alegraria a todo el mundo —insistio—. Seria bueno para la carrera de cualquiera.

—Supongo —dije, mientras me preguntaba si, al fin y al cabo, deberia atizarle con la silla.

Coulter dio una palmada.

—Muy bien —dijo—. Vamos a por el.

Era una idea maravillosa, formulada con mucha precision, pero vi que comportaba un pequeno problema.

—?Adonde? —le pregunte—. ?Adonde ha llevado a Rita?

Me miro y parpadeo.

—Si te lo ha dicho —contesto.

—No lo creo.

—Venga, ?es que no ves la television publica? —me pregunto, como si hubiera cometido una especie de crimen contra los animalillos domesticos.

—No mucho —admiti—. Los ninos ya no tienen edad para Barney.

—Hace al menos tres semanas que salen anuncios. El Artextravaganza.

—?El que?

—El Artextravaganza, en el Centro de Convenciones —dijo, y empezo a sonar como un espacio publicitario—. Mas de doscientos artistas de vanguardia venidos de toda Norteamerica y el Caribe, reunidos bajo el mismo techo.

Senti que mi boca se movia en un vano intento de articular palabras, pero no salio nada. Parpadee y probe de nuevo, pero antes de poder emitir algun sonido, Coulter movio la cabeza hacia la puerta.

—Vamos por el. —Dio un paso atras—. Despues, ya hablaremos de por que el tipo de la banera se parece a ti.

Esta vez si que me puse en pie de un brinco, dispuesto a propulsarme hacia delante, pero en ese preciso momento mi movil sono. Mas por costumbre que por otra cosa, conteste.

—Hola —dije.

—?Senor Morgan? —pregunto una cansada voz femenina.

—Si. —Soy Megan, del programa de actividades extraescolares. Estoy con Cody y Astor.

—Ah, si —dije, y una nueva senal de alarma empezo a atronar en el piso principal de mi cerebro.

—Son mas de las seis. Y ya he de irme a casa. Porque esta noche tengo clase de contabilidad. A las siete.

—Si, Megan. ?En que puedo ayudarte?

—Como ya he dicho, debo ir a casa.

—Muy bien —conteste, con el deseo de satisfacer su deseo a traves del telefono y mandarla a casa.

—Pero los ninos… Quiero decir, su mujer no ha venido a recogerlos. Estan aqui. No puedo irme y dejarlos solos.

Me parecio una buena norma, sobre todo porque significaba que Cody y Astor se encontraban bien, y no en las garras de Weiss.

—Voy a buscarlos. Estare ahi en veinte minutos.

Cerre el telefono y vi que Coulter me miraba expectante.

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