necesita que le lleven a la ciudad?

—Hasta la parada del autobus, si, gracias. —Sonrio con gentileza cuando ella alzo los ojos—. Olvide que ya no soy un muchacho. Emprendi una marcha mas larga de lo que crei.

—No tiene por que justificarse ante mi —comento la muchacha—. ?Por que cree que necesita un pasaporte para viajar con alguien?

Hawks se encogio de hombros.

—La gente parece quererlo. —Sacudio de nuevo la cabeza, un poco confundido—. ?Por que usted no?

La muchacha fruncio el ceno y agito los pies.

—Yo voy a la ciudad —repuso—. No tiene sentido que le deje en la parada del autobus.

Hawks tiro incomodo de la chaqueta que llevaba al brazo. Se la puso y se la abotono.

—De acuerdo. —Un fragmento de sombra vertical aparecio en su piel aspera, entre las cejas, y permanecio alli. Se aliso la chaqueta contra las costillas—. Gracias.

—Entonces vamonos —anuncio la muchacha.

Entraron en el coche y se metieron en la corriente de trafico de la carretera.

Permanecieron sentados, rigidos, mientras el coche avanzaba, con las ruedas vibrando de modo regular sobre los rezumantes pliegues de cemento.

—No tengo aspecto para ligar —comento la muchacha.

Hawks la miro; aun mostraba el ceno levemente fruncido.

—Es usted muy atractiva —dijo.

—?Pero no soy facil! Le ofrezco llevarlo porque supongo que lo necesita. —Las unas color escarlata de sus manos cortas se cerraron sobre el plastico desgastado del volante.

—Ya lo se —senalo el con tranquilidad—. Y tampoco pienso que lo este haciendo por gratitud. Ese hombre no era nadie que usted misma no hubiera podido controlar. Lo unico que hice fue ahorrarle el esfuerzo. No soy su galante caballero al rescate, y no he ganado su mano en mortal combate.

—Bien —corroboro ella.

—De nuevo estamos cayendo en la misma trampa —expuso el—. Ninguno de los dos sabe bien que hacer. Hablamos en circulos. Si aquel hombre no hubiera aparecido, aun nos encontrariamos en la tienda, realizando una danza ritual el uno alrededor del otro.

Ella asintio con vehemencia.

—Oh, lo siento…, ?pense que trabajaba aqui! —se imito a si misma.

—No…, eh…, no lo hago —comento el.

—Bien…, eh…, ?hay alguien?

—No lo se. ?Cree que deberiamos llamar en voz alta o algo asi…?

—?Que diriamos?

—«?Eh, usted!»

—?Y si golpearamos con una moneda sobre el mostrador?

—Yo…, este…, solo dispongo de un billete de a cinco.

—Bien, entonces… —El dejo que su voz se perdiera en una imitacion tensa de un murmullo azarado.

La muchacha golpeo impaciente con el pie sobre la madera del suelo.

—?Si, es exactamente asi como habria sido! ?Y ahora lo hacemos aqui en vez de en la tienda! ?No puede cambiarlo?

Hawks respiro hondo.

—Me llamo Edward Hawks. Tengo cuarenta y dos anos, soltero, graduado universitario. Trabajo para la Continental Electronics.

—Yo soy Elizabeth Cummings. Estoy empezando como disenadora de moda. Soltera. Tengo veinticinco anos —dijo ella, volviendo el rostro para mirarle—. ?Por que iba caminando?

—Cuando era nino solia andar a menudo —contesto el—. Tenia muchas cosas en las que pensar. No lograba entender el mundo, y no cesaba de tratar de descubrir el secreto que me permitiera vivir satisfactoriamente en el. Si me quedaba en casa sentado en una silla para meditar, preocupaba a mis padres. Hubo momentos en los que pensaron que era pereza, y otros momentos en los que creyeron que habia algo que no funcionaba en mi. Yo no sabia de que se trataba. Si me marchaba a otra parte, debia contar con otras personas. De modo que decidi empezara caminar para estarsolo conmigo mismo. Andaba kilometros y kilometros. Y nunca llegue a descubrir el secreto del mundo, o lo que no funcionaba en mi. Sin embargo, sentia que cada vez me aproximaba mas y mas. Entonces, cuando transcurrio el tiempo suficiente, poco a poco aprendi la forma para comportarme adecuadamente en el mundo tal y como yo lo percibia. —Sonrio—. Esa es la razon por la que esta tarde iba caminando.

—?Y adonde va ahora?

—De regreso al trabajo. Tengo que hacer algunas comprobaciones para un proyecto que comenzamos manana. —Miro fugazmente a traves de la ventanilla y, luego, volvio a observar a Elizabeth—. ?Adonde va usted?

—Tengo un estudio en la parte baja de la ciudad. Yo tambien he de trabajar hasta tarde esta noche.

—?Me dara su direccion y su telefono para que pueda llamarla manana?

—Si —repuso ella—. ?Manana por la noche?

—Si puedo.

—No me formule preguntas si ya conoce las respuestas —dijo ella, mirandole—. No comente cosas intrascendentes solo por pasar el tiempo.

—Entonces tendre muchas cosas que contarle.

Ella detuvo el coche delante de la puerta principal de la Continental Electronics para dejar que el bajara.

—Usted es el Edward Hawks —indico.

—Y usted la Elizabeth Cummings.

Ella hizo un gesto senalando los edificios blancos.

—Ya sabe a lo que me refiero.

La miro con expresion seria.

—Yo soy el Edward Hawks que es importante para otro ser humano. Usted es la Elizabeth Cummings.

Ella alargo el brazo y le toco la manga de la chaqueta cuando el abrio la portezuela del coche.

—Es demasiado calurosa para llevar en un dia como este.

Se detuvo al lado del coche, se abrio la chaqueta y se la quito, para volver a doblarla sobre el brazo. Luego sonrio, alzo la mano en un gesto dubitativo, se volvio y atraveso la puerta que un guardia le mantenia abierta.

TRES

1

A las nueve menos cuarto de la manana siguiente, sono el telefono en el laboratorio. Sam Latourette se lo cogio al tecnico que lo habia cogido.

—Bien, si es asi, no aceptes nada de lo que diga, Tom. Dile que espere. Se lo notificare a Ed Hawks.

Colgo y cruzo el suelo sobre sus viejos zapatos hasta el lugar donde se encontraba Hawks con el equipo de la Marina sacando el traje que llevaria Barker.

El traje yacia abierto sobre su mesa larga y regulable como si fuera un langostino seccionado, de cuyos lados colgaban inyectores de aire desconectados, con sus junturas almenadas sobresaliendo de forma artritica debido a los motores electricos y a los pistones hidraulicos que llevaban empotrados y que harian que se movieran. Hawks habia conectado cables para comprobar el suministro de energia a las junturas; el traje se

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