deseara, sino porque sentia que lo deseaba demasiado. Sin embargo, cuando por fin salio a relucir el tema, fue el quien decidio.

– No pienso pedirte que vengas a mi casa esta noche.

Ella guardo silencio. Se habian detenido al abrigo del toldo del restaurante para resguardarse de la lluvia.

– No quiero perder esto tontamente. Es demasiado bueno.

Jamas habia conocido a nadie como Thomas. Se despidieron y prometieron llamarse al dia siguiente, pero su primer SMS le llego a los ocho minutos.

Aquella noche sus moviles echaron humo, la genialidad en la expresion alcanzo cotas insospechadas y Monika se sorprendio a si misma sonriendo en la oscuridad mientras leia los mensajes tan ocurrentes que le enviaba. Incitada por el reto, tuvo que esforzarse por componer respuestas igual de ingeniosas. Y a eso de las cinco de la manana, tuvo que darse por vencida.

LA VIDA Y LA NOCHE SE ACERCAN RAUDAS. NUNCA ESTAN LOS SUENOS TAN CERCA COMO AHORA.

La dejo muda.

Y ascendio unos peldanos mas.

Y desde luego que esperaron. El tiempo que siguio a aquella noche se dedicaron a estudiarse. Lento pero seguro, por dentro y por fuera. Dos personas solas que, con suma cautela, se aproximaban a su mas intimo deseo de aquello que siempre habian anorado, de aquello que siempre sonaron que tendrian en sus vidas. Cada conversacion era una aventura; cada descubrimiento, una nueva posibilidad de profundizar. Ella sabia que nunca antes estuvo en el lugar al que ahora la habian llevado sus sentimientos. Todo estaba envuelto en un manto de buena voluntad. Fue conociendolo palmo a palmo y nada de lo que le contaba o le confesaba atenuaba su interes. Al contrario.

Paso a paso, fueron acercandose a aquel momento y ambos tuvieron el valor suficiente de admitir que estaban nerviosos como adolescentes, con lo maduros que eran.

Pero, como siempre con Thomas, todo fue de lo mas natural. Una tarde de domingo, sencillamente, no hubo forma de resistirlo por mas tiempo.

Y Monika se dio cuenta de que, en realidad, aun era virgen. Sexo habia tenido muchas veces. El amor, en cambio, no lo habia hecho jamas hasta entonces.

Fue una experiencia perturbadora, sobrecogedora, muy alejada de su habitual dominio intelectual. Descomponerse y fundirse de un modo total, no solo con otro cuerpo sino en una presencia absoluta. Por un breve espacio de tiempo, recibir la bendicion de la clarividencia, intuir la sencillez del inmenso misterio encerrado en el sentido de todas las cosas. Verse abrumado por el deseo de abandonar toda defensa, de mostrar la propia vulnerabilidad y, en la mas absoluta confianza, ponerse a disposicion del otro, dejar que sucediera lo que queria suceder. Jamas habia estado tan cerca de su ser mas intimo, donde no existian ni el desasosiego ni la soledad.

Pero cuando llego el lunes, el miedo volvio a apoderarse de ella.

No lo llamo en todo el dia. Cuando escucho los mensajes del movil, una vez que el ultimo paciente se hubo marchado, comprobo que el le habia dejado tres mensajes y le habia enviado cuatro SMS. Eso deberia haberla irritado. Si todo hubiera sido como solia, el interes de Thomas habria constituido la sentencia de muerte de su relacion. En este caso, en cambio, su actitud la asusto mas aun. Decirse que «era pura cobardia por su parte» no servia de nada. Ni siquiera «consideralo un reto». Sus viejos trucos de siempre para superarse a si misma no funcionaban, esta vez no, el reto entranaba riesgos demasiado grandes. Sencillamente, estaba muerta de miedo. No soportaria que el la abandonara; que, despues de haberlo dejado acercarse tanto, la dejase. Era peligroso llegar a depender de algo que uno no podia controlar. Descubrirse hasta el punto que exigia la ternura de Thomas la hacia mas vulnerable de lo que podia resistir.

A las doce y media de la noche, al ver que ella no lo llamaba, el se presento ante su puerta.

– Si no quieres verme mas, sera mejor que me lo digas a la cara, en lugar de esconderte tras un movil apagado.

Lo vio enfadado por primera vez. Y vio lo triste que estaba, como luchaba contra su propio miedo.

Monika no dijo nada, se abrazo a el y empezo a llorar.

Yacian abrazados. Fuera empezaba a amanecer. Ella estaba tan pegada a el como podia, pero no le parecia suficiente.

– ?Sabes lo que significa Monika?

Ella asintio.

– La consejera.

– Si, en latin. Pero en griego significa «la solitaria». -Se volvio hacia ella y le paso el dedo indice por la frente-. Creo que no he conocido nunca a nadie que pretenda ser tan fiel al significado de su nombre, a toda costa.

Ella cerro los ojos. La solitaria. Siempre habia sido asi. Hasta ahora. Pero ahora no tenia el valor suficiente para dejarse salvar.

El se incorporo y le dio la espalda.

– Yo tambien tengo miedo. ?No lo comprendes?

La habia descubierto. Thomas poseia esa capacidad, la capacidad de leer sus pensamientos. Era una de las muchas cualidades de Thomas que ella apreciaba y temia en la misma medida. El se levanto y se acerco a la ventana. Ella contemplo su cuerpo desnudo. Era muy hermoso.

– Yo siempre he sido capaz de sopesar ventajas e inconvenientes, de pensar bien en como comportarme y me he visto inmerso en ese tipo de juegos a los que uno se entrega para no demostrar demasiado interes. Pero contigo no funciona; era tal mi anoranza de que me ocurriera algo asi, de experimentar un sentimiento tan profundo que no me quedase eleccion.

Ella queria decir algo, pero no se le ocurria una sola palabra. Todas las que habrian resultado adecuadas se hallaban en algun escondrijo fuera de su alcance, puesto que nunca antes las habia necesitado.

– Solo se que jamas antes habia sentido nada parecido.

Alli estaba, tan desnudo como su confesion. Ella se levanto, se le acerco y lo abrazo por detras.

– Asi que no vuelvas a dejarme solo con un telefono mudo. No se si lo resistire una vez mas.

Era el hombre mas valiente que habia conocido jamas.

– Perdoname.

Durante un instante de vertigo oso sentir la mas absoluta confianza, descuidarse en la sensacion de ser amada enteramente. De nuevo sintio que las lagrimas acudian a sus ojos, que algo negro y duro que habitaba en su interior se descomponia.

El se dio la vuelta y le cogio la cara entre sus manos.

– Solo te pido una cosa, que seas sincera, que digas las cosas como son, para que yo sepa lo que esta pasando. Si los dos somos sinceros, no tendremos nada que temer, ?no crees?

Ella no contesto.

– ?No crees?

Entonces Monika asintio y le dijo:

– Te lo prometo.

Y en ese preciso momento, sentia lo que decia.

Aquella noche cenarian juntos. La manana siguiente, Monika partiria para asistir a su curso y ya lo echaba de menos. Cuatro dias. Cuatro dias y cuatro noches sin su compania.

Su madre estaba enojada. No por el curso en si, sino porque la tumba permaneceria a oscuras durante varios dias. Monika le prometio que volveria a casa enseguida, que la recogeria el domingo a las tres, en cuanto llegase.

Estuvo largo rato eligiendo la ropa en el armario. En realidad, ya tenia decidido lo que se pondria, sabia perfectamente lo que a el le gustaba, pero quiso cerciorarse una vez mas de que no se equivocaba. Al pasar ante la ventana, se detuvo y arranco una hoja marchita de una de las orquideas. Las demas estaban aun en todo su esplendor y Monika se quedo admirando tan perfecta creacion. Tan increiblemente hermoso, una simetria tan

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