– ?Y como lo esta llevando Sarah? -quiso saber la mujer.

Oi a la madre de Andy sorberse la nariz como si tuviera un tremendo resfriado. Siempre que yo hacia esa clase de ruido, mama me decia que usara un panuelo y que no fuera tan asqueroso.

– No lo se -contesto Samantha-. Esta muy callada. No quiere hablar de lo sucedido con ninguno de los dos. La verdad, jamas la habia visto distanciarse tanto. -Entonces guardo silencio. Cuando levante la vista adverti que las dos mujeres, de pie al fondo del sendero, me miraban fijamente-. ?Estas bien? -pregunto la madre de Andy.

– Si, muy bien.

– ?Que haces ahi?

Carraspee, tratando de parecer lo mas inocente posible.

– Se me ha pinchado una rueda de la bici -conteste incorporandome-. Queria encontrar el pinchazo. - Siguieron mirandome cuando apoye las manos en el manillar y empece a empujar la bicicleta-. Tendre que llevarla a casa para arreglarlo.

Ninguna de las dos respondio, pero me observaron alejarme; tarde un par de minutos en llegar al final de la calle, y durante ese tiempo senti sus miradas fijas en mi espalda. Normalmente me habria ido pedaleando lo mas rapido posible, pero con la rueda pinchada no podia.

Por fin volvi la esquina, aunque aun me costo unos veinte minutos llegar a mi casa. Ella estaba esperandome. La nina pelirroja. Sentada al final de la calle con la espalda contra un arbol, supe que me aguardaba a mi. No se me ocurrio por que. Aunque no recordaba haberla visto antes de ese dia, de algun modo comprendi que queria hablar conmigo.

Fui mas despacio al acercarme, entonces ella se volvio y me miro; luego se levanto sacudiendose la parte de atras de los vaqueros. Mire hacia otro lado y me pregunte si aun estaria observandome cuando me girara otra vez, y asi fue. No solia hablar con chicas porque siempre me miraban como si acabara de salir arrastrandome de debajo de una roca. Sin embargo, supe que tenia que pararme a hablar con aquella en concreto. No habia forma de evitarlo.

– Hola -salude cuando estaba mas o menos a un metro de ella, deteniendome con la bici entre los dos.

– ?Eres Danny?

– Si.

– Lo sabia. Te he visto antes.

– Estabas esperando delante de mi casa. ?Querias vigilarme?

Ella abrio la boca corno para contradecirme, pero entonces se encogio de hombros como si en realidad no le importara.

– Si, eso hacia.

Y en ese instante, de pronto supe quien era exactamente.

– Eres Sarah, ?verdad? La hermana de Andy.

Asintio con la cabeza. No pude evitar pensar que me habia quedado un buen rato espiando a su familia mientras ella se pasaba casi el dia entero espiando a la mia. Y solo en ese momento, cuando la tarde estaba acabando, habiamos llegado a hablarnos. Como si fueramos agentes secretos que, hartos ya de todo, deciden confesar.

Capitulo 6

Ese dia, Sarah y yo quedamos en encontrarnos en el parque el sabado siguiente. Me sente en un banco cerca de la fuente y me puse a leer David Copperfield. Queria que se fijara en que me gustaba esa clase de libros. Al cabo de unos minutos, la vi entrar por las puertas que habia frente a mi. Sonrei y la salude con la mano. Me sorprendio lo contento que me puse al verla.

– No estaba muy segura de si vendrias -comento cuando se hubo sentado-. Pense que igual cambiabas de opinion y no acudias.

– No -respondi, negando con la cabeza-. Lo prometi, ?no?

– Crei que llegaria tarde. Mi madre iba al hospital a ver a Andy y queria que la acompanara; cuando le dije que no podia, se enfado conmigo.

– ?Vas a menudo?

– Todos los dias. Y algunos, dos veces. ?Tienes hermanos?

– Si, uno mayor. Pete. Ya ha cumplido los dieciocho y va a la universidad en Edimburgo. Se suponia que volveria a casa a pasar las vacaciones de verano. Me lo prometio, pero luego cambio de idea y se fue de viaje por Europa.

Sarah asintio con la cabeza.

– Andy tambien es mi unico hermano -dijo.

Quise preguntarle como era Andy, pero no supe expresarlo. Aunque yo no tenia ninguna culpa de que estuviese en el hospital, de algun modo me sentia responsable.

– ?Se pondra mejor?

– No lo sabemos -contesto-. Solo podemos confiar en que despierte pronto.

– Seguro que si.

– ?Como lo sabes?

– Pues porque lo se.

No parecio gustarle mucho mi respuesta, e incluso me dio la impresion de que se enfurrunaba un poco, asi que me mordi el labio y decidi que haria mejor en pensar mas las cosas antes de decirlas. No parecia la clase de chica que hablara por hablar.

– ?Como supiste quien era? -me pregunto al cabo de unos minutos-. Me refiero a cuando apareci ante tu casa. Enseguida lo adivinaste.

– No lo se. Tan solo pense que encajaba. ?Por que viniste?

– Por curiosidad, solo por eso. En realidad era a tu madre a quien buscaba. Queria saber que aspecto tenia. Y entonces te vi. Estos ultimos dias han sido horribles.

Se inclino y se llevo las manos a la cara. Me preocupo que fuera a echarse a llorar, porque entonces yo no habria sabido como reaccionar. No iba a rodearla con el brazo, eso por nada del mundo. Y mucho menos alli, donde toda la gente podia vernos. Pero cuando volvio a levantar el rostro, se limito a mirarme y negar con la cabeza.

– De todas formas, no es culpa de tu madre. Eso es lo que vuelve tan terrible el asunto. Es culpa mia. Pero no puedo contarselo a nadie. Y no se que hacer para solucionarlo.

La mire extranado, sin acabar de entender que queria decirme. Estaba a punto de preguntarselo, cuando vi que tres personas recorrian el sendero hacia nosotros. Se me encogio un poco el estomago, pero era demasiado tarde para alejarse: se trataba de Luke, su madre y Benjamin Benson.

– Danny -dijo la senora Kennedy, y miro a Sarah un instante, como si se sorprendiera de verme alli sentado con una chica, como si fuera lo ultimo que habria esperado.

Aunque habia crecido varios centimetros en los ultimos tres meses, nadie excepto yo mismo lo habia notado.

– Hola -salude tratando de no mirar a Luke, que tenia los ojos clavados en Sarah-. Solo he salido a dar un paseo.

– Pues no vas a pasear mucho quedandote sentado -bromeo alegremente el senor Benson-. Un monton de ejercicio, eso es lo que necesita un chico de tu edad. Bueno, y un buen desayuno todas las mananas. Y tambien un bano de agua helada una vez al ano, tanto si te hace falta como si no.

Frunci el ceno. ?Por que tenia que mostrarse siempre tan gracioso? Seguramente lo hacia para impresionar a la senora Kennedy.

– ?No vas a presentarnos a tu amiga? -pregunto la madre de Luke, y me quede mirandola sin saber que responder.

No queria contarle la verdad por si hablaba con mis padres y me metia en lios. Aunque no estaba muy seguro

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