lo eche y espante a sus amigos. Eso es todo.

El sargento me estudio, se echo la gorra hacia atras y resoplo.

– Acabo de recibir el informe medico -dijo-. Ese punk tiene la mandibula rota, la nariz quebrada, le faltan ocho dientes y tiene suerte de estar con vida. -Me miro-. ?Con que le pego, con un ladrillo?

– En su huida, rodo por las escaleras.

El sargento asintio.

– Conque tropezo solo, ?eh?

– Mas o menos.

Una larga pausa, luego dije:

– ?Ha visto usted su cinturon? Tiene clavos muy afilados. Queria destrozarme la cara con eso.

Volvio a asentir y siguio observandome.

– ?Hay que llorar por el, sargento? -continue-. Si cree que si, podria enviarle flores… claro, si usted lo cree necesario.

Empezo a jugar otra vez con el lapiz.

– Podria presentar una queja… por agresion. Tendriamos que investigar.

– ?Que le parece si esperamos a que la presente?

Me estudio con sus ojos porcinos y dejo de juguetear con el lapiz.

– Si… es una buena idea. -Miro detras de mi y estudio la sala vacia. Por alguna razon, no habia nadie con problemas y estabamos solos. Se inclino hacia delante y me dijo con voz ronca-: Cada oficial de esta ciudad ha deseado hacerle a ese hijo de puta lo que le ha hecho usted. -En su enorme cara se dibujo una amistosa sonrisa-. Pero tenga cuidado, senor Carr… Spooky es como el elefante: no olvida.

– Tengo que irme a trabajar -le dije, sin cambiar de expresion, aunque en mi interior sentia una ola de triunfo-. ?Puedo regresar?

– Claro. -Se echo hacia atras con mirada pensativa-. Un taxista informo de haber visto incendiarse una moto anoche… la moto de Spooky. ?Por casualidad, usted no sabe nada?

– ?Deberia?

El asintio.

– Es la respuesta correcta, senor Carr, pero no se escude en ella. Debemos mantener la ley y el orden en esta ciudad.

– Cuando tenga un minuto, sargento, debe mencionarselo a Spooky.

Cruzamos la mirada y me fui.

Cuando volvi a la oficina, encontre a Jenny. Evidentemente se habia enterado de todo. Era algo que no podia ocultar. Estaba palida y temblorosa.

– ?Podrias haberle matado! -exclamo-. ?Que le hiciste?

– Se violento… me violente. -Di la vuelta al escritorio y me sente-. El se lo busco. Fui a la policia. Estan mas que contentos, asi que olvidemos a Spooky.

– ?No! -Nunca hubiese esperado ver furia en sus ojos-. ?Te crees un heroe, no es cierto? Pero no lo eres. ?Se que destruiste su moto! ?Le rompiste la boca y la nariz! ?Eres tan brutal y maligno como el! ?No puedo tenerte aqui! ?Estas arruinando todo mi trabajo! Quiero que te vayas.

La mire, perplejo.

– Ahora vas a decirme que iras al hospital a cogerle la mano.

– No hay necesidad de hacer comentarios baratos. Quiero que te vayas.

Empezaba a enojarme, pero trate de controlarme.

– Mira, Jenny, debes enfrentarte a los hechos. A los tipos como Spooky hay que tratarlos como a los animales que son -dije-. Imagina que me hubiera quedado sentado y dejara que me destrozase la cara con su cinturon. ? Eso me habria puesto de tu lado?

– ?Pero casi lo matas! ?No me hables! Levantate y vete.

– Muy bien. -Me puse de pie y di la vuelta al escritorio-. Me quedare unos dias en el hotel. -Llegue a la puerta y me volvi para mirarla-. Jenny, el problema de la gente buena es que no es realista. Spooky es un animal salvaje. Muy bien… adelante, ve y cogele de la mano, si es lo que deseas. Cada uno puede pensar como quiera, pero ten cuidado. No hay animal mas salvaje y peligroso que Spooky.

– No quiero escucharte -dijo, elevando el tono de voz-. Mi tio cometio un error al enviarte aqui. ?No eres apto para trabajar como asistente social! ?Nunca te daras cuenta de que la gente reacciona ante la bondad! Yo hace dos anos que trabajo aqui, y tu solo has estado diez dias…

Ahi, ya no pude contenerme.

– ?Un momento! -El tono de mi voz la sorprendio y la hizo callar-. ?Que has logrado con tu amabilidad en estos dos anos? ?La gente no aprecia tu amabilidad! Lo unico que quieren de ti es un vale de comida o una ayuda. ?Aceptarian la ayuda aunque se la tiraras! Todas esas mujeres que viene a molestarte aqui te estan enganando. ?Como sabes que no estan riendose de ti? Spooky ha aterrorizado este sector durante anos. Ni siquiera la policia podia manejarlo. Y, bien, yo si he podido manejarlo y tal vez descubras que he hecho mas por este distrito de la ciudad en diez dias de lo que tu has hecho en dos anos.

– ?Fuera!

Me di cuenta de que la habia herido, pero no me importaba. Habia hecho algo que nadie se habia atrevido a hacer en aquella miserable ciudad: le habia dado un buen escarmiento a Spooky Jinx.

La deje y regrese al hotel Bendix.

En el camino de vuelta, note que la gente ya no se apartaba de mi, algunos incluso me sonreian. Las noticias vuelan. Un policia apostado en una esquina me guino un ojo.

De repente, me habia vuelto famoso en Luceville, pero no estaba muy emocionado. Jenny me habia arruinado el triunfo. No entendia como podia ser tan estupida.

Me pregunte que haria. Tal vez, se enfriara en un par de dias y pudieramos volver a vernos. Paradise City me parecia algo tan lejano. No deseaba regresar alli… No todavia.

Tenia apetito, asi que decidi ir a Luigi. Los dos viejos camareros se deshicieron en atenciones. La primera vez me habian ignorado. Mientras comia, se acerco un hombre gordo y viejo, con el traje lleno de manchas de comida. Se presento como Herb Lessing.

– Soy el dueno de la farmacia de la esquina. Queria que supiera que ha hecho un buen trabajo, senor Carr. Ese desgraciado se lo habia buscado. Quizas ahora pueda pasar una noche tranquilo. -Hizo una pausa, me respiro encima y luego continuo-: Reconozco que le ha hecho un gran servicio a esta ciudad.

Me pregunte que habria dicho Jenny si hubiese estado presente. Asenti, le di las gracias y segui comiendo. El hombre me observo con admiracion y luego volvio a su mesa.

Despues de comer, como no tenia ganas de ir al hotel y no tenia nada que hacer, fui a ver una pelicula. No pude seguirla porque seguia pensando en Jenny.

Volvi al hotel y subi a mi cuarto.

?Eres tan brutal y maligno como el!

Finalmente, decidi que tenia razon. Que me sucedia algo. Recorde la rabia ciega que sentia mientras golpeaba a Spooky y, luego, cuando atacaba a sus amigos. Era verdad que me habian provocado, pero sabia que tres meses atras no hubiera reaccionado asi. ?Se deberia aquella terrible expresion de colera al accidente? ?Algo no me funcionaria bien? ?Deberia consultar al doctor Melish? Pero decidi no hacerlo. Por primera vez, desde la perdida de Judy, sentia deseos de estar con una mujer.

?Que diablos estaba ocurriendome?, me pregunte. Quiza fuera buena idea visitar un burdel. En una ciudad como Luceville debia de haber uno. El recepcionista podria informarme.

Mire mi reloj, eran las seis y cuarto. Salte de la cama y me dije que conseguiria una mujer, comeria en el Plaza y dejaria de preocuparme por el futuro.

Cuando estaba a punto de salir, sono el telefono. No sabia que aquella llamada alteraria toda mi vida.

– ?Senor Carr? Habla O'Halloran… El sargento de guardia, de la policia.

Reconoci la voz ronca.

– ?Si, sargento?

– Estaba tratando de encontrarle y recorde que se hospedaba en el Bendix.

– ?Si? -Estaba alerta. Mis deseos de estar con una mujer habian desaparecido. Sentia un nudo en el estomago-. ?Pasa algo?

Вы читаете Cambio de escena
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

3

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×