mirada traviesa.

– La mujer y el hijo parecen buena gente. El llevaba varios meses en paro y eso habia ocasionado pequenos problemas, pero no se habia derrumbado. Bebia de vez en cuando, ha dicho la esposa, pero nada de borracheras continuadas. Es posible que ella endulzara algo la historia, pero yo creo que se comportaba bien. Trabajaba en su acuario. Es el mas grande que he visto. Seguro que tiene cuatro metros de largo por uno de ancho. Ocupaba toda una pared.

– Como pierda agua, vaya humedades -dijo Riis.

Ottosson le lanzo una mirada que indicaba: «Ya vale de comentarios tontos». Riis esbozo una mueca.

– Al parecer era su pasion -continuo Beatrice-. Era miembro de una asociacion de acuarios; segun parece era muy activo en la direccion. Sonaba con tener una tienda de peces.

Ottosson asintio.

– En cambio, el hermano -dijo Haver- no parece estar tan limpio. ?Podria haber empujado a John a hacer algo?

– No lo creo -comento Beatrice-. Por lo menos no lo hizo de una forma deliberada. Parecia realmente sorprendido. Esta claro que uno se encuentra en estado de shock cuando asesinan a su hermano, pero no hay nada que indique que tuviera la mas minima idea de que John estuviera involucrado en alguna pilleria.

– No parece tener demasiadas luces -considero Ottosson-. Quiza sea incapaz de darse cuenta de lo que ha hecho, de que fuera a tener tales consecuencias.

Beatrice parecio dudar.

– Quiza lo entienda ahora -anadio Ottosson.

Morenius, el jefe de la Brigada de Inteligencia Criminal, entro en la sala de personal. Lanzo un voluminoso archivador sobre la mesa, se sento y emitio un sonoro suspiro.

– Disculpad el retraso, pero tenemos mucho que hacer -dijo, y lo subrayo con un suspiro.

– Tomate un cafe -propuso Ottosson-, asi te despejaras.

Morenius sonrio y se estiro tras el termo de cafe.

– ?Galletas? -ofrecio Ottosson.

– Lennart Jonsson -comenzo el jefe de la Brigada de Inteligencia Criminal- es uno de nuestros clientes habituales y de unas cuantas administraciones mas. Catorce detenciones por conducir sin carne, tres por conducir borracho, dieciseis por robo, tres de ellos con agravante, una por agresion y seguro que veinte mas que desconocemos, una por intento de estafa, otra por posesion de drogas, pero esta es de hace mucho tiempo, tres por amenazas y una por desacato. Esto es lo que tenemos. Ademas, tiene una docena de multas impagadas y una deuda de cerca de treinta mil coronas con la oficina estatal de impagos. Recibe ayuda social y se esta tramitando su pension anticipada.

– ?Por que cojones…? -exclamo Lundin.

Morenius parecia agotado tras su larga relacion, pero tomo un sorbo de cafe y prosiguio.

– Al parecer arrastra una antigua lesion. Se cayo de un andamio hace cinco anos y desde entonces, en principio, esta incapacitado.

– ?Asi que ha trabajado?

– En la construccion sobre todo, pero tambien para Ragnsells y, durante un tiempo, como portero de discoteca.

– ?Es Lennart la clave de todo esto?

La pregunta de Ottosson quedo en el aire. Fredriksson se habia provisto de un nuevo monton de galletas y seguia masticando. Riis aparentaba aburrimiento. Lundin miraba sus manos y todos esperaban a que se levantara y fuera al cuarto de bano a lavarselas. Su panico a las bacterias era el hazmerreir de todo el edificio. El gasto en toallas de papel se habia incrementado considerablemente desde la llegada de Lundin a la brigada.

Haver abordo una discusion acerca de elaborar un informe sobre los conocidos de la familia Jonsson y su economia.

Al principio Beatrice escucho con atencion, pero pronto se enfrasco en sus propias reflexiones. Intento recordar algo que le habia incomodado durante la visita a Berit Jonsson. ?Fue quiza cuando mencionaron al hijo? ?Fue algo que Berit dijo? ?Puede que una mirada o un cambio en la expresion de su rostro? ?Una especie de preocupacion?

Ottosson interrumpio sus pensamientos.

– Hola, Bea, te he hecho una pregunta. ?Ha dicho algo Berit sobre cual era la situacion economica de John? ?Habia tenido la familia problemas despues de que se quedara sin trabajo?

– No, no lo creo. No parecian pasar necesidades. Berit trabaja media jornada en asistencia domiciliaria y John cobraba el paro.

– Haremos el control rutinario -dijo Ottosson-. ?Te encargas tu, Riis?

Riis asintio. Era una tarea que le agradaba.

– Yo habia pensado volver manana por la manana, hablar con Berit y quiza con el nino, inspeccionar las pertenencias de John -expuso Beatrice-. ?Te parece bien?

– Muy bien -respondio Haver-. La investigacion sobre las tiendas de animales no ha dado resultados, pero continuaremos con los peces manana. Quiza haya tiendas pequenas, o hasta particulares que venden equipamiento especial desde casa. Habra que profundizar en lo de la asociacion de acuarios. Tenemos que esclarecer el ultimo dia de John.

Ottosson finalizo con una palabreria que nadie se preocupo de seguir, pero todos permanecieron educadamente sentados. Para Ottosson era importante el marco de sus reuniones. Tenian que ser agradables y agiles.

Eran mas de las ocho de la noche. El reparto de trabajo habia finalizado.

7

Mikael Andersson llamo a la policia a las once. Fue el inspector de guardia quien respondio a la llamada. En otras palabras, Fredriksson, pues el resto se encontraba en Eriksberg ocupandose de un caso de maltrato.

Fredriksson estaba contento sentado en su despacho. Tenia paz, tranquilidad y tiempo para pensar y ordenar los papeles. Habia ideado, segun el, un ingenioso sistema de ocho montones diferentes, de los cuales el mas amplio estaba destinado al archivo grande, la papelera. Penso en el debate sobre la oficina sin papeles, que en todo caso no se habia implantado en la comisaria de Uppsala.

En realidad no tenia nada en contra de los papeles. Tenia algo de contable y le gustaban las carpetas, los ficheros y los archivadores. La mayoria de sus companeros, y sobre todo los jovenes, guardaban muchas cosas en sus ordenadores. A Fredriksson, en cambio, le gustaba el crujir del papel y cerrar archivadores. La perforadora y la grapadora ocupaban un lugar preferente en su escritorio.

Si le molesto que sonara el telefono no lo expreso; respondio con amabilidad.

– Conocia a Johny -dijo una voz al otro lado de la linea-. Ya sabe, al que han asesinado.

– ?Como se llama?

– Micke Andersson. Me acabo de enterar. He estado trabajando y me he dejado el movil en casa. Trabajo quitando nieve y…

– Vale -interrumpio Fredriksson con calma-, llega a casa y se encuentra un mensaje en el movil diciendo que John ha muerto. ?Quien le envio el mensaje?

– El hermano de John.

– ?Lennart Jonsson?

– Solo tiene un hermano.

– ?Conocia a John?

– Nos conocemos de toda la vida. ?Que ha pasado? ?Saben algo?

– Bastante, pero quiza usted sepa algo que nosotros no sepamos.

– Estuve con John ayer y estaba normal.

– ?A que hora?

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