estadio olimpico.

– Oiga, ?no entiende?

– Okey -dijo Annika-. Digamoslo asi: ?que pasa cuando reciben una alarma?

– Pues… la recibimos aqui.

– ?En la central de alarmas?

– Claro. Va a nuestro ordenador, y luego aparece en nuestras pantallas un plan que muestra como debemos actuar.

– Si llega una alarma del estadio olimpico, ?aparece en su pantalla?

– Pues si.

– ?Y entonces aparece todo lo que se debe hacer ante esa alarma concreta?

– Exacto.

– ?Que ha hecho su compania de seguridad esta noche en el estadio olimpico? No he visto ni uno de sus coches por alli.

El hombre no respondio.

– El estadio Victoria ha explotado; podemos estar de acuerdo en eso. ?Que debe hacer su compania si el estadio olimpico esta en llamas o danado?

– Eso esta en el ordenador -contesto el hombre.

– ?Y que han hecho?

El hombre no respondio.

– Ustedes no han recibido ninguna alarma desde el estadio, ?verdad? -dijo Annika.

El hombre permanecio en silencio durante un momento antes de responder:

– Tampoco puedo comentar las alarmas que no hemos recibido.

Annika respiro profundamente y sonrio.

– Gracias.

– No va a escribir nada de lo que he dicho, ?verdad? -dijo el hombre preocupado.

– ?Dicho? -contesto Annika-. Usted no ha dicho nada. Solo que todo era confidencial.

Ella colgo. Yes, ahora tenia su historia. Respiro profundamente y miro a traves de la ventanilla.

Uno de los coches de bomberos se fue, pero la ambulancia y el coche medico continuaban alli. Los tecnicos en explosivos habian llegado, sus vehiculos estaban aparcados en varios lugares de la explanada. Hombres con monos grises sacaban y metian cosas en los coches. Ya no habia fuego y apenas se podia distinguir humo.

– ?Quien nos dio el soplo esta manana? -pregunto ella.

– Fue Smidig -respondio Henriksson.

Cada redaccion tiene un grupo mas o menos estable de analistas que controlan lo que ocurre en sus respectivas areas, el Kvallspressen no era una excepcion. Smidig y Leif eran los mejores analistas policiales, dormian con la emisora de la policia junto a la cama. En cuanto ocurria algo, grande o pequeno, llamaban al periodico. Otros revolvian en los archivos judiciales y en diferentes administraciones.

Annika medito y dejo que su mirada recorriera lentamente el resto de las instalaciones: enfrente estaba el edificio de diez pisos desde donde se controlaria la parte tecnica de los Juegos. Desde el tejado del edificio salia un puente hasta la montana. Extrano, ?quien querria ir por ahi? Lo recorrio con la mirada.

– Henriksson -dijo-, hay que hacer una foto.

Ella miro el reloj. Cinco y media. Tendrian tiempo de llegar a la rueda de prensa.

– Si uno se situara junto al pebetero, en lo alto de la montana, seguro que veria bastante.

– ?Tu crees? -dijo el fotografo esceptico-. Los muros son muy altos, no vamos a poder asomarnos y mirar.

– No, seguro que las pistas no se ven, pero quiza se pueda ver la graderia norte, y eso si es interesante.

Henriksson miro el reloj.

– ?Nos da tiempo? ?El helicoptero no ha sacado ya fotos? ?No deberiamos vigilar las ambulancias?

Ella se mordio el labio.

– El helicoptero ahora no esta aqui, quiza la policia lo haya obligado a alejarse. Le pediremos a uno de los freelance que vigile los coches. Venga, vamonos.

El resto de los periodistas habia descubierto la ambulancia, las preguntas zumbaban en el aire. Rapport habia trasladado su autocar junto al canal para tener una vista mejor del estadio. Un reportero congelado preparaba a un presentador para la transmision de las seis. No habia ningun policia en las cercanias. Despues de que Annika diera instrucciones al freelance, se fueron.

La subida a la montana fue mas larga y dura de lo que habia pensado. El suelo estaba resbaladizo y peligroso. Tropezaron y blasfemaron en la oscuridad. Henriksson, ademas, cargaba con un gran tripode. No cruzaron ningun cordon y llegaron a tiempo, pero se encontraron con un muro de hormigon de dos metros y medio de altura.

– No me lo puedo creer -se lamento Henriksson.

– Bueno, quiza sea mejor -dijo Annika-. Subete a mis hombros y luego te alzo. Despues puedes subir al pebetero. Desde ahi seguro que ves algo.

– ?Que suba al pebetero?

– Si, ?por que no? Ahora no esta encendido ni acordonado. Seguro que puedes trepar, solo esta a un metro del muro. Si puede aguantar el fuego eterno te puede soportar a ti. ?Venga sube!

Annika le mando el tripode y la bolsa de la camara. Henriksson trepo por el andamiaje de metal.

– ?Esto esta lleno de agujeros! -voceo.

– Para el gas -dijo Annika-. ?Ves la graderia?

Se levanto y miro sobre el estadio.

– ?Ves algo? -grito Annika.

– Si, ?joder! -respondio el fotografo.

Levanto la camara lentamente y comenzo a disparar.

– ?Que ves?

Bajo la camara sin dejar de mirar al estadio.

– Han iluminado una parte de la graderia -informo-. Hay unas diez personas. Dan vueltas y recogen algo en pequenas bolsas de plastico. Los chicos del coche medico estan ahi. Ellos tambien recogen. Parecen hacerlo con mucho cuidado.

Levanto la camara de nuevo. Annika sintio que se le ponian los pelos de punta. Caramba. ?Como era posible que fuera tan horrible? Henriksson desplego el tripode. Despues de sacar tres carretes estaba listo. Corrieron y resbalaron alternativamente al bajar la montana, impresionados, ligeramente indispuestos. ?Que recoge un medico en bolsitas? ?Restos de explosivo? En absoluto.

Regresaron a donde se encontraban los periodistas; faltaban un par de minutos para las seis. La luz azulada de las camaras de television ilumino la escena e hizo chispear los copos de nieve. Rapport estaba a la espera, el presentador estaba maquillado. Un grupo de policias con el inspector jefe al frente venia hacia ellos. Levantaron la cinta de acordonamiento, pero no avanzaron mas. El muro de periodistas era compacto. Se hizo el silencio cuando el inspector jefe miro con los ojos medio cerrados hacia los focos de luz. Ojeo un papel que tenia delante, levanto la vista y comenzo a hablar.

– A las tres y siete de la manana ha explotado una bomba en el estadio Victoria de Estocolmo -anuncio-. No sabemos que tipo de explosivo ha sido utilizado. La explosion ha danado gravemente la graderia norte. Tampoco sabemos si sera posible repararla.

Se detuvo v miro de nuevo el papel. Las camaras fotograficas chasqueaban, las cintas de video giraban. Annika se habia colocado a la izquierda para poder ver la ambulancia al tiempo que seguia la rueda de prensa.

– El estadio comenzo a arder despues de la explosion, pero ahora el fuego esta controlado.

Pausa de nuevo.

– Un taxista resulto herido cuando un trozo de hierro de la estructura choco contra la ventanilla de su coche - continuo el policia-. Ha sido conducido al hospital Sur y se encuentra en buen estado. Una decena de edificios al otro lado del canal de Sickla han sufrido danos en ventanas y fachadas. Los edificios estan en construccion y nadie vive en ellos. No se sabe de danos personales.

Nueva pausa. El policia parecia muy cansado y tenso cuando continuo.

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