y

UN DINAMITERO, BUSCADO POR ASESINATO.

Lo ultimo era un matiz, pero Jansson sostuvo que serviria. En las paginas centrales dominaba la foto que tomo Henriksson desde el pebetero olimpico -un momento sugestivo-: el circulo iluminado del agujero de la bomba, los hombres inclinados, el baile de los copos de nieve. Ni sangre, ni cadaver, solo la indicacion de lo que hacian. Ya la habian vendido a Reuters.

La edicion de Rapport de las diez de la manana citaba la informacion del Kvallspressen mientras Eko pretendia que la cosa era suya.

Mientras se imprimia la ultima edicion, los reporteros de sucesos y los jefes de redaccion se reunieron en el despacho de Annika. Las cajas con sus cuadernos y viejos recortes de articulos todavia estaban apiladas en una esquina. El sofa era heredado, pero el escritorio era nuevo. Desde hacia dos meses Annika era la jefa de sucesos, y ocupaba el despacho desde entonces.

– Por supuesto, hay una serie de cosas que debemos repartirnos y analizar -dijo y apoyo los pies sobre la mesa.

El cansancio la habia alcanzado como un ladrillo en la nuca cuando el periodico comenzo a imprimirse y ella se relajo. Ahora se echaba hacia atras y se estiraba para coger una taza de cafe.

– Primero: ?quien es el muerto de la graderia? La noticia principal de manana, aunque puede haber varias. Segundo: la investigacion policial. Tercero: los Juegos Olimpicos. Cuarto: ?como pudo ocurrir? Quinto: el taxista, nadie ha hablado todavia con el. Quiza haya visto u oido algo.

Miro a las personas que estaban en la habitacion, leyo en sus mentes las reacciones ante lo que habia dicho. Jansson dormitaba, pronto se iria a casa. Ingvar Johansson, el jefe de redaccion, la miraba inexpresivo. El reportero Nils Langeby, de cincuenta y tres anos, el mas viejo de los reporteros de sucesos, no podia ocultar su animadversion, como de costumbre. El reportero Patrik Nilsson escuchaba atento, por no decir entusiasmado. La reportera Berit Hamrin estaba relajada. La unica persona ausente del equipo de la redaccion era la ambivalente documentalista y secretaria Eva-Britt Qvist.

– Me parece una tonteria que nos dediquemos a estas cosas -dijo Nils.

Annika exhalo un suspiro. Ahora comenzaba de nuevo.

– ?Como crees que deberiamos enfocarlo?

– Dedicamos mucho espacio a este tipo de violencia. Piensa en todos los delitos ecologicos de los que nunca escribimos. La criminalidad en las escuelas.

– Es cierto que deberiamos ser mejores cubriendo ese tipo de…

– ?Nos ha jodido! Esta redaccion se esta hundiendo en un legamo de viejas que dan pena, bombas y guerras de moteros.

Annika tomo aliento y conto hasta tres antes de responder.

– Lo que propones es una discusion importante, Nils, pero ahora quiza no sea el momento oportuno…

– ?Por que no? ?No puedo decidir cuando poner una discusion sobre la mesa?

Se defendio desde la silla.

– Tu eres el que se encarga de los delitos ecologicos y escolares, Nils -dijo Annika relajada-. Dedicas la jornada completa a esas dos materias. ?Te parece que te apartamos de tus cosas cuando te llamamos en un dia como este?

– ?Si, me lo parece! -trono el.

Observo al hombre irritado frente a ella. ?Como diablos podria enfrentarse a esto? Si no le llamaba, se enfadaria por no haber podido participar ni escribir sobre el Dinamitero. Si le daba un trabajo, primero se negaba y luego lo hacia mal. Si le dejaba de guardia en la redaccion, diria que le hacian el vacio.

Sus pensamientos se interrumpieron al entrar el director, Anders Schyman. Todas las personas de la habitacion, incluida Annika, saludaron y se sentaron mas derechos en las sillas y el sofa.

– ?Enhorabuena Annika! Y gracias, Jansson, por el trabajo increiblemente bueno de la manana -dijo-. Superamos a los demas. ?Felicidades! La foto de la pagina central era realmente fantastica, y fuimos los unicos. ?Como la conseguisteis, Annika?

Y se sento sobre una caja del rincon.

Annika lo conto y todos estallaron en gritos de jubilo, ?si, joder, en el pebetero olimpico! Seria un clasico para contar en el club de prensa.

– ?Que hacemos ahora?

Annika puso los pies en el suelo y se apoyo en el escritorio, tachando de una lista mientras hablaba.

– Patrik se encargara de la investigacion policial, de las pruebas tecnicas, de mantener el contacto con el inspector de guardia y los investigadores. Habra una rueda de prensa esta tarde. Enterate cuando es y prepara las fotos. Seguramente tendremos motivo para ir todos.

Patrik asintio.

– Berit se encarga de la victima, quien era y por que estaba alli. Tenemos a nuestro antiguo dinamitero olimpico; se llama Tigern. Es sospechoso, aunque sus pequenas bombas son un juego de ninos comparadas con esta. ?Que hace ahora, donde estaba ayer noche? Puedo intentar hablar con el, le hice una entrevista cuando paso lo otro. Nils se puede encargar de la seguridad de los Juegos, ?como diablos puede ocurrir una cosa asi siete meses antes de la inauguracion? ?Que tipo de seguridad hay hasta entonces?

– Me parece una pregunta totalmente irrelevante -replico Nils Langeby.

– ?De verdad? -pregunto Anders Schyman-. A mi no me lo parece. Es una de las preguntas mas importantes y repetidas un dia como este. Llegar hasta el fondo demuestra que colocamos este tipo de acciones violentas en una perspectiva social y global. ?Como perjudica esto al deporte en general? Es uno de los articulos mas importantes del dia, Nils.

El reportero no sabia como reaccionar, si sintiendose halagado por recibir el trabajo mas importante del dia u ofendido porque le hubieran llamado la atencion. Como de costumbre, eligio la opcion mas presuntuosa y se estiro.

– Por supuesto, todo depende de como se haga -alego.

Annika envio una mirada de agradecimiento a Anders Schyman.

– Los comentarios de los Juegos Olimpicos y el taxista los podrian hacer los del turno de noche -dijo ella.

Ingvar Johansson asintio.

– Nuestro equipo acaba de llevar al taxista a un hotel de la ciudad. En realidad vive en un estudio en Bagarmossen, pero ahi le pueden pillar todos los otros medios. Lo ocultaremos en el RoyalViking hasta manana. Janet Ullberg buscara a Christina Furhage, una foto de ella frente al agujero de la bomba quedaria muy bien. Tenemos a gente de la facultad de periodismo para contestar los telefonos de nuestro «llama y opina»…

– ?Cual es la pregunta? -inquirio Anders Schyman y se estiro ocultandose tras un periodico.

– «?Debemos suspender los Juegos? Llama esta tarde entre las diecisiete y las diecinueve.» Seguro que este es un atentado del Tigern o de algun grupo que no quiere que Suecia organice los Juegos.

Annika dudo un momento antes de decir:

– Esta claro que debemos publicar eso, pero no estoy segura de que haya pasado realmente asi.

– ?Por que no? -pregunto Ingvar Johansson-. Es una posibilidad que no debemos descartar. Sin contar la victima, la noticia de manana sera la trama terrorista.

– Creo que debemos tener cuidado de no obsesionarnos con la hipotesis del sabotaje -respondio Annika y maldijo su promesa de no hablar de la idea de la cuestion interna-. Mientras no sepamos quien era la victima no podemos presumir contra quien se dirigia la bomba.

– Claro que podemos -protesto Ingvar Johansson-. Por supuesto, la policia tiene que comentar esa idea, aunque para ellos no debe ser muy dificil. Ahora mismo no pueden ni confirmar ni desmentir nada.

Anders Schyman intervino.

– Creo que ahora mismo no debemos aceptar ni descartar nada. Dejamos todas las puertas abiertas y seguimos trabajando hasta que elijamos los articulos de manana. ?Algo mas?

– No, con lo que tenemos hasta ahora vale. Cuando sepamos la identidad de la victima deberiamos buscar a los familiares.

– Debe hacerse con mucha delicadeza -dijo Anders Schyman-. No quiero polemicas sobre como acosamos y sacamos a la luz a las personas.

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